Upel 2013
Enviado por rosatabare • 8 de Enero de 2013 • 2.900 Palabras (12 Páginas) • 718 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Convenio UPEL- IUTEPAL Puerto Píritu- Estado Anzoátegui
Profesora: Integrantes: Jenni Pacheco Yilimar Guacarán 0 Daice Vallejo 0 I Paena 0 Sección “U”
Puerto Píritu, Enero 2012.
Prestigio e importancia de la profesión docente.
Si partimos de la importancia que tiene reconocer que la profesión docente se desarrolla a lo largo de una carrera magisterial y que la etapa de la educación superior marca sólo su inicio, asumiremos que esta profesión merece ser atendida desde su ingreso a la vida profesional y durante todo su desarrollo.
La formación continua es un proceso necesario para todos los maestros y maestras en ejercicio de su profesión, permite su actualización no sólo para suplir una deficiente formación inicial sino para estar en concordancia con los cambios y avances de la pedagogía. Esta formación pude clasificarse de la siguiente manera:
1. El Perfeccionamiento; busca mejorar en términos generales el ejercicio de la profesión. Se realiza a través de la reflexión entre grupos o círculos de docentes y grupos de interaprendizaje.
2. La Actualización; busca que el docente se mantenga al día a través del conocimiento y profundización de nuevas teorías y metodologías. Se realiza mediante cursos, talleres, seminarios, pasantías normalmente de corta duración. Una forma de actualización es la capacitación en la que se abordan contenidos más específicos.
3. La Especialización y el Post Grado; busca el perfeccionamiento científico e investigativo del maestro. Comprende cursos de post grado y especialización como por ejemplo maestría, doctorado y de segunda especialidad. A diferencia de los cursos de perfeccionamiento su duración es más larga.
En todos los casos, la formación docente es una actividad pensativa transformadora, que le permite a todo maestro comprender, actualizar y dar respuesta a las múltiples situaciones complejas que forman parte del entorno en el que se desenvuelve y que constituyen los desafíos de una sociedad que exige cambios.
Esta formación viene también acompañada del "valor profesional" que la sociedad le otorga y que nos invita a evaluar la situación del magisterio no solo en nuestro país sino también en otros contextos fuera de él. En el Perú, la profesión docente tiene una doble percepción social. Por un lado se le atribuye al maestro una infinidad de funciones sociales pero por otro lado, se percibe como una profesión de bajo prestigio social, que se traduce en sus bajos salarios, en la idea de que "cualquier persona puede ejercer la docencia sin haber recibido una formación pedagógica" y en la falta de estímulos para actualizarse y mejorar su trabajo. Existen pues, bajos niveles de valoración social respecto a la profesión docente.
PROBLEMAS MORALES QUE AFECTAN A LA PROFESION DOCENTE
La profesión docente hoy está teñida de sinsabores, contradicciones y desconciertos que la han llevado no sólo al deterioro de su imagen a límites preocupantes, sino también a una crisis de la profesión propiamente dicha.
Todo profesional debe tener una sólida formación en su disciplina, pero, además, se supone que cuenta con una autonomía, propia de dicha profesión, entendidas ésta última como construcción socio- histórica en un determinado contexto. Por ello es necesario que se conviertan en objeto de análisis y reflexión, sobre todo la del profesional de la educación, ya que hoy comparte con otros trabajadores sociales la contradicción de hallarse sumergido en un presente acuciante, pero con el compromiso de proyectar un futuro mejor.
Algunas décadas atrás, el docente era al portador del saber y hoy, no sólo carece de conocimientos básicos reconocidos por la sociedad en su conjunto, sino que no se siente satisfecho de cumplir las expectativas que se le demandan, generándose así la culpabilidad, teniendo consecuencias práctico- negativas que le obligan a hacerse cargo y/ o responsable por algo exterior a él.
El ejercicio de la profesión docente en el pasado detentaba una gran dignidad que surgía del saber y del lugar destacado que ocupaba el educador en la sociedad. En estos días, ya no es la escuela el templo del saber, ya no es el docente el “mago” que todo lo sabe, ni modelo de identificación. Según Abraham en su obra "El mundo interior de los enseñantes", plantea que éstos tienen una visión pesimista sobre su profesión, que lo llevan, muchas veces, a guardar silencio y a esconder sus propias experiencias, sus propias prácticas, generando, muchas veces al decir de De Jours, frustración en la tarea docente, perdiendo autonomía en su propio trabajo y convirtiéndose así en un simple técnico. Hoy se lo individualiza frente al sufrimiento, ignorando su labor y el sentido de su trabajo , no se le reconoce como persona; debe defender derechos y reclamar espacios que le pertenecen para poder subsistir y para no caer en una vivencia depresiva que conduce y amplía sentimientos de indignidad, de descalificación e inutilidad . Por lo cual aparecería como punta del iceberg la insatisfacción y la ansiedad como representantes del sufrimiento de este docente en la que relación hombre- trabajo estaría bloqueada.
Los docentes, por la situación actual, sienten incertidumbre alrededor del empleo, agotamiento marcado por la retribución económica, el desprestigio social y la falta de espacios de autonomía que lo llevan a una carga emocional muy importante, dificultándole la tarea, provocándole incapacidad académica, rutina y conformismo, siendo éstos sólo síntomas de un malestar más profesional y estructural.
Díaz
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