Violencia Intrafamiliar

TRABAJO COLABORATIVO 1

INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL EN EL CONTEXTO JURÍDICO

NUBIA STELLA DUQUINO. Cód. 52122078

NISBETH LORENA BETRAN. Cód . 52126178

YOLANDA BUITRAGO. Cód 52125171

TUTORA:

ANA MARÍA RAMÍREZ

GRUPO:

301139_64

Octubre 25 del 2013

INTRODUCCION

La violencia intrafamiliar es cualquier tipo de abuso de poder de parte de un miembro de la familia sobre otro. Este abuso incluye maltrato físico, psicológico o de cualquier otro tipo. Se considera que existe violencia intrafamiliar en un hogar, si hay una actitud violenta repetitiva, no por un solo hecho aislado.

Los tipos de actos considerados como parte de la violencia intrafamiliar son golpes o incidentes graves, insultos, manejo económico, amenazas, chantajes, control de actividades, abuso sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa, abandono afectivo, humillación y no respeto de opiniones. Todos estos tipos de maltratos se pueden clasificar en físicos, si se atenta contra el cuerpo de la otra persona; sicológicos, si existe el intento de causar miedo, la intimidación o cualquier tipo de insulto, descalificación o intento de control; sexuales, si hay un acto sexual impuesto o en contra de la voluntad de la víctima; y económicos, si no se cubren las necesidades básicas de la persona.

Son muy variadas las actividades que debe desarrollar el psicólogo, no obstante en nuestro país este es un campo de acción nuevo estas funciones se encaminan a la evaluación, tratamiento de las víctimas de la violencia y programas de prevención a la comunidad en general.

MARCO TEORICO

El comportamiento violento entendido como un patrón de conducta, caracterizado por un comportamiento, usualmente persistente y repetitivo, en el que no se siguen normas sociales ni se respetan los derechos de los demás, ha sido uno de los tópicos relacionados con el comportamiento humano que más atención ha merecido a lo largo de la historia por parte de pensadores y de científicos.

El comportamiento delictivo contra las personas y más específicamente contra las mujeres, supone la ejecución por parte del agresor de actos de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de la libertad, que conlleva en las víctimas secuelas físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida o daño material, o un menoscabo importante en sus derechos. Este tipo de delincuentes responden fundamentalmente a dos patrones o tipologías: el violento en general y el violento solo en el ámbito de la pareja, es decir, la primera tipología se circunscribe al delincuente antisocial, en tanto que la segunda se relaciona con agresiones selectivas o agresores selectivos; en concreto, dirigido a las mujeres con las que mantiene una relación de pareja. Los tratamientos a administrar por las diferencias entre estos, han de implicar contenidos distintos. Los penados que cumplen la condena en condiciones de libertad tienen una serie de características que es preciso tener en mente a la hora de su tratamiento: son primarios; han cometido delito contra las personas en el ámbito privado; las agresiones se derivan del ejercicio del poder asociado al género masculino; la violencia ejercida puede ser de muy diverso tipo (física, psíquica, sexual, amenazas, coacciones, privación de la libertad), la violencia no tiene por qué estar presente en otros ámbitos y la alta probabilidad de reagresiones (violencia continuada) y de recaídas. Además se espera un cierto índice de patología dual, esto es, la combinación de violencia de género con otras patologías como alcoholismo, drogodependencia, ludopatía, daño en las funciones neuropsicológicas o psicopatologías.

En nuestro país el fenómeno de la violencia es diverso en sus manifestaciones de manera compleja y con múltiples causas, vivimos una sociedad con antecedentes históricos de violencia que se ha reflejado en el ámbito comunitario, social y familiar; dentro de la violencia cotidiana existen dos modalidades: la que es fruto de la actividad del crimen organizado y la denominada violencia común, dentro de la cual se encuentra la violencia verbal, la violencia física sin armas, la violencia física con armas, el homicidio, el suicidio, la violencia domestica o intrafamiliar (VIF) y la violencia sexual. En la vida cotidiana estas distintas modalidades de violencia se entremezclan y se potencializan entre sí. Todo acto de violencia constituye una vulneración a los derechos y libertades fundamentales de las personas y una ofensa a su dignidad. Las consecuencias de estas formas de violencia son enormes en el ámbito individual y social, por lo que se considera que esta crisis de convivencia al interior de las familias y por fuera de ellas contribuye a fomentar un grave problema de salud pública. A esto se agrega que según algunos estudios realizados recientemente en Colombia y en América Latina reportan los altos costos económicos que genera la violencia, una reciente investigación concluye que en Colombia los costos anuales totales asociados a la violencia intrafamiliar alcanzarían el 3.93% del PIB, cifra para nada despreciable y que pide mayores acciones políticas.

Se han encontrado evidencias empíricas que señalan una tendencia a reproducir por fuera de los hogares la violencia vivida en las familias y a proyectarse en otros ámbitos como los escolares, comunitarios y sociales. Diversos estudios realizados a nivel internacional han hallado una correlación positiva entre la exposición a la VIF y el desarrollo de comportamientos criminales y violentos por fuera del hogar. En el estudio efectuado en nuestro país por Llorente et. al (2005) en nuestro país se pudo constatar que “para el caso colombiano la violencia intrafamiliar en particular, el maltrato infantil severo, juega un papel importante en el trayecto hacia la violencia común y hacia la vinculación a grupos armados irregulares.

Referente a la violencia infantil adquirida desde el ámbito familiar, se han realizado estudios que arrojan resultados alarmantes de violencia detectada desde los primeros meses de vida y manifestada en acciones concretas como halar el pelo, arrojar los objetos; en cuanto a los factores individuales, la consistencia de la evidencia empírica acumulada por los distintos investigadores ha permitido generar consenso en cuanto que existen algunas características individuales que se observan muy tempranamente en los niños y que influyen en la emergencia

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