CONOCIENDO A JESUS COMO DIOS
Enviado por yaort • 15 de Octubre de 2015 • Apuntes • 2.799 Palabras (12 Páginas) • 242 Visitas
TEMA: CONOCIENDO A JESUS COMO DIOS
OBJETTIVO: Reconocer que Jesús es Dios, mediante la enseñanza bíblica y diálogos en clases; ampliando así el conocimiento y la relación con El.
BASES BIBLICAS: 1 Timoteo 3:16, Juan 1:11, 2a Corintios 5:19, Col. 2:9, Colosenses. 1:19, Mateo 1:20-23, Hechos 4:12, Lucas 1:35, Isaías 9:6, Isaías 35: 4-6, Juan 14: 8-9.
VERSO DE MEMORIA: "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad. Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Timoteo 3:16).
ORIENTACION AL MAESTRO: _No pierda de vista el objetivo durante el desarrollo de la clase. _Para la forma de exponer la lección, tenga en cuenta las características de la edad del educando. _Estudie cuidadosamente las bases bíblicas. _Tenga en cuenta el aspecto cognitivo del educando para que el proceso de loa enseñanza se desarrolle efectivamente.
MOTIVACION: Drama secuencial por día alusivo al tema
DESARROLLO: La Biblia nos ofrece muchas evidencias que nos demuestran que Jesucristo es Dios. Jehová del Antiguo Testamento, tomó sobre sí mismo la forma de hombre, y como el HIJO del Hombre, nació de la virgen María. ". Así que él se preparó un cuerpo humano, Dios hizo sombra sobre una virgen llamada María (Lucas 1:35), y por eso un ángel anunció que "lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es" (Mateo 1:20). Un ángel dijo: "llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: "He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel. Que traducido es Dios con nosotros" (Mateo 1:21 -23). “Como Pablo dice. "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad. Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria" (1 Timoteo 3:16). Dios se manifestó en carne, es decir en su Hijo Jesucristo: lo comprueba la palabra de Dios " Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados (2a Corintios 5:19). En JESUS habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad". (Col. 2:9), Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda la plenitud". Por lo tanto, Jesús en su humanidad era hombre; pero en su Divinidad era y es Dios. En Isaías 9:6 la biblia dice "Por qué un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte. Padre Eterno, Príncipe de Paz". La profecía de Isaías se cumplió cuando se le puso nombre al Hijo de Dios. Somos parte de la iglesia de Dios "la cual él ganó por su propia sangre". Nuestro Dios no se quedó sentado.La Biblia dice que "la Palabra era Dios" (Juan 1:1). En Juan 1:14 dice: La Palabra se hizo carne "Él se hizo carne y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Mateo 1:23). De manera que Dios se hizo carne a fin de poder tener sangre para derramar, para poder tener una frente que pudiera ser coronada con espinas, para poder tener una lengua que pudiera soportar la sed, para poder identificarse con el dolor humano, para poder meterse en el barro, y para poder participar en la salvación de la humanidad. Dios asumió la condición humana, y en esa condición se unió a la raza humana y nació de una virgen. ¿Qué significa eso? Significa que Jesús, nuestro gran Dios, se manifestó en carne y vino al mundo como un Hijo. ¿Un Hijo en qué sentido? Un Hijo en el sentido de que como hombre, él es el único ser humano que fue engendrado por el Espíritu de Dios en una mujer virgen. Dios asumió la condición de Hijo de Dios, para que nosotros pudiéramos llegar a ser hijos de Dios. Él vino y aun así, JESUS por lo general repelió las alabanzas que le daban como hombre, dirigiendo la alabanza al Padre, a no ser que se tratara de alguna pregunta directa como la de Felipe: "Señor, muéstranos el Padre" (Juan 14: 8), que queremos conocerlo. Él le contestó claramente: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?" (Juan 14:9).
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