¿CUÁLES SON LOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA ÉTICA DESDE LA PERSPECTIVA TEOLÓGICA?
Enviado por Camila Orduz • 3 de Febrero de 2020 • Ensayo • 1.633 Palabras (7 Páginas) • 400 Visitas
¿CUÁLES SON LOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LA ÉTICA DESDE LA PERSPECTIVA TEOLÓGICA?
Para poder dar respuesta a esta pregunta debemos comenzar por definir la ética y la teología. Por un lado, la ética trata sobre las obligaciones que definen y rigen el comportamiento del hombre, estableciendo una reflexión sobre sus actos, categorizándolos en correctos o incorrectos, y, la teología, estudia a Dios y los hechos relacionados con Él. Por ende, la ética tiene relación con la moral en cuánto a lo teológico, ya que la ética usa la razón como instrumento de estudio y la teología usa referencias y datos afines a aquellos actos definidos como correctos o incorrectos.
Teniendo en cuenta estas definiciones generales, se podría decir que los rasgos característicos de la ética desde la perspectiva teológica son la definición de lo que está bien y lo que está mal; la ayuda al prójimo (Responsabilidad social); la solución de conflictos y las opciones de decisión.
En primer lugar, la definición de lo que está bien y lo que está mal donde se evidencia una sincronía entre ética y teología, al momento de realizar la reflexión sobre pensamientos, actos y consecuencias de dichos actos. Desde la perspectiva de la ética, se busca cuestionar la validez de los preceptos morales referente a los comportamientos del hombre, además de influir en la reflexión de lo más hondo de la conciencia, y, desde la perspectiva teológica se estudia y examina los objetivos y causas qué llevan a que una persona realice, desde sus experiencias, actos considerados correctos o incorrectos, teniendo en cuenta los recursos que nos dejó Dios como guía para la toma de decisiones.
El estudio profundo de lo correcto e incorrecto se evidencia a través de la historia bíblica, desde el momento en que Dios concedió el libre albedrio a los hombres, para que ellos pudieran examinar su comportamiento teniendo en cuenta las directrices dadas por Dios; estas se debían seguir para lograr un bienestar y una relación espiritual con Él. Según la sagrada escritura, en el sermón del monte donde dice: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo. 7:13-14), se evidencia que hay dos caminos de reflexión, el camino estrecho, que es el del amor de Dios, la misericordia, la voluntad de hacer el bien y, en consecuencia, la toma de decisiones correctas, y el camino espacioso, que es del egoísmo y el pecado, que lleva a la toma de decisiones incorrectas.
En segundo lugar, la ayuda al prójimo y la Responsabilidad Social, que es el compromiso de las personas con la equidad social y el cumplimiento de los Derechos Humanos, actuando ante cualquier tipo de injusticia hacia el prójimo, en particular por todas las personas excluidas, por quienes no tienen posibilidades, por los desplazados y segregados por cualquier motivo (Ocampo 2000). Desde la teología, se puede evidenciar este rasgo en el evangelio según san Marcos 12, 28-34 “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” en donde Dios nos invita a amar a todas las personas sin importar sus condiciones socioeconómicas y de credo, y, a actuar sobre las acciones que quieran vulnerar la dignidad de los demás. Y la ética nos da las pautas a seguir para una sana convivencia respetando los derechos de los demás, siguiendo directrices que rigen su comportamiento dentro de cierto espacio y aportando valores fundamentales que incentiven el seguimiento de estas para un bienestar general.
El amor y respeto por los demás es la regla de oro para una pacífica convivencia, y es exactamente una de las características que la ética y la teología tienen en común. El prójimo para la ética es el centro de todas las cosas, sin el prójimo no existiría ética, ya que, es el motor que permite razonar. Para la teología, quién ama al prójimo como a sí mismo busca el bien común, no haciendo daño ni deseando el mal. Un ejemplo de amor al prójimo se encuentra en el libro de Levítico capítulo 19 de las sagradas escrituras, en donde se relata que los israelitas dejarían que los necesitados y los residentes forasteros recogieran parte de la cosecha, teniendo en cuenta el precepto dicho por Jesucristo: “no debes odiar a tu hermano en tu corazón” y “tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:9-11,15,17,18).
En tercer lugar, la solución de conflictos, en el que la ética tiene un sistema de principios morales y de conducta que llevan a resolver los conflictos por medio del diálogo, y el seguimiento y entendimiento de los valores éticos fundamentales: el Respeto, con el cual se construyen las relaciones con las demás personas, la Justicia, que quiere lograr la imparcialidad y equidad, la responsabilidad y compromiso, en donde se asumen de manera consciente unas obligaciones
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