El Testimonio del matrimonio cristiano dentro y fuera de la iglesia

El Testimonio del matrimonio cristiano dentro y fuera de la iglesia

Pasaje devocional:

Efesios 5:31-33

Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos se harán una carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, también vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido

Objetivo:

Que cada matrimonio conozca y ponga en práctica la conducta cristiana, en el mundo que nos toca vivir.

Introducción:

El matrimonio por definición; es la relación única de vida entre un hombre y una mujer, fundamentada en el amor y la entrega mutua, donde se busca el bien del otro, asi como la formación, educación y dirección los hijos.

El amor pues es materia prima, es esencial en esta relación, el matrimonio tiene características que le distinguen de todas las demás relaciones humanas y la más importante es que el matrimonio, es una institución divina.

Entonces, debemos basar esa relación en la comunión y amor que son propios de una vida cristiana, plena y activa; fundamentada en la Palabra de Dios.

Bosquejo del contenido:

Es decir, seguir las enseñanzas bíblicas conocerlas y vivirlas; si uno de los esposos no sigue las enseñanzas cristianas con respecto a su vida personal, menos aún las reflejará en su relación matrimonial. Peor panorama habrá si en el matrimonio ambos viven alejados de Dios.

En ocasiones uno o ambos creen estar dentro de los caminos del Señor pero, están actuando de una manera que dista mucho de ser la correcta, y eso repercute en su relación conyugal.

En definitiva, debemos comprometer nuestra vida matrimonial y nuestro amor de esposos en la plenitud de la vida cristiana. Debe ser una vida en amor, mediante Cristo Jesús y por la acción del Espíritu Santo. Esta es la única realidad aceptable en el matrimonio cristiano.

Dice la escritura en colosenses 1:10

Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios

Analicemos cómo debe ser la vida matrimonial cristiana a partir de la nueva vida en Cristo. En otras palabras, veremos y comprenderemos como debe ser el matrimonio desde el origen del amor cristiano, porque toda unión debe ser basada en el amor común.

El Espíritu Santo es el amor subsistente del Padre y del Hijo. Esencialmente el Espíritu Santo es amor, la naturaleza misma de Dios es amor y al morar en nuestro corazón, produce la capacidad de amar. Podemos decir que es el Espíritu Santo el que ama en nosotros: "… porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." (Romanos 5:5). Ese amor que recibimos del Espíritu Santo es, sobre todo, un principio interior de la vida nueva que Dios nos da y que nos hace capaces de entregarnos como esposos, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros.

De ahí que el Evangelista registra que los mandamientos del amor a Dios y al prójimo son el centro de la vida  cristiana, en san Marcos 12:29-31 leemos "Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.". El cristiano se puede definir como el hombre y la mujer que camina en amor y en este camino encuentra su plenitud y lleva fruto abundante.

En el amor a Dios y al prójimo se resume todo el Evangelio y todos los mandamientos: "Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Romanos 13:9).

Comprendiendo y viviendo esto aparece claramente en nosotros la actitud acorde a la vida cristiana. Entonces ser cristiano no quiere decir tener que evitar esto o aquello, huir de esto o aquello, sino hacer, actuar; realmente amar y en comunión, como matrimonio, reflejar la vida de Cristo Jesús el Señor nuestro.

Pero creo que todo matrimonio cristiano, además de demostrar su amor y unidad en casa, en el seno del hogar y la familia, también debe hacerlos evidentes para con los de afuera. Nuestro testimonio tiene mucho que decir a las personas que nos rodean, a los cristianos y con mayor razón si no lo son.

Considere esto los hijos son fuera del hogar la ventana que nos muestra la realidad que se vive dentro del hogar, un hijo manifiesta francamente como son los padres y su labor como tales, pero dentro del buen testimonio de un matrimonio cristiano esta el amor por el Señor Jesucristo y su Obra.

Las sagradas escrituras nos hablan de Aquila y Priscila, de quien tomaremos ejemplo este día de ellos.

MATRIMONIO MUY CRISTIANO. Fiel y sujeto (18:1-2)

El historiador Gayo Suetonio afirma que en el año 49 aproximadamente los judíos fueron expulsados por un problema que se dio acerca de uno llamado Cristo. Conforme a los versos 1 y 2 del capítulo 18 de los hechos podemos comprender que Aquila y Priscila fueron echados de Roma debido a la predicación del evangelio es importante resaltar entonces la fidelidad a Dios, fidelidad a toda prueba de este matrimonio.

Dar testimonio cristiano, es sujetarnos a las autoridades y gobernantes, a los decretos y leyes, esa es la exhortación que leemos en Tito 3:1: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra” y que estemos dispuestos a toda buena obra.

Estas dispuesto a toda buena obra?

MATRIMONIO HOSPEDADOR. (18:3)

Este matrimonio hospedo al apóstol Pablo en su casa y no sólo eso, sino que le dieron trabajo y hacían tiendas juntos.

En ocasiones vemos que el hospedar se ha ido olvidando debido a las experiencias que se viven, pero eso no debe ser excusa delante de Dios para no brindar nuestra casa a quien lo necesita.

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