¿LIBERTAD RELIGIOSA?[

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Hace ya un par de semanas atrás le estaba dando vueltas a la cabeza sobre qué tema elegiría para mi próximo ensayo, viendo mis errores en los anteriores, no quería usar los mismos temas, pero tampoco encontraba uno en el cual me sintiera a gusto. Una de esas tardes me encontraba estudiando Derecho Constitucional 2, asignatura en la cual desarrollamos los Derechos Fundamentales que aparecen en nuestra constitución, y sí, estudiando esta asignatura es como encontré el tema “perfecto”. En el momento que leí “libertad religiosa”, le comenté a mi compañera de piso que ya tenía tema para el ensayo y desde ese día no paro de darle vueltas en la cabeza a este tema.

Un tema que está a la orden del día y que en muchas ocasiones le quitamos importancia pero sin embargo, en mi opinión es muy importante, porque como dice el evolucionista Frazer, la religión da sentido al mundo natural; en el libro Ardévol Piera, E. Munilla Cabrillana, G. etc.: “La Antropología de la Religión: Una aproximación interdisciplinar a las religiones antiguas y contemporáneas” (pag 45). Además en este mismo libro aparece una opinión también de Durkheim, quien recalca también que la religión simboliza la estructura social misma y sirve como sistema clasificador. Por esto también podemos decir que la religión ha servido y sirve como organizadora de la sociedad, y en la que se da una diversidad religiosa que da pie a varios grupos sociales.

Para empezar, tenemos que dejar claro el surgimiento de dicha “libertad religiosa”. La libertad religiosa ha sido importante para el devenir del Estado Constitucional por su no reconocimiento durante los siglos anteriores, así como su carácter problemático en esa etapa. La lucha por su reconocimiento y garantía ha sido el motor que acabaría desembocando en el Estado Constitucional. Durante la primera fase de afirmación del Estado Constitucional en el continente europeo la libertad religiosa continuó siendo un problema importante y un obstáculo significativo en el proceso de afirmación del Estado. En unos países más y en otros menos. En España, entre los países europeos occidentales, de los que más. Únicamente cuando culmina el proceso de secularización del Estado con la afirmación de su carácter democrático, la libertad religiosa deja de tener el carácter problemático que había tenido en el pasado y se convierte en un elemento más en el sistema de derechos y libertades. La experiencia constitucional iniciada en 1978 es la primera en la que la libertad religiosa ha dejado de ser un problema para la convivencia ciudadana,  en la que el carácter aconfesional del Estado se está afirmando sin estridencia y sin agresividad, y en la que el reconocimiento de la presencia de la Iglesia Católica en la sociedad española, expresamente mencionada en el apartado 3 del art. 16 de la Constitución Española, no se traduce en discriminación para las demás confesiones religiosas.

Pero ahora me pregunto yo, ¿realmente la sociedad acepta con normalidad o naturalidad la diversidad religiosa? ¿A caso no vemos a niños pequeños agarrados a las manos de sus madres que ven pasar una mujer con un burka y miran con gesto de superioridad y desprecio? Lo más triste de todo esto es que el niño pequeño aprende de lo que ve. Pues sí a pesar de que la ley lo ampara, en la sociedad podemos observar a menudo gestos y situaciones incomodas en las cuales la religión es la protagonista.

Como he dicho anteriormente la religión supones un papel importantísimo en la vida de las personas, el sociólogo Durkheim, nos dice también en el mismo libro que hemos nombrado anteriormente, que  las creencias y ritos religiosos cumplen una importante función social aumentando la solidaridad de los miembros del grupo, transmitiendo su cultura de generación en generación e integrando a los individuos en una estructura normativa. Sin un sistema de estas características, la sociedad se ve abocada a la anomia (condición de  inestabilidad personal o social a consecuencia de la pérdida de normas y valores, o del conflicto que se genera cuando aparecen de manera continua o contradictoria). Además cabe a destacar que lo realmente relevante, según Durkheim, es la importancia de las ceremonias y los rituales para la cohesión social: los ritos son medios por los que el grupo social se refuerza a sí mismo de forma periódica. Para el sociólogo, la religión simboliza la estructura social misma y sirve como sistema clasificador.

Igual que Durkheim, también tenemos referencia de  Weber  que afirmaba que la religión tenía la función de cohesionar los grupos. La iglesia sería, según Weber, una asociación con un conjunto de ordenamientos racionalmente establecidos, es decir, con vistas a un fin. En definitiva, para todos estos autores y muchos otros, la religión posee una clara función integradora que afirma la identidad social; y la función de la religión, según este antropólogo, será la contribución al mantenimiento de la vida social total.

También he de destacar que la función de la religión como elemento de integración social característica del pensamiento de Durkheim y otros ha sido criticada en las últimas décadas. La religión tiene, en definitiva, una evidente función de articulación social: constituye una fuerza integradora de la persona en la sociedad ante las tendencias disgregadoras e individualistas de la vida cotidiana.

La religión es el modo de refugiarse de muchas personas, es una fuente de apoyo. Muchas personas se consuelan al pensar, que por ejemplo irán al “cielo” o que llegarán a reencarnarse en una vida mejor, incluso cuando una persona sufre o fracasa busca solución y respuesta en la religión; es más podemos llegar a decir que la religión es una solución paradigmática para cualquier crisis existencial.

Otro tema que me gustaría recalcar es la relación tan estrecha que existe entre la religión y la política. Aunque, a priori, parezcan temas diferentes, es evidente la conexión de ésta con los sistemas políticos, ya que la religión posee una serie de valores que forman base de determinadas actitudes políticas. Por eso como se expresa en el libro Ardévol Piera, E. Munilla Cabrillana, G. etc.: “La Antropología de la Religión: Una aproximación interdisciplinar a las religiones antiguas y contemporáneas” (pag 63), la religión posee, sin lugar a dudas, una doble función: puede legitimar tanto privilegios como la protesta. De esta manera, la religión puede constituirse como bastante conservadora, pero también como fuerza progresista.

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