Seminario, Semi-Vacío: ¿Se agota la vocación sacerdotal en Hermosillo?
Enviado por davidaraiza8 • 4 de Febrero de 2020 • Ensayo • 1.336 Palabras (6 Páginas) • 177 Visitas
Nombre: David Alejandro Araiza Navarro
Seminario, Semi-Vacío: ¿Se agota la vocación sacerdotal en Hermosillo?
Probablemente la mayoría de las personas que lean este artículo han visitado una parroquia ya sea obligados o por su cuenta. Sin embargo, es complicado conocer quiénes están involucrados en la preparación de una misa o de otros eventos religiosos que ocurren en estos lugares.
A primera instancia ubicamos la figura del sacerdote, que es el encargado de dirigir la mayor parte de las actividades dentro de una comunidad de iglesia y muchas veces de orientarnos o aconsejarnos según nuestra situación, pero el conocimiento que se tiene queda a la vista y se desconoce la preparación que tienen para poder ejercer como sacerdote, así como los años que pasan para que puedan ser reconocidos como tal.
Antes de convertirse en “sacerdotes” los hombres que deciden entregar su vida al Señor son llamados seminaristas. Ellos pasan 9 años preparándose y llevando una formación sacerdotal, sumándole un año más en el que ejercen un servicio o trabajo pastoral, donde son enviados a alguna parroquia a prestar su apoyo.
En la ciudad de Hermosillo se cuenta con el Seminario curso introductorio donde los seminaristas tienen sus primeros años de preparación, y el Seminario Mayor donde continúan con su formación y terminan abordando las demás clases como filosofía y teología donde pueden fomentar sus conocimientos bíblicos.
Haciendo una comparación con otra carrera, podemos resaltar el hecho de que son muchísimos años más de preparación para ser un sacerdote, además de un esfuerzo y sacrificio increíble que no todos los que entran pueden sobrellevar.
Un ejemplo de ello es Isbaal Varela, ex seminarista de 29 años de edad que puede presumir de haber estado en los seminarios de Hermosillo, Monterrey y Nogales. Isbaal estuvo durante 6 años en diferentes seminarios, pero por distintas situaciones no completo su formación sacerdotal.
Isbaal, que actualmente está llevando la carrera de derecho, comenta que es una diferencia enorme al compararlo con alguna carrera, debido a que una vez entras al seminario, ese estatus permanece en ti todos los días del año, y permanecerá por siempre. Es por ese motivo que la entrada al seminario se le atiene a la vocación, un llamado de Dios a entregar tu vida al Señor.
Tranquilo y contento de su experiencia como seminarista, Isbaal comentó que su salida simplemente se debe a que Dios no lo estaba llamando a la vida sacerdotal, pero él se ha desempeñado en seguir apoyando a grupos católicos juveniles con diversos temas, aprovechando su experiencia.
Otro caso de un seminarista que no concluyo su formación es el de Miguel Reyes, joven de 20 años de edad que comento los motivos por los que entro y salió del seminario en un periodo tan corto de tiempo.
“Mi motivo para entrar al seminario fue discernir mi vocación cristiana, el llamado que Cristo hace. Mi fe en Dios fue la que me llevó a querer saber cuál era el estilo de vida que Él quería para mí, a pesar de tener un gran deseo por el matrimonio” aclaro Miguel.
Estas palabras hacen referencia a las dudas que tienen los jóvenes al momento de decidir sobre su futuro. Miguel, que también ha estado encargado de grupos católicos juveniles nos expresa que el estar al contacto con este tipo de grupos eleva el interés y curiosidad al respecto, pero no en todos los casos.
“Me gustaba toda esa experiencia, pero mi corazón seguía inclinándose a optar por el matrimonio, por eso, después de concluir mi año en el Curso Introductorio, decidí dejar el seminario. Creo que a fin de cuentas fue Dios quien moldeo mi corazón. Me siento satisfecho y agradecido por todo esto vivido” Fueron las palabras de Miguel al responder porque dejo el Seminario.
Así como estos dos, hay muchos ejemplos que seminaristas que decidieron salir por diferentes circunstancias que no podemos entender completamente si no nos ponemos en sus zapatos, pero, ¿estas salidas son tantas como para hablar de una crisis vocacional?
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