Temporalidad y trasendencia

Incertidumbre

Si bien cierto que existen diversas religiones y creencias en el mundo, como hombre se tiene la necesidad de ir más allá. Con esto no quiero decir que sea Dios, Yavé o Alá o como se pueda llamar, sino algo que existe que sabemos que está ahí y que no podemos ignorar. No estoy hablando de una conciencia o de un inquilino interno sino, de un pensamiento un poco más transcendental, más allá de lo racional y que pueda llamarse para algunos como fe.

Según la Real Academia Española la palabra fe se puede definir de varias maneras, “En la religión católica, primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia. Conjunto de creencias de una religión. Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas”

Uno como católico cree en un Dios protector, milagroso y basamos nuestras vivencias en la fe. Sin embargo muchas veces se revelan ciertas cosas en introspección que hace dudar o cuestionar algunas creencias y preguntarse el ¿por qué? como lo hacía Platón o Aristóteles en la antigua Grecia. No solamente en un hecho sino en varios. Te pones a pensar en la realidad y el desino que padecemos como seres humanos.

Realmente no estoy segura si es el destino, si es Dios, si es la Virgen o son solo cosas mías, pero de lo que estoy segura es que hay algo superior a mí que siempre me está impulsando a más.

Siendo este mi pensamiento y además siendo católica, cuestiono muchas veces como mencioné anteriormente el ¿por qué de una iglesia? Sobretodo como infraestructura. Si recibo sacramentos y tengo a Dios en mi corazón, porque si creo fielmente que existe, hablo con él, pero no como una oración, ni como un Padre Nuestro de caletre por una educación religiosa infundada por monjas a través de los años, sino más como una amistad al que le pides un sabio consejo, te desahogas o pides perdón por cualquier razón directamente con Él, ¿cuál es la necesidad de pisar una Iglesia, un lugar grande con cuatro paredes con muchas imágenes? Si, se debe reconocer que pueden ser un poco intimidantes o para algunos inspira un poco de paz, pero el facto de reunirte públicamente con personas desconocidas a recibir el cuerpo de Cristo, que está bien porque en eso está basada mi fe ¿ dejo de ser una buena católica o soy una mujer de fe incompleta? .

El hecho de no entrar a una Iglesia y no escuchar a un señor que probablemente le pierda la idea en los primeros cinco minutos, genera una especie de culpa infundada por la misma sociedad que te rodea. El cuidar una fachada de católica perfecta por lo menos en mi entorno es una presión constante que en muchos momentos de hacen dudar de ciertas cosas. Todo el protocolo y la imagen de una persona íntegra solo por ir todos los domingos a misa no es tan fascinante como el poder realmente conversar con lo que tú crees, ya sea Dios o el nombre que más le guste.

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