APOLOGÉTICA
Enviado por PattyRS96 • 6 de Junio de 2015 • 2.153 Palabras (9 Páginas) • 207 Visitas
SOLA FIDE
Martín Lutero inició su Reforma Protestante basado en los conceptos de esas tres frases latinas. Sola gratia significa “sólo por la gracia divina”, lo que quiere decir que las personas no pueden “ganar” su entrada al cielo mediante las buenas obras, sino que para ello dependen enteramente de la generosidad y gracia de Dios. Esto eliminó el valor de los “méritos humanos” y estableció que sólo Dios puede lograr tal resultado. Sola fides significa “sólo por la fé”, lo que se refiere al lado humano del concepto anterior. Puesto que la gente no puede “ganar” activamente su entrada al cielo, fue necesaria esta afirmación para describir exactamente el requerimiento que se hace de nosotros. Esencialmente dice que cada uno de nosotros debe aceptar totalmente que el Señor es Dios, el único Dios, y que reconocemos Su Expiación como liberadora de la humanidad para que pudiera aceptarlo a El. Cuando alguien cree esto profundamente, cumple la responsabilidad humana, lo que induce al Señor a proporcionar su Gracia.
Habitualmente, con esas dos frases se asocia una tercera expresión latina, Sola Scriptura, que quiere decir “sólo por la Biblia”. Más que confiar en que ningún ser humano dé información sobre importantes asuntos religiosos, esa afirmación significa confiar SOLO en lo que dice la Sagrada Escritura. Martín Lutero había descubierto todo esto EN la Bilbia, y por eso es que añadió esta última frase. Antes de eso se había desarrollado el proceso de “indulgencias”, por el que los ricos podían dar grandes sumas de dinero a la Iglesia (supuestamente, una “buena obra”) a cambio de que se les garantizara su entrada al cielo. Lutero indicó que tal procedimiento no tenía valor a los ojos de Dios y, más generalmente, que en realidad no tenemos ingerencia alguna en lo que Dios elija hacer con cada uno de nosotros.
¿Salvados sólo por la fe?
¿Qué es "Sola Fide"?
Es la creencia de que estamos salvados ÚNICAMENTE por nuestra fe en Jesucristo, y que, como la salvación viene sólo por la fe, no estamos obligados a las obras buenas, o, como mínimo, no representan nada para salvarnos. En otras palabras, perfectamente podemos faltar a la caridad - por ejemplo abandonando al prójimo en su sufrimiento - y aún así salvarnos. Quienes creen en la sola fe no luchan contra el mal, sino que se combate con fuerza a quienes tratan de oponérsele. Obstinados, sólo se empeñan en defenderse.
La primera consecuencia de este error tremendo es que, por sentido común, permite que la gente sea mala, que peque como desee ya que mientras tenga fe en que Cristo la salvó alcanzará la vida eterna. ¿Y la coherencia en el bien, la unidad entre lo que digo, siento, pienso y actúo? No existe, o mejor aún, no importa. La Verdad, la verdad plena y auténtica, sólo permite y exige con fuerza el triunfo de la Justicia y de la pureza.
Suplantando al Espíritu Santo
Si es tan absurda y perversa esta idea, ¿en qué se basa para ser defendida con tanto fanatismo?
Podemos recordar brevemente las persecuciones, las matanzas y las guerras que movilizaron a los protestantes contra los católicos en nombre de esta idea. Entonces, ¿será que la Biblia lo enseña y la Iglesia fundada por Cristo se apartó de ella?
No. Eso nunca, jamás, podría ocurrir, porque es Su cabeza y porque la sucesión apostólica ha sido ininterrumpida, porque el Espíritu Santo al conforta y asiste, porque el Santo padre es infalible en materias de fe y de moral, y ante todo, porque el error, la mentira, tiene que imitar a la verdad.
¿Qué tiene que ver esto último con lo que trabajamos? En que los protestantes se apoyan y argumentan con un versículo del Santo Evangelio. Si el lector nos hace un favor y toma un ejemplar de las Sagradas Escrituras podrá leer en la epístola de San Pablo a los Gálatas, 3:11:"El ".
¿Pero qué decimos? Dice:
"El justo vivirá por la fe sola". ¿Tienen razón, entonces, en que es por la fe sola que nos salvamos?
Absolutamente NO. Porque Lutero, como autodenominado ‘corrector’ del Espíritu Santo AGREGÓ la palabra ‘sola’ a esa epístola. Así podía coincidir lo que él quería que dijese para apoyar sus ideas con lo que, a partir de entonces, podía leerse en las Escrituras Sagradas. El nuevo texto, ‘corregido’ a su gusto, lo apoyaba irrebatiblemente. De hecho, si se revisan otras traducciones no protestantes o anteriores a las de Lutero, puede leerse siempre la misma frase original de San Pablo, porque ha sido considerado el texto primitivo o ha sido removido definitivamente. Leemos, entonces, al Apóstol verdadero sin el agregado adulterador de Lutero.
Sin embargo, algunos se confunden y oros se cierran ciegamente creyendo que la sola fe es el único camino de salvación.
Revisando el origen
Los días extraordinarios que contemplaron al Verbo Encarnado sobre la tierra presenciaron además el amanecer de la Cristiandad. Los primeros hombres eran hombres de fe, muy fieles a su religión original, que creyeron en el mesías esperado. Y se entregaron en cuerpo y alma a la Buena Nueva.
Y los gentiles y paganos conocieron con lágrimas de alegría la Noticia y fueron instruidos en la fe. Como aceptaron y creyeron, fueron bautizados e ingresaron a la Iglesia de Cristo. Es decir, primero creían y luego se bautizaban. Deseaban adherir a todo y pertenecer al Pueblo Santo. La buena nueva (evangelio) corría por la tierra y quienes se enteraban se convertían de corazón.
Nosotros no tenemos que creer para ser bautizados. Somos bautizados, accedemos a la salvación inmediatamente y luego somos predicados, formados en la fe e instruidos en ella.
En este sentido, podemos decir que los primeros cristianos (cuyos padres y antecesores no poseían la fe cristiana) tenían que creer antes de bautizarse y sólo en ese sentido podemos decir que su fe los salvaba, porque por ella accedían al bautismo y por él a la salvación. Nosotros, en cambio, fuimos salvados por la fe de nuestros padres, que tuvieron la prudencia y caridad de bautizarnos desde pequeños
El sentido común y las Sagradas Escrituras
Como mencionamos arriba, es la misma Biblia que ellos interpretan antojadizamente la que los contradice abundantemente. Como si la palabra de Dios no fuese suficiente para ellos, el sentido común más elemental puede contestarles.
Examinemos más de cerca la carta de San Pablo a los Gálatas:
3:9 "De modo que los que toman el camino de la fe reciben la bendición junto con el creyente Abraham". 3:10 " Al contrario, pesa una
...