Afrontemos El Futuro Con Fe Y Valor
Enviado por selindo • 25 de Julio de 2013 • 3.962 Palabras (16 Páginas) • 5.439 Visitas
AFRONTEMOS EL FUTURO CON FE Y VALOR
A lo largo de la historia, las personas han mostrado gran interés por lo que pasará en el futuro. Historiadores, analistas y políticos, estudian el pasado en un intento de saber cómo será el futuro. Por otro lado, adivinadores, astrólogos y muchos farsantes han encontrado un filón en el deseo de la gente de saber qué pasará. Y es natural, porque ¿a quién no le gustaría saber lo que estará haciendo dentro de un mes, un año o una década? O si adoptamos una perspectiva más amplia, ¿cómo será el mundo de aquí a diez, veinte o treinta años?
Millones de personas son optimistas ante el porvenir, aunque pudieran dividirse en dos categorías: quienes afirman que tienen buenos motivos para creer que todo va a mejorar, y quienes mantienen una actitud positiva tan solo para no deprimirse.
De hecho muchas personas, ven el futuro con preocupación. Más que cualquier otro grupo social, los jóvenes acusan la necesidad de saber qué va a suceder y por qué. Aunque comúnmente se cree que la juventud vive solo para el presente, algunos estudios ponen de manifiesto una tendencia distinta, pues muestran que los jóvenes suelen darse perfecta cuenta de lo que ocurre a su alrededor y extraen sus propias conclusiones acerca de cómo, probablemente, será la vida en el futuro. Prueba de ello es que 3 de cada 4 jóvenes a menudo piensan en el día de mañana. Aunque por lo general tienen un talante optimista, la mayoría contempla el porvenir con cierta inquietud.
¿Cómo se explica esa inquietud? Gran parte de los jóvenes que compondrán la próxima generación de adultos ya tienen problemas con el delito, la violencia y las drogas. Los jóvenes se preocupan por conseguir un empleo estable en una sociedad sumamente competitiva. En la escuela se sienten coaccionados para sacar buenas calificaciones, y en el trabajo, para ser productivos. Un muchacho de 17 años se lamentó: “Vivimos en una sociedad donde impera la ley de la jungla. Todo el mundo busca su propio interés. Tienes que estar siempre demostrando tu valía, y eso me asquea”. Otro, de 22 años, afirmó: “Quienes logran sus objetivos triunfan en la vida; pero los que tienen peor suerte, los que por una u otra razón no rinden lo mismo, se quedan atrás”.
Algunas personas reconocen que la delincuencia, las enfermedades, las epidemias y las guerras son una realidad de este mundo, pero intentan mirar para otro lado y ser optimistas.
En los últimos años la crisis económica mundial, acompañada del desempleo ha hecho que las personas sientan gran incertidumbre hacia el futuro.
Algunos, en vista de la cantidad de problemas de la humanidad y sin la seguridad de un futuro mejor han tomado la decisión de vivir solo para el presente.
Puede que esta peligrosa actitud haya influido en los primeros cristianos, por lo que el Apóstol Pablo escribió lo que se registra en 1 Corintios 15:12 a los cristianos que vivían en Corinto.
Al parecer, la perniciosa filosofía del sabio griego Epicuro se había infiltrado entre los cristianos del siglo primero. Por ello Pablo enfocó la atención en la enseñanza epicúrea que decía Comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir. Como desdeñaban toda esperanza de vida después de la muerte, los seguidores de este filósofo creían que el placer carnal era el mayor o el único bien en la vida. La filosofía epicúrea era egocéntrica, cínica y, a la larga, degradante.
Esta negación de la resurrección tenía profundas implicaciones. Pablo razonó que sin la esperanza de un futuro eterno, el cristianismo sería en vano, no tendría propósito. No es de extrañar, por tanto, que bajo la influencia de este pensamiento pagano, la congregación corintia se hubiera convertido en un semillero de problemas. Por tanto, Pablo tenía la intención de fortalecer su fe en la resurrección. Con una lógica convincente, citas de las Escrituras e ilustraciones, probó fuera de toda duda que la esperanza de la resurrección no era una invención, sino una realidad de seguro cumplimiento profético y así acrecentó su comprensión de las realidades espirituales. Esto les ayudo a ver el porvenir con confianza.
Como vemos, el pesimismo en cuanto al futuro puede ocasionar graves problemas de índole espiritual. Sin embargo los testigos de Jehová de la actualidad somos optimistas respecto al futuro. Ahora bien, ¿en que se basa nuestro optimismo?
¿Cómo nos ayuda la fe a afrontar el futuro con valor, a tratar los problemas personales y a soportar la persecución y las presiones que sufrimos al servir a Dios?
¿Cómo podemos hacer crecer nuestra fe y ser más valientes?
En primer lugar tenemos que conocer el significado de la palabra fe, que comunica la idea de confianza y firme convicción. La Biblia en Hebreos 11:1 define muy bien la fe.
La expresión “expectativa segura” es un término, común en los antiguos documentos comerciales en papiro, transmite la idea de algo tangible que garantiza una posesión futura.
La palabra ó expresión “demostración evidente”, comunica la idea de presentar pruebas que demuestren algo, particularmente algo contrario a lo que parece a simple vista. La prueba presentada aclara lo que no se había discernido antes y descarta lo que parecía a simple vista. La “demostración evidente”, o la prueba convincente, es tan clara y determinante que se dice que es la misma fe.
Por consiguiente, la fe es el fundamento para la esperanza y la prueba convincente de las realidades que no se ven. La verdadera fe cristiana la componen todo el conjunto de verdades reveladas por medio de Jesucristo y sus discípulos inspirados. La fe cristiana se fundamenta en toda la Palabra de Dios.
Además la fe se basa en pruebas concretas. La creación visible da testimonio de la existencia de un Creador invisible. Los mismos acontecimientos que tuvieron lugar durante el ministerio y la vida terrestre de Jesucristo le identifican como el Hijo de Dios. El que Dios siempre haya hecho provisiones materiales para la creación animal y vegetal sirve de base para creer que también proveerá lo necesario para sus siervos, y el que haya dado la vida y la haya restaurado fundamenta la creencia en la esperanza de la resurrección. Lo que es más, la veracidad de la Palabra de Dios y el cumplimiento exacto de sus profecías inspiran confianza en la realización de todas sus promesas.
Por lo tanto, la fe no es credulidad. Incluso las personas que dicen no tener fe, sí la suele tener en amigos leales y de confianza. Por ejemplo, el granjero prepara su terreno y siembra la semilla, esperando, como lo ha hecho en los años anteriores, que la semilla brote y las plantas crezcan a medida que reciben el agua y la luz necesarias. Por lo tanto, su fe en la estabilidad de
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