Ama A Dios
Enviado por ing.josemonroy • 23 de Marzo de 2013 • 1.260 Palabras (6 Páginas) • 539 Visitas
¿CONOCES ACERCA DE LA SEMANA SANTA?
Transcurre entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Pascua, la Liturgia de la Iglesia le llama Semana Santa,
y es la más cargada de contenidos significativos a través del apasionante Año Litúrgico.
Una parte pertenece a la Cuaresma. Otra es el corazón del Año Litúrgico: el Triduo Pascual, que desemboca en
el momento más emocionante de la historia: La Resurrección Gloriosa de Jesús con su propio cuerpo
glorificado, festejado luminosamente a través de los 50 días del Tiempo Pascual, cargado de Aleluyas,
incienso, cantos y Cirios conmemorativos, reafirmando la fe cristiana de que nuestros cuerpos también
resucitarán gloriosos de las cenizas, y que con nuestros propios ojos y oídos glorificados veremos y
escucharemos a Jesús.
El Domingo de Ramos comienza con esta Santa Semana, color rojo de sangre para la Liturgia. Se lee el
Evangelio de la Pasión que corresponde al Ciclo Litúrgico Dominical del Año que transcurre, sea éste A, B o C.
Los Ramos de Olivo aclaman personal y comunitariamente a Jesús que entra en Jerusalén, signo y figura de
nuestro corazón, en el que quiere establecerse como Rey y Señor del mismo. En vano es agitar o colgar
ramitos si Jesús no es el dueño de nuestra vida.
El lunes, martes y miércoles santo vuelve el color lila o morado de la cuaresma en la liturgia.
Es importante acompañar a Jesús en las celebraciones litúrgicas de estos tres días. Solemos ir el Domingo de
Ramos a Misa y no aparecemos hasta festejar la Cena del Señor el jueves por la tarde. Pareciera el cruel, triste
e impío abandono del Señor Jesús igual al de los momentos históricos de la Pasión.
En las celebraciones litúrgicas de estos tres días, más la del viernes santo, se leen los cuatro Cánticos del Siervo
Sufriente de Yahveh del Profeta Isaías (Is 42,1-7; 49,1-9; 50,4-9; 52,13-53,12).
Seis siglos antes de Cristo ve Isaías la pasión y glorificación de Jesús de tal manera, que con razón es llamado el
5º Evangelista, aparte de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, contemporáneos de los acontecimientos celebrados.
La Misa Crismal, quiebra la monotonía cuaresmal (ya rota en el gozoso cuarto domingo, el de las vestiduras de
color rosado), y con blanco color litúrgico, el Obispo se congrega en la Catedral con su presbiterio y fieles, a fin
de renovar sus promesas de fidelidad, y consagrar los óleos que se usarán en los sacramentos cristianos: el de
los catecúmenos, el de los enfermos y el santo crisma.
Se celebra la Misa Crismal el jueves por la mañana, salvo donde las distancias son extensas, por lo que para
que los presbíteros puedan estar en sus comunidades celebrando la Misa del Jueves por la tarde, se adelanta
al miércoles anterior. Termina la cuaresma.
Con la procesión del cuerpo de Cristo en la iglesia, la Misa de la Cena del Señor y el lavatorio de pies, el Jueves
Santo por la tarde, con vestiduras blancas festivas, se reaviva la memoria de la Institución de la Eucaristía, el
sacerdocio ministerial, y el mandamiento nuevo del amor, al estilo de Jesús, “hasta dar la vida”.
Terminada ya la cuaresma, con esta celebración comienza el Triduo Pascual, centro y corazón del Año Litúrgico.
El viernes de la “Pasión del Señor” no hay Misa, pero sí una importante Celebración Litúrgica, Pública y Oficial ;
oración de la Iglesia, con ornamentos rojos, en que se lee siempre la Pasión según San Juan (18-19), en la que
Jesús, Dios (“Yo Soy”: Jn 18,5.6.8; cfr.Ex.3,14) y Rey (Jn 18,33.37; 19,3) parece dominar y dirigir su propio
proceso.
Se adora la Cruz, se hacen oraciones universales por todos los hombres, de cualquier condición, raza, cultura y
credo, culminando con la recepción de la Eucaristía.- Es el segundo día del Triduo.
El sábado santo es un día muy especial de silencio contemplativo y expectante ante la tumba abandonada del
Señor, si es que nuestro corazón no está
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