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Bendicion Sacerdotal


Enviado por   •  14 de Julio de 2014  •  2.590 Palabras (11 Páginas)  •  493 Visitas

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BENDICION SACERDOTAL

(Números 6:22-27)

En la Biblia hay muchas bendiciones, sobre todo las que los padres dan a sus hijos, ya sea al primogénito o la bendición última antes de morir. Pero en Números encontramos la bendición de bendiciones. Esta es una de las más famosas bendiciones en la Biblia, y se conoce como la “Bendición Aarónica o Sacerdotal”. Aunque lleva el nombre de Aarón, en realidad las palabras proceden de la Boca de Dios.

(Núm. 6:22-26) Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: (23) Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: "Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les diréis: (24) 'El SEÑOR te bendiga y te guarde; (25) el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; (26) el SEÑOR alce sobre ti su rostro, y te dé paz.'"

Estas son las palabras que Dios encomendó a Aarón y a sus descendientes (los sacerdotes, heb. Kohanim) con las cuales deben bendecir a Su pueblo. No para cualquiera, sino para los Hijos de Dios, para aquellos que han dado el paso de hacer un Pacto con Él.

Así como Jesús les enseñó a Sus discípulos cómo orar (Mateo 6:9-13), también el Padre les enseña a los líderes espirituales cómo bendecir a Su Pueblo.

PALABRAS CLAVES

En tan corta oración, hay una palabra que se repite dos veces, lo cual implica que es importante en el mensaje. La palabra clave es “Rostro”.

Rostro en hebreo es Panim, que también significa: delante de, enfrente, a la vista, encuentro, presencia.

La fuente de la bendición es el Rostro de Dios, es estar en Su Presencia.

Otra palabra clave que se repite tres veces es YHVH (Jehová). Dios se presenta como el Gran Yo Soy, el que es, que era y que ha de venir. Este es el Nombre de Dios que reúne en sí todas Sus expresiones y nombres.

Ahora analicemos la bendición sacerdotal…

BENDICIÓN

¿Qué es una bendición?

En español, “bendecir” significa literalmente “bien decir”.

En hebreo, el concepto de bendición es completamente diferente. La palabra hebrea es Baraj, que literalmente significa: arrodillarse, como un saludo o un acto de adoración.

Curiosamente, cuando pensamos en “bendición” la mayoría los relaciona con bienes materiales, tales como riqueza, salud, felicidad, bienestar, etc.

Como veremos en este estudio, la bendición que Dios desea para nosotros va más allá. No excluye lo material, sino que lo sobrepasa.

a. El Señor te bendiga

La bendición sacerdotal comienza con lo mejor, con el origen de todas las bendiciones…El Señor mismo.

Dios es la mejor bendición, no sólo porque Su Presencia es lo que mayor satisfacción nos trae, sino también porque Él es el portador y la fuente de todas las demás bendiciones.

b. El Señor te guarde

Luego de pedir por la Presencia de Dios y todos sus beneficios, pasamos a la segunda petición: “El Señor te guarde”.

“Guardar” en hebreo es Shamar. Literalmente significa: poner un cerco de espinas alrededor de algo para protegerlo y cuidarlo. ¿Por qué necesitamos un “cerco alrededor”? Porque hay amenazas afuera.

Después de darnos la bendición, Dios quiere que la mantengamos y que nadie nos la robe. El quiere que la guardemos, la atesoremos, la conservemos.

Por lo general nosotros no pedimos protección sino hasta que el peligro o la amenaza está sobre nosotros. Pero Dios quiere protegernos mucho antes que eso (Salmo 121:1-8). El quiere poner un cerco a nuestro alrededor para evitar el peligro.

“Guardar (heb. Shamar)” es la misma palabra que se usa para obedecer, es decir, “guardar los mandamientos” (Exo 20:6). Cuando obedecemos a Dios, Él nos guarda de todo mal.

c. El SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti

“Resplandecer el rostro” es una figura idiomática utilizada en hebreo. El verbo que se traduce como “resplandecer” es Ohr (אוֹר), que literalmente significa: luz.

Lo contrario sería “esconder el rostro”. Esto fue lo que Dios hizo cuando su pueblo desobedeció.

(Deu. 31:16-18) Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres; y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses extranjeros de la tierra en la cual va a entrar, y me dejará y quebrantará mi pacto que hice con él. (17) Y se encenderá mi ira contra él en aquel día; los abandonaré y esconderé mi rostro de ellos. Será consumido, y muchos males y tribulaciones vendrán sobre él, por lo que dirá en aquel día: "¿No será porque mi Dios no está en medio de mí que me han alcanzado estos males?" (18) Pero ciertamente esconderé mi rostro en aquel día por todo el mal que habrá hecho, pues se volverá a otros dioses.

Pero cuando su pueblo obedece, el Señor resplandece su rostro sobre ellos.

Esto es lo que clamó David:

(Salmo 27:7-11) Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme. (8) Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, SEÑOR, buscaré. (9) No escondas tu rostro de mí; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación. (10) Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá. (11) SEÑOR, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos.

“Esconder el rostro” implica salirse de su presencia, y de su gracia. Por el contrario, cuando Dios “resplandece Su Rostro”, esto significa que nos lleva ante Su presencia. Implica tener una buena relación con Él, y por consiguiente contar con su gracia y favor.

El resultado de estar en la presencia de Dios, en el resplandor de Su Rostro, es que nosotros también comenzamos a “resplandecer”, es decir, reflejamos la luz del Señor a los demás. Esto fue lo que le sucedió a Moisés.

(Exodo 34:29) … al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios.

También nosotros somos llamados a ser luz, a reflejar el resplandor de Dios en el mundo.

(Salmo 119:135) Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos.

(Salmo 4:6) Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? ¡Alza, oh SEÑOR, sobre nosotros la luz de tu rostro!

(Mateo 5:16) Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

La luz será nuestra obediencia y buenas obras. De esa forma, reflejaremos

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