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Enviado por medy05 • 25 de Noviembre de 2014 • 495 Palabras (2 Páginas) • 233 Visitas
¿Quién es?:
Etimología, hablar de Dios
La palabra Dios procede del latín deus, sin más, constituyendo una excepción de palabra que procede de un nominativo y no de un acusativo, como el habitual, debido a que a Dios se le invocaba con el nominativo. Esta etimología está tan extensamente probada por todos los escritos latinos tardíos y protorromances medievales, que es increíble defender otras posibilidades. Cualquier otra cosa es un puro invento. Y el latín deus, no procede en absoluto del griego Zeus. Lo único que sucede es que ambas palabras derivan de una raíz indoeuropea común *dyeu-/*dyu-, que significa “luz diurna”, variante de la raíz indoeuropea *deiw- (brillo, luz). Y en efecto la palabra latina “deus“, así como su variante “divus” (que están ambas en la base de nuestro término “Dios”), significan “ser de luz”, pues así eran entendidos los dioses en los orígenes, como seres hechos de la materia de la luz y nimbados de ella. Lo que sucede es que el nombre Zeus (*Dyeus) tiene el mismo origen indoeuropeo. Este origen, también está en la base del nombre Júpiter (en genitivo “Iovis“, procedente de “Dyeuis“), sólo que en el nominativo se le invocaba como padre (en indoeuropeo pitar /piter), así Dyu-piter. Téngase en cuenta que tanto Zeus como Júpiter (dioses equivalentes del panteón indoeuropeo) representan al dios del Cielo y los fenómenos atmosféricos, asociado al rayo, al relámpago y a la luz. Los romanos no tomaron en general a sus dioses de los griegos, sino que hay una coincidencia porque estos son los principales dioses del panteón indoeuropeo primitivo, que ambos pueblos, griegos y romanos heredan. Sólo a partir del s. IV a.C. algunos dioses griegos como Apolo o Dioniso-Baco son tomados por los romanos, pero no es el caso de Zeus: el Júpiter romano es tan antiguo como Zeus, y con el contacto cultural sólo se identificaron desde el punto de vista de la Biblia.
Según de la Iglesia
La idea que el mundo tiene de Dios varía mucho según los tiempos y la cultura dominante. Dentro de la misma Iglesia, cada época ha tenido su manera de pensar, aunque siempre dentro de la verdad revelada por el mismo Dios.
Hoy tenemos también nuestra propia idiosincrasia, nuestro propio gusto. Y a Dios lo miramos en nuestros días como el Dios que nos ama, como el Dios que es Amor. Por eso, pocos textos de la Biblia serán tan manejados por nosotros como la definición del apóstol San Juan:
Dios es amor.
Si Dios es amor, en el amor de Dios encontramos todo lo bueno y bello que existe.
Dios, al no tener ninguna necesidad de nada que no sea Él mismo, creó todas cosas por amor, para comunicarles su propia bondad. Las llena a todas de amor y las cuida y mima con amor indecible.
Pero cuando se trata del hombre, allí Dios se ha lucido en la comunicación de su amor. En imposible imaginar una manifestación
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