Discurso A Mis Estudiantes

“Sucede a menudo que aquellos que tienen un alto concepto de la Palabra de Dios piensan, erróneamente, que no necesitan ser diligentes en la preparación de sus sermones. Simplemente entregan el mensaje a la congregación de cualquier forma que les llegue a la mente” (1)

Semana tras semana se lucha por conseguir resultados positivos en la congregación, después de una predicación. Ello no depende solamente de un sermón impactante, la vida del predicador deja un amplio panorama del resultado que se tenga de la misma.

La PREDICACIÓN es un tema esencial y de vital importancia en cualquier iglesia porque, en gran parte, de ella depende la edificación y alimentación espiritual de sus miembros. Ésta puede ser efectiva o superficial. La calidad de tiempo que el predicador invierta en la elaboración del sermón es de trascendente importancia, ya que de ello pende la eficacia y la eficiencia que produzca el mensaje en el oyente.

Otra parte significativa es la estructura o bosquejo, éste debe cambiar de vez en cuando, para que el público esté interesado en escuchar el mensaje. La manera en que es ordenado un sermón puede hacer que el resultado que se obtenga sea muy diferente. Recordemos que la congregación tiene necesidades y hambre de satisfacerlas, por esto, es significativo prestar seria atención en qué se va a predicar y cómo se va a predicar, qué métodos y qué medios utilizaremos para poder ilustrar de una mejor manera nuestras predicaciones y por ende alcanzar el objetivo deseado.

Dentro del desarrollo del mensaje podemos introducir aforismos. Éstos darán cierto énfasis e interés a los oyentes. Tengamos presente que Jesús usó esta herramienta para tener la atención de sus seguidores. Otro elemento son las preguntas y respuestas, el crear en la mente del oyente un diálogo interno es de suma importancia para no perder la oportunidad de persuadirlo. Ciertamente el público suele distraerse en la mínima oportunidad, por esto es significativo atraparlo de forma que su atención esté puesta en el mensaje. Las adivinanzas, estimulan a la gente a responder en lo profundo de su mente cuestiones que más adelante puedan formar criterios que den salida a una necesidad. No con esto quiere decir que les va a decir cómo pensar, sino que ellos buscarán en su interior si realmente tienen una relación correcta con Dios y prodrán responderse a sí mismos.

Las tres “Rs” de la predicación son también una herramienta muy útil si se sabe aplicar de manera adecuada dentro del desarrollo del mensaje. La primera R se refiere a RECORDAR, mucho del ministerio consiste en recordarles cosas a los oyentes; la segunda “R” se refiere a la REPETICIÓN, consiste en repetir palabra por palabra de una idea o de un tema; por último la tercera “R”, se refiere a REITERAR y consiste en dar la esencia de un tema, un pensamiento en general. La reiteración ayuda a los oyentes a recordar la verdad, repitiéndola de forma diferente, pero si se usa en exceso se puede hacer de una forma deficiente. La reiteración y repetición que no tiene un propósito y que no están bien preparadas debilitan el mensaje y esto tiene como resultado hacer quedar mal al predicador.

Ahora bien, dado que el sermón ya está preparado, viene lo siguiente: ¿Quién lo expondrá? Sí, la respuesta es: el PREDICADOR, al igual que la elaboración

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