Distintas Religiones
Enviado por jazmin08mp • 19 de Agosto de 2013 • 1.336 Palabras (6 Páginas) • 332 Visitas
Cristianismo: Aunque existe una gran diversidad de denominaciones cristianas – Católicos, Protestantes, Ortodoxos, Evangélicos y muchas otras organizaciones Cristianas sin denominación, una creencia central del Cristianismo es que existe la vida futura o vida eterna, y que la conducta en la tierra – como nos comportamos – determinará el ‘lugar’ donde finalmente terminaremos. Existe un infierno para los malvados – algunas teologías aun hoy dicen que el fuego del infierno es eterno – y existe el cielo o paraíso para los que se han comportado bien en la vida. La Iglesia Católica además plantea que hay un estado entre el cielo y el infierno llamado ‘purgatorio’ y aun hoy en día debaten sobre un posible estado de ‘limbo’ para casos de niños que mueren antes de ser bautizados. La Teología Católica enseña que después de pasar un tiempo en el purgatorio, el alma o espíritu eventualmente podrá ir al cielo. Otros cristianos no católicos, los protestantes, no aceptan el concepto del purgatorio. La Teología Católica también afirma que los pecadores pueden confesar sus pecados a los sacerdotes católicos y que esos pecados son perdonados para siempre – no importa cuán graves puedan ser los pecados, incluyendo el genocidio – si el pecador se arrepiente sinceramente, sus pecados serán perdonados.
*Hinduismo: Los antiguos textos religiosos hindú, postulan que existe un núcleo eterno e inmutable del ser llamado "Atman." Esta alma o "ser profundo" era considerada como idéntica a la inmutable divinidad llamada Brama (el fundamento unitario del Ser que trasciende dioses y diosas particulares). Durante la vida en la tierra el Atman sin embargo está atrapado en el mundo de "samsara" (el ciclo de muerte y renacimiento). A diferencia de los conceptos Occidentales sobre la reencarnación, el Hinduismo, el Budismo y otras religiones Orientales muestran el proceso de samsara como algo infeliz. La vida en este mundo significa sufrimiento. Lo que nos mantiene atrapados en el ciclo de samsara es la Ley del Karma. Si uno muere antes de cosechar los efectos de sus propias acciones (como ocurre con la mayoría de las personas), el proceso kármico demanda que uno regrese en una vida futura. Regresar en otra vida también permite que las fuerzas kármicas recompensen o castiguen a través de las circunstancias en las que uno nace. "Moksha" es el término tradicional Sánscrito para denominar la liberación de la interminable cadena de muerte y renacimiento. Después de alcanzar moksha, se cree que el Atman individual se une con el Brama cósmico. La imagen tradicional es como una gota de agua la cual cuando cae en el océano pierde su individualidad y se convierte en uno con el mar, es decir que al alma individual es parte del todo y el todo mismo.
El Hinduismo también desarrolla la noción de ciertos mundos infernales en los cuales los individuos excepcionalmente pecadores son castigados. Muchos de los tormentos en los mundos infernales del Hindú, tales como ser atormentados por demonios, se asemejan a los infiernos Occidentales. Pero a diferencia del infierno Occidental, el infierno Hindú no es la morada final del alma. Ellos son más bien como purgatorios en los cuales las almas pecadoras sufren por un tiempo limitado. Después que termina ese tiempo, aun la persona más malvada sale del infierno y de nuevo participa en el ciclo de la reencarnación.
*Budismo: Buda continuó la doctrina básica del Hinduismo sobre la reencarnación y el karma, así como la noción de que el objetivo de la vida religiosa debe ser escapar del ciclo de muerte y renacimiento (reencarnación). Buda se separó más radicalmente del Hinduismo fue en su doctrina del "anatta", que es la noción de que el alma de los individuos no es eterna. En lugar de almas eternas, los individuos consisten en un conjunto de hábitos, memorias, sensaciones, deseos, etc., las cuales al unirse dan la apariencia de que la persona es un ser estable y duradero, lo que comúnmente se llama ‘ego’. A pesar de su naturaleza transitoria, este falso ego se mantiene
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