EL DECÁLOGO DE SANTA CATALINA DE SIENA
Enviado por Kathia Ortega • 2 de Febrero de 2021 • Resumen • 620 Palabras (3 Páginas) • 348 Visitas
El Puente de Catalina
Comparto con ustedes Católicos Informados, que hace casi tres años aproximadamente, tuve la oportunidad de conocer a una gran santa, Catalina de Siena, una de las cuatro mujeres declaradas Doctoras de la Iglesia, gracias a su vida de santidad y gran esmero por enseñar la doctrina de Cristo .
Antes de compartir algunas de las enseñanzas que esta santa me ha mostrado, quiero recalcar que Fray Nelson Medina, sacerdote religioso de la Orden de los Predicadores y hombre devoto de esta Santa fue quien me la presentó.
Este fraile en reiterados momentos y predicas habla de esta santa y resaltando sus enseñanzas, frases y vivencias, lo cual conmovió mi corazón y decidí conocer un poco más de su vida.
Catalina nació en Siena en el año 1347, fue terciaria dominica y murió a la edad de 33 años como nuestro Señor Jesucrito.
Desde pequeña ella experimentaba un gran amor hacia la oración y hacia las cosas de Dios, pues exclamaba “Desde pequeña me encantaba el silencio; me atraía la soledad, pues en ella hallé a Dios y el me halló a mi”. Su amor a Dios era tan gran que a los siete años, decide consagrar su virginidad a Dios a través de un voto privado. Aunado a eso, la pequeña decidió hacer una pequeña celda en su hogar, teniendo sólo lo necesario, como una consagrada.
Al pasar la adolescencia su madre quería que contrajera matrimonio, pero para Catalina ya existía alguien que había cautivado su corazón pues decía que Jesús era su esposo: -“Yo me enamoré de Él porque su amor es dulce sin ser amargo… Basta que miremos a Cristo Crucificado: eso es amar, así ama Dios”, ese era el Amor que Catalina anhelaba.
Más tarde Dios le mostró que su llamado no era vivir la soledad, sino que, estaba llamada a salvar muchas almas, a tener una vida contemplativa en acción. Ella exclamaba al entender este llamado de Cristo: “Tengo hambre de almas” y esa hambre la movía a salir de su casa y hablar de Dios, actuar como Dios le mostraba, de hecho se decía que nadie se iba de estar con ella, sin ser mejor personas, sin sentir en su corazón un ardor por seguir a Cristo, ella contagiaba ese santo deseo.
Esta Santa escribió “El diálogo” su doctrina principal, la cuál invito a los Catolin’s a leerla, así como algunas oraciones y soloquios. Pero de manera particular quiero resaltar como ella describe a Jesús como un puente entre el Cielo y la Tierra, por el que cada alma debe ascender para no caer ni ahogarse en el río que fluye por debajo. Este puente tiene tres escaleras: la primera son los pies de Cristo clavados en la cruz, que simboliza la etapa en la cual las almas están temerosas de las consecuencias del pecado y tratan de buscar a Dios por temor servil. La segunda escalera es el costado de Cristo, desde el cual las almas pueden contemplar el corazón de Jesús y darse cuenta del inefable amor que Dios les tiene. La tercera escalera es la boca de Cristo, donde las almas ahora aman perfectamente y encuentran la paz después de la guerra que han librado contra el pecado.
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