El Divorcio

INTRODUCCIÓN

Para entender el fenómeno del divorcio hemos de observar que cada vez son más las personas que aquí descubren la raíz de su inestabilidad social, que son muchas las consecuencias que se deslindan de esta falta de armonía familiar y que esto es todo un problema social que exige de nuestra parte un consejo orientador y constructivo, que sea capaz de traspasar las fronteras del enajenamiento social y personal que ha trastocado nuestra cultura fuertemente.

El objetivo, sin más, no es sino presentar el problema, sus causas y las más sobresalientes de sus consecuencias, talvez no podremos profundizar en casos concretos, sin embargo, es indispensable englobar el problema y presentarlo así para que ya se pueda emitir un juicio más objetivo a partir de dicho estudio

1. DEFINICIÓN

Para hablar de divorcio, primeramente hemos de entenderlo como “la disolución del vínculo matrimonial que deja a los cónyuges en la posibilidad de contraer otro matrimonio”. Como una “acción encaminada a obtener la disolución del matrimonio” . Es sencillamente “la ruptura del vínculo conyugal”, un vínculo establecido como concierto de voluntades, regulado por un orden natural, y en el fondo, por Dios creador quien lo participa .

1.1 Preámbulo

Actualmente es cierto que existe la inquietud sobre si a un plazo más o menos corto se podrá llegar a la auténtica legalización del divorcio; y que en algunos países esto ya va tomando forma. Lo que nos inclina a pensar en una fuerte presión ético-social, que para algunos esto supone una verdadera “catástrofe”, mas para otros, no es sino la única y valida medida que viene exigiendo la situación actual de una gran cantidad de matrimonios; a lo que hemos de concluir que no es ni una cosa ni la otra, dado que no podemos exagerar en las “ventajas” que ello pueda traer, como tampoco en las consecuencias de su aprobación .

2. ENFOQUE SOCIAL

En este apartado procuraremos ahondar en el daño humano que contrae este problema para la persona, las implicaciones que tiene para ésta y para la sociedad.

2.1 Causas

Podemos tratar el problema a partir de cinco causas principales:

1. La falta de conciencia matrimonial, es decir, las personas que contraen el vínculo matrimonial, no están preparados psicológica y sexualmente para este compromiso. La edad será un factor determinante en el compromiso, sea desde la misma administración autónoma de los bienes, o bien, por la posibilidad de distraerse superficialmente en cuanto a lo que se posee .

2. La falta de diálogo conyugal, que se puede decir, es la consecuencia de la convivencia rutinaria donde se habla sobre mil temas importantes y que atañen a la familia, sin embargo la pareja poco a poco deja de hablar sobre sí (como se hacía en el noviazgo). Con ello, destaca la falta de un noviazgo auténtico, que permita la aceptación y corresponsabilidad.

3. La falta de planificación matrimonial. Fruto de una inexperiencia e indisposición por consolidar un matrimonio serio y responsable, se refleja a través de las largas ausencias y la desconfianza mutua.

4. La falta de relaciones genitales convivenciales, donde realmente se busque la complementación y el compartir. La práctica precoz de estas relaciones tiende a disolverse de rápidamente y no favorece a la fidelidad. Esta falta de armonía sexual, también puede consistir en un egoísmo que se desarrolla e impregna varios aspectos de la vida de comunión .

Otros aspectos derivados: el “alcoholismo” de parte del esposo, el “adulterio” en ambos miembros, un “matrimonio sin hijos” (preservativos, incluso el aborto), etc.

5. La pérdida de función de la familia moderna. Significa que el matrimonio está conformado actualmente en medio de una situación sociológica que “amenaza a diario la fidelidad conyugal”. Sin embargo “el matrimonio es, hasta el momento, la manera de vivir que mejor responde a las exigencias de la fidelidad” .

Las grandes masas ejercen con fuerza su manera de pensar en medio de éste vínculo, sea a través de una cultura de producción y trabajo irrevocable, o bien, por el exceso de información “mass media”, que sin duda es un factor determinante, y con ello la defectuosa formación. En relación con esto, la ingerencia de parientes en uno de los conyugues y la migración son aspectos determinantes, el primero provocando una desconfianza interna, mas no es del todo malo puesto que por esa intervención se han logrado salvar muchos matrimonios.

Una última causa relacionada a esta falta de identidad matrimonial, es la relajación de los vínculos religiosos, lo que conlleva a la pareja a una permisividad irresponsable que termina en una separación confusa, dado que no se buscó fomentar el compromiso y la identidad .

2.2 Consecuencias

La separación conyugal provoca en ellos mismos, un fuerte “sentimiento de fracaso”, del cual cada uno es realmente responsable (no se puede entender como algo normal), representa un quiebra de un proyecto ilusionadamente preparado y conlleva sufrimiento moral (más si los cónyuges son creyentes), pues las situaciones personales son sin duda, muy variadas .

Por otra parte, la situación de los hijos (si los hay) es muy seria; serán los verdaderos perjudicados (inocentes) por culpa de sus padres. Estos serán psicológicamente muy vulnerables, los padres “originales” seguirán siendo muy importantes para su desarrollo. El divorcio de los padres es todo un tiempo de sobresalto que produce en ellos inseguridad, sentimientos de tristeza, ansiedad e inquietud, de soledad, conflicto de lealtad y demás aspectos que serán decisivos para su desarrollo (según la edad y las circunstancias en las que se desarrollen) .

2.3 Indisolubilidad

Podemos comenzar resaltando que la promesa de un matrimonio indisoluble resulta sumamente difícil, aunque de boca podamos votar por él. Significa que la variedad de crisis (emocionales, de carácter, de rutina, etc.) son factores

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