El Precio Del Liderazgo
Enviado por terceros • 18 de Marzo de 2014 • 695 Palabras (3 Páginas) • 568 Visitas
Doctrina 5
El Precio Del Liderazgo
Lucas 9:62
1. PAGAR UN PRECIO
Muchos de nosotros, en realidad, nos sentimos como se sintió Moisés al bajar del monte, donde había experimentado la gloria de Dios. Dios le dio las tablas de la ley escritas con su propio dedo, pero cuando descendió del monte, encontró al pueblo desenfrenado y entregado a la idolatría. Esto le quebranto el corazón, por lo que Moisés rompió las tablas de la ley, y quiso renunciar al ministerio.
Todo líder tiene que afrontar situaciones difíciles, donde puede pensar que se equivocó, y puede sentirse tentado a renunciar al ministerio. Pero hay un fuego que arde dentro de su corazón, que los motivara a continuar. Cuando Moisés hablo con Dios, comenzó a presentarle sus propios argumentos. Éxodo 33:12-23.
2. PREPARADOS PARA SOPORTAR
Como líderes, tendremos que soportar con madurez algunos aspectos que, si los sabemos manejar, no causaran ningún efecto. Los líderes de nuestros días podrán encontrar situaciones como las siguientes:
a. La critica
Dos aspectos afectan mucho a los siervos de Dios, sentir el menosprecio o escuchar la crítica, a lo que el Señor dijo: “¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié?¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová, que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye?” Isaías 42:19-20. Jeremías pudo contrarrestar la critica a través de la fe: “Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante” Jeremías 20:11. A los apóstoles la crítica tampoco les hizo cambiar sus prioridades. Hechos 6:1-2.
b. La Fatiga
El trabajo del líder es intenso y puede acarrear cansancio, especialmente cuando se tiene en cuenta la importancia de delegar funciones. Este fue el caso de Moisés. Éxodo 18:18. No obstante, cuando las actividades se incrementan, la tensión puede evitarse si tan solo llevamos nuestra carga y la depositamos a los pies del Señor. “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os hare descansar” Mateo 11:28.
c. Tiempo
David le dijo a Dios: “En tu mano están mis tiempos” Salmos 31:15. Cuando nuestro tiempo sea redimido en la presencia de Dios, trabajaremos de una manera mucho más eficaz. El Señor Jesús, aparentemente, por treinta años, permaneció en el anonimato, más cuando llego el tiempo de Dios, dio inicio a su ministerio y, en tan solo tres años y medio, logro redimir la humanidad, fundar la iglesia y dividir el curso de la historia. Rindamos tanto nuestra vida como nuestro ministerio en las manos del Señor, y Él nos ayudara a redimir el tiempo.
d. La soledad
“Más él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” Lucas 5:16. Los tiempos de soledad deben ser aprovechados para incrementar la relación devocional con Dios, a fin
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