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El Sacerdote Y La Pastroal Familiar


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2011  •  1.540 Palabras (7 Páginas)  •  785 Visitas

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EL SACERDOTE Y LA PASTORAL FAMILIAR

Pbro. Gilberto Gómez Botero

Director de CENPAFAL

Bogotá D.C. COLOMBIA

(Familia y sociedad n.39 pp.43-46 Nov.Dic/1986)

Las familias constituyen el tejido íntimo de la Iglesia misma. Por eso la Iglesia

considera que la pastoral familiar es básica y prioritaria.

Básica porque siempre tiene que estar presente, aún en las expresiones más

especializadas de la pastoral. "En este sentido cada Iglesia local y, en concreto,

cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la

responsabilidad que recibe el Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar.

Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de

tomar en consideración la pastoral de la familia" (F.C.70). Trátese de evangelizar a

niños, jóvenes, universitarios, obreros, militares, campesinos, artistas,

intelectuales, prisioneros o gitanos. Siempre hay que atender los aspectos de la

vida familiar, porque todos ellos tienen familia, aún ésta sea rudimentaria.

Y prioritaria, porque se debe anteponer a otras actividades pastorales. Sin familia

no hay Iglesia. Más aún, como afirma la Exhortación Apostólica FAMILIARIS

CONSORTIO: " Hay que llevar a cabo toda clase de esfuerzos para que la pastoral

de la familia adquiera consistencia y se desarrolle, dedicándose a este sector

verdaderamente prioritario, con la certeza de que la evangelización, en el futuro

depende en gran parte de la Iglesia doméstica" (F.C.65). Como pastoral básica, la

pastoral familiar cuida de los cimientos, de las raíces. Es una pastoral humilde, pero

con la que hay que contar para la edificación de la Iglesia.

Podemos definir la pastoral familiar como el conjunto de actividades mediante las

cuales se construye la Iglesia-Familia a partir de las familias-iglesias. La Iglesia es

familia de Dios y Cuerpo de Cristo. Sus células son las familias que llevan en sí la

marca de Iglesia.

Qué papel tiene el sacerdote en la pastoral familiar? Es allí un ser extraño, un

agente tangencial? De ninguna manera. La tarea de los sacerdotes es allí "una parte

esencial del ministerio de la Iglesia hacia el matrimonio y la familia" (F.C. 73).

Los sacerdotes, digámoslo a propósito, no somos "hombres sin familia". Nuestro

celibato no es una renuncia a la paternidad ni un desprecio del matrimonio. Los

sacerdotes vivimos la paternidad y el matrimonio en forma diferente. El sacramento

del orden es una consagración de nuestro amor a la Iglesia. Jesucristo es Esposo de

la Iglesia y el sacramento del orden nos permite participar de la unión conyugal de

Cristo y la Iglesia. Esto trae, como el matrimonio, responsabilidades y privilegios. Si

no hemos descubierto la grandeza de esta relación con la Iglesia es culpa nuestra.

Es posible que hayamos querido lucrar los privilegios sin atender a las

responsabilidades. Como esos maridos que han terminado desencantados del

matrimonio. Han querido gozar de los privilegios conyugales sin asumir en serio el

papel de esposos.

Como sacerdotes nos ha de interesar todo el ámbito de la vida conyugal y familiar.

El Papa nos advierte que nuestra responsabilidad "se extiende no sólo a los

problemas morales y litúrgicos, sino también a los de carácter personal y social". No

sólo debemos interesarnos en si van Misa o no, si se confiesan o no, si bautizan a

sus hijos no, si están casados o no. Debe interesarnos también si se aman, si

pelean y cómo resuelven sus conflictos, si se perdonan, si se respetan, si se

ayudan, si son cariñosos entre sí, si tienen trabajo, si dialogan, si se divierten

juntos, si cultivan la alegría. Debemos preocuparnos por el estilo de educación

humana y cristiana que están dando a sus hijos, qué valores les inculcan, cómo

ejercen la autoridad. "Ellos (los sacerdotes) deben sostener a la familia en sus

dificultades y sufrimientos, acercándose a sus miembros, ayudándoles a ver su vida

a través del Evangelio" (F.C.73).

Aquí está expresado el estilo de nuestra misión, el enfoque fundamental de lo que

debe ser nuestro trabajo pastoral con las familias: "Ayudarles a ver su vida a través

del Evangelio". Nuestra labor es diferente de la de un trabajador social o de un

consejero familiar. Nos corresponde, no sólo con la palabra sino también y

especialmente con nuestro ejemplo, ayudar a que las parejas y sus hijos aprendan

a examinar su vida diaria a la luz del mensaje de Jesús. Los cristianos estamos

llamados a cultivar unos valores que el mundo habitualmente pisotea. El amor que

nos enseña Jesús es diferente del "amor" que enseña el mundo. La generosidad, el

perdón, el sacrificio, la castidad, la nobleza, la honradez, son palabras sin sentido

en un mundo utilitario e idólatra. En las mentes impregnadas de la cultura del

mundo materialista son palabras y conceptos que no les evocan valores

respetables, sino que les provocan el sarcasmo.

La Iglesia nos invita a ejercer esta misión con "el debido discernimiento y verdadero

espíritu apostólico" (F.C.73). Y de esa capacidad de discernimiento necesitamos en

todas las actividades pastorales pero con especial énfasis en la pastoral familiar.

Para nosotros mismos debemos tener el fino olfato que nos permita distinguir

cuándo es el amor y cuándo el egoísmo bien disfrazado lo que

...

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