El valor de la amistad
Enviado por nds201998 • 9 de Abril de 2022 • Documentos de Investigación • 4.603 Palabras (19 Páginas) • 122 Visitas
4. EL VALOR DE LA AMISTAD
“Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15, RVR1960).
Introducción
La crisis de integración
Se produce cuando el nuevo converso no logra reemplazar los antiguos amigos y momentos de socialización por otros nuevos. El presente documento busca mencionar las características, síntomas y estrategias para ayudar en la permanencia del nuevo creyente.
Según Braham (2015), “La junta directiva de la Asociación General aprobó que, si bien la estrategia específica para la conservación de los miembros variará de un lugar a otro, ciertos principios son universales”. Estos principios son:
-Deben ser capaces de articular sus creencias.
-Deben tener amigos dentro de la congregación.
-Deben participar en un ministerio que les sea personalmente significativo.
-Deben tener un sentido de pertenencia e identidad.
-Deben usar sus dones espirituales en el avance de la misión de la iglesia (193).
Siendo cuerpo de la iglesia debemos considerar lo que el autor plantea al mencionar dichos principios universales, en donde se resaltan la amistad y desarrollo de la identidad como parte fundamental de la retención y consolidación del nuevo creyente.
En muchas ocasiones al recién bautizado no le resulta fácil renunciar a sus amistades y espacios comunitarios en los que su mente sigue siendo influenciada; esta problemática es mucho más recurrente de lo que se espera; sin embargo, debemos considerar que tenemos una parte en nuestro ser con necesidades sociales, que si no suplimos muy probablemente estaremos impidiendo el desarrollo integral del ser. Cress (2003) puntualiza de la siguiente manera: “La carencia de compañerismo es el factor que influye en las decisiones para irse de la iglesia” (p. 53); por ende, es sumamente indispensable crear un ambiente óptimo para que el nuevo creyente desarrolle dichas habilidades sociales dentro de la congregación.
La amistad en la experiencia religiosa o espiritual es primordial; Cress (2003) afirma: “Los nuevos miembros con amigos, se quedan; aquellos que no tienen amigos, no se quedan” (p. 51). Debido a que la iglesia no solo es un lugar para encontrar descanso para el alma, sino que se convierte en una comunidad en cuanto empezamos a interactuar entre hermanos, la congregación adventista ha de esforzarse un poco más en afianzar los lazos de los feligreses.
El salmista David menciona el gran beneficio de vivir en unión los unos con los otros: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” (Salmos 133:1, RVR1960); la relación con nuestro prójimo y el compartir en la fe hace que nuestra nueva vida se vea beneficiada por la koinonía. “La palabra proviene del griego κοινωνία (koinonía), que traduce ‘comunión’ o ‘participación en lo común”. El mismo sitio indica lo siguiente sobre dicha expresión: “La koinonía es un concepto teológico que significa comunión. Como tal, se refiere a la comunión eclesial y a los vínculos que esta genera entre los miembros de las iglesias cristianas y Dios” (Significados, 2016).
La amistad o comunión entre hermanos no es un invento para socializar sin razón alguna o para desviarnos de la tarea sagrada de prepararnos para el cielo; por el contrario, la sierva del Señor (2007) nos dice: “Los que se encierran en sí mismos y no están dispuestos a prestarse para beneficiar a otros mediante amigable compañerismo, pierden muchas bendiciones; porque merced al trato mutuo el entendimiento se pule y refina; por el trato social se formalizan relaciones y amistades que acaban en una unidad de corazón y en una atmósfera de amor agradables a la vista del cielo” (HC 414.3).
Momentos para afianzar la amistad
En la iglesia:
Uno de los espacios en donde el nuevo creyente va a pasar mayor tiempo es en la iglesia; por ende, se debe cubrir cada aspecto en el cual podamos fortalecer al recién bautizado, sin embargo, el ambiente eclesiástico puede influir ya sea de forma negativa o positiva sobre el pensamiento y actuar del miembro, ya que quizá la primera impresión que tenga de nosotros como comunidad pueda desviarlo del fin en común que es acercarnos a Dios; por ello, es fundamental que siendo líderes prestemos gran atención desde la llegada del nuevo miembro hasta que abandone nuestra congregación. White (2007) dice: “Especialmente aquellos que han gustado el amor de Cristo debieran desarrollar sus facultades sociales; pues de esta manera pueden ganar almas para el Salvador. Cristo no debiera ser ocultado en sus corazones, encerrado como tesoro codiciado, sagrado y dulce, que sólo ha de ser gozado por ellos; ni tampoco debieran ellos manifestar el amor de Cristo sólo hacia aquellos que les son más simpáticos. Se debe enseñar a los alumnos la manera de demostrar, como Cristo, un amable interés y una disposición sociable para con aquellos que se hallan en la mayor necesidad, aun cuando los tales no sean sus compañeros preferidos. En todo momento y en todas partes, manifestó Jesús amante interés en la familia humana y esparció en derredor suyo la luz de una piedad alegre” (HC 414.4).
El aceptar el evangelio de Cristo en nuestro corazón no dice que nos debemos volver asociales; por el contrario, se deberían mejorar las facultades para así poder ayudar a los demás, mostrando de esta forma la luz del Salvador que nos alcanzó y que pudo cambiar nuestras vidas.
Retiros espirituales
En el programa anual de cada congregación se tienen incluidos muchas veces retiros de los diferentes departamentos de la iglesia; sin embargo, sería sumamente provechoso para el nuevo miembro que se sacaran dos momentos en el año, en donde el retiro sea enfocado en fortalecimiento espiritual; como resultado, el hermano sentirá que la congregación adventista se preocupa por él y su preparación; a su vez, la iglesia puede saber las necesidades de la comunidad para prestar auxilio en el momento en que se requiera.
Visitas a otras iglesias
Como comunidad adventista sabemos que somos un movimiento con presencia mundial, que a su vez cuenta con diferentes sedes que quizá estén cerca de nosotros; por ende, es beneficioso que el nuevo creyente pueda percibir que nuestras iglesias lo recibirán con los brazos abiertos dando a conocer el alcance que tiene el evangelio en nuestros corazones y en este hermoso pueblo.
Debemos recordar que la idea de preparar discípulos es que puedan ir por otras iglesias predicando y apoyando el proceso de retención y consolidación; por consiguiente, el poder relacionarse con nuevos hermanos hace que se les facilite encontrar lugares nuevos para apoyar y que todo lo que vaya aprendiendo pueda replicarlo con otros, y así todos podamos ser discípulos del nuestro Señor y Salvador.
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