Epistemologia
Enviado por edwinositi • 13 de Noviembre de 2012 • 4.445 Palabras (18 Páginas) • 348 Visitas
UNIVERSIDAD SANTO TOMAS
DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES Y FORMACIÓN INTEGRAL
Resumen del texto del profesor MARDONES JOSE: Filosofía de las ciencias sociales y Humanas. Antrophos.1999. Barcelona, elaborado por la profesora: Ana Cecilia Vallejo C.
Mardones considera que entrar en el campo de las ciencias sociales equivale a tropezar con polémicas. No existe consenso de las llamadas ciencias del espíritu, culturales y humanas o sociales acerca de la fundamentación de su quehacer y del estatuto de cientificidad.
La crisis se plantea hacia el siglo XIX, en este momento, se hace evidente que la sociedad y la vida de los hombres no era algo claro, surgiendo entonces la ciencia histórica, sociológica, política, económica y psicológica. Unos exigían que estas “nuevas ciencias” se acomodaran al paradigma de las ciencias naturales (físico-naturales) y otros defendían la autonomía de las ciencias descritas. Ello implicaba cuestionar ¿Qué es la ciencia?.
Dos tradiciones importantes en la filosofía del método científico: la aristotélica y la galileana.
Estas dos tradiciones tienen su origen en el mundo griego: la tradición aristotélica se remonta a Aristóteles y la galileana a Pitágoras y Platón.
La tradición aristotélica o la ciencia como explicación teleológica
Para Aristóteles el principio de la investigación está en la observación. Pero la explicación científica sólo se consigue cuando se logra dar razón de los hechos o de los fenómenos es: dar razón de los hechos. Aristóteles pensaba que la explicación científica era una progresión o camino inductivo desde las observaciones hasta los principios generales o principios explicativos. Estos principios eran inducidos por enumeración simple o por inducción directa de donde se obtenían más generalizaciones acerca de las propiedades de la especie o género. En este paso se obtienen los principios explicativos a partir de las observaciones de los fenómenos que se han de explicar, se denomina: inducción. Existía además otro momento o etapa en la explicación científica el deductivo: consiste en deducir enunciados acerca de los fenómenos a partir de las premisas que incluyan o contengan a los principios explicativos. En otras palabras formular principios universales y aplicarlos a particularidades.
Aristóteles exigía una relación causal entre las premisas y la conclusión del silogismo. Para este filósofo, todo fenómeno tiene una causa y ésta puede comportar cuatro formas: la causa formal, la causa material, la causa eficiente y la final. La explicación científica adecuada debe especificar estos cuatro aspectos que constituyen su causa. Sobre todo, no podía faltar en una pretendida explicación científica, el dar cuenta de su causa final o télos. Aristóteles exigía explicaciones teleológicas que aclarasen “con el fin de qué” ocurrían los fenómenos, no sólo de los hechos referidos al crecimiento y desarrollo de los seres vivos, sino aún la de los seres inanimados.
La tradición galileana o de la ciencia como explicación causal.
Hacia el siglo XVI del Renacimiento Tardío y la época de Barroco las condiciones estaban maduras para que aconteciera el “giro copernicano” en la ciencia, o la que Ortega y Gasset llama la “Anábasis de Descartes” o arreglo de cuentas de la filosofía, de uno consigo mismo.
En este contexto, se deja de mirar el universo como un conjunto de sustancias con propiedades y poderes, se lo empieza a considerar como un flujo de acontecimientos que se suceden según leyes. Para Galileo y Bacon la visión del mundo no es tanto finalista y metafísica sino funcional y mecanicista. Hay un deseo de control de la naturaleza. El hombre reduce y cosifica esa naturaleza para sus necesidades y utilidades, su interés es pragmático. La pregunta no va dirigida al “porqué” y “el para que” sino “al cómo” más inmediato y práctico.
Con la aparición de la obra De revolutionibius coelestium de Copérnico en 1543 hasta 1638 con Galileo y su obra los Discorsi, se abre el umbral de la “nueva ciencia” en la que se cristaliza el método científico. En este momento se da una recuperación de la tradición pitagórica-platónica efectuada por los humanistas, que se verá fortalecida por la fe cristiana en el Creador. Galileo será el típico representante de la nueva mentalidad que cambia las explicaciones cualitativas aristotélicas: “El libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático” afirma Galileo.
Aparecen además unas condiciones centradas por el capitalismo incipiente del siglo XIII nacido en las ciudades italianas y con el comercio de Oriente, que rompe con la producción y distribución gremial de la Edad Media. Nace la clase urbana, la burguesía y el capital. Surgen expresiones como “ir a lo positivo”, esto es, existe un interés por el conocimiento de lo pragmático y lo útil. El aspecto más importante como legado de la concepción pitagórica y arquimédica para Galileo fue el valor de la abstracción e idealización de la ciencia. Galileo trabaja con conceptos ideales como “péndulo ideal”. La nueva ciencia galileana va a considerar como explicación científica aquella que venga formulada en términos de leyes determinadas matemáticamente y que toman la forma de explicaciones causales (funcionales y mecanicistas) siendo determinadas por el análisis experimental. Mardones basándose en Kant muestra cómo: “Galileo ha montado su física sobre un supuesto universo: el supuesto de que las cosas giran en torno al entendimiento y por paradójico que parezca, han descubierto lo que son las cosas”. Se ha consumado lo que Kant llama la revolución copernicana.
La primera polémica explícita de la filosofía de las ciencias sociales: El positivismo decimonónico frente a la hermenéutica.
Hay un paralelismo entre el desarrollo de la ciencia moderna (matemática–física) en el siglo XIX y el estudio de las ciencias del hombre, la historia, la lengua y los usos e instituciones sociales. Así, tenemos a Ranke y Mommsen en historiografía, W. von Humboldt, R. Rask y Grimm en lingüística y filosofía, Taylor en Antropología social, Saint Simon, A. Comte, Spencer y Marx en sociología con una altura comparable a la alcanzada por la ciencia galileana-newtoniana. Las causas se atribuyen a la crisis en que entra la sociedad en el período de la Revolución Francesa, en donde se hace evidente la ignorancia respecto a los temas de la sociedad, tanto a nivel teórico (modo de comprensión) y práctico (modo de organización). Ello obligó al estudio de ésta de una forma más estricta a mediados del siglo XIX. Inicialmente este estudio estaba asentado en los principios de la ciencia galileana con gran
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