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Evangelio de Marcos


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2015  •  Trabajo  •  2.535 Palabras (11 Páginas)  •  138 Visitas

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1-¿Qué elementos del texto sospechamos que están reflejando la situación socio-politica y/o religiosa del tiempo de Oseas? Leemos el comentario de Jorge Mejía. Describir los elementos fundamentales del mensaje del profeta (la consigna estaba incompleta)

En el tiempo del profeta Oseas, lo religioso se enfoca en Dios, ya que este habla mediante dicho profeta, de manera apasionada. Desde la metáfora matrimonial: Yahveh eligió a Israel porque quiso, porque lo ama (Se une a Israel como un esposo a una esposa) hasta el amor paterno con Israel (la necesidad de protección y providencia), tal como plantea en uno de sus primeros versículos : 3 Con todo, yo guié al pueblo de Efraín y lo enseñé a camina; pero ellos no comprendieron que yo quien los cuidaba. 4 Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer… |

En cuanto a la problemática política, según describe Mejías (1975), la situación es de una angustia extrema: para obtener la seguridad ansiada, se multiplican los altares y los sacrificios, y en idéntica medida, se buscan las alianzas y se cambian los reyes por el asesinato. Oseas no podría mirar con más horror este inmediatismo político. Las alianzas variables son signo de locura, los cambios de reyes son contraproducentes. Dios castiga unas y otros por una especie de mecanismo interior que es para Oseas el sentido mismo del pecado: las alianzas conducen al exilio bajo los mismos monarcas que invocan, los reyes se destruyen a sí mismos y acaban con la institución monárquica” (Mejías, p. 22)

A partir de los comentarios del Autor Mejía (1975), Oseas depende de la antigua tradición de Israel y la vierte a su propio modo, es decir, con su propia teología y con sus acentos profundamente afectivos, que ayudan a penetrar aún más en la revelación del Dios de Israel en cuanto a la historia de la salvación. Como mencionamos antes, incluso la noción de Israel como "hijo" de Dios aparece en los relatos de Éxodo, y podrá ser estudiado en el contexto teológico del Medio Oriente antiguo. A partir de aquí, Oseas manifestará alguna clase de dependencia del pueblo de Israel con la religión Caneana.

La designación de Israel como un "niño", le dará tono a toda la perícopa del profeta por la necesidad de protección ue el pueblo de Israel demanda a su Dios en el momento del éxodo, y aún ahora compartiendo otra religión, Yahveh sabe que están perdidos y necesitan de su guía como un padre conduce por el buen camino a un hijo. Con Amor. Esto es nuevo en Oseas y forma parte también de la esencia de su mensaje: Ahora Israel es el hijo pequeño que necesita ser atendido por Dios, que lo ama. A su vez, esto deriva de otro elemento relevante en el mensaje de Oseas, y es la connotación de "llamado" por parte de Yahveh en la salida de Egipto.

Por otro lado, destacamos del mensaje del profeta Oseas (11, 1-7), que, al ser una perícopa de las más difíciles, suele ser corrompido en cuanto a la traducción de su idioma original al hebreo. Aún cuando es claro, también sigue siendo difícil de interpretar ya que la lectura elegida se propone con todas las reservas, por lo que se deberá detener en cada punto de dicho relato para llegar al mensaje final que este desea transmitir.

En cuanto a su estructura literaria, podemos decir que el oráculo pasa de ser una descripción intensamente sentida del pasado, mezclada con reproches, al anuncio de un castigo, para luego concluir con un nuevo reproche "Pero mi pueblo sigue suspendido a sus apostasía: Claman a Baal juntos: él no los levanta". La descripción del pasado sirve también a reproche, por lo cual el oráculo no es demasiado distinto de otros oráculos frecuentes de Oseas, donde el reproche es seguido por la amenaza. A su vez, domina la primer persona de Yahvé, mientras que las referencias a Efraím o Israel, son en tercera persona (singular o plural). Para entender ésta última explicación, nos pareció oportuno plasmar el relato de Oseas 11, 1-7:

"Cuando Israel era chico yo lo amé

Y de egipto llamé a mi hijo

Más los llamaba, más se apartaban de mí:

A los Baales orfecían sacrificios y a los ídolos quemaban incienso.

Y fui yo quien enseñé a Efraím a caminar,

Los tomaba en mis brazos;

Pero ellos no supieron que yo los cuidaba.

Con vínculos humanos los atraía,

con ataduras de amor,

Y me portaba con ellos

Como quien alza a un chico contra sus mejillas;

Me inclinaba hacia él para darle de comer

Volverá a la tierra de Egipto

Y Asiria será su rey,

Porque se negaron a convertirse.

Circula la espada en sus ciudades

Y consumirá sus hijos;

Devorará a causa de sus planes.

Pero mi pueblo sigue suspendido a su apostasía:

Claman a Baal juntos:

Él no los levanta."

Así, observamos el claro reproche por parte de Yahvé, quien fue el liberador de Israel, encarnado este en Moisés, al pueblo que Él libero. Los israelitas están dejando al acecho a Yahvé y están convirtiéndose en la nueva Religión Politeísta Canónica (cananea?) compartida en Asiria.

Oseas parece haber meditado durante un tiempo prolongado sobre el pasado de Israel en función del presente, respecto del exilio, ya que éste refleja tal preocupación en sus primeros oráculos (2, 18-23 ; 1, 1-9 ; 2. 18-25). Esta preocupación aflora ya que el profeta es un hombre de tradición, y como tal, puede observar la inminencia del fin: el pueblo elegido (Israel) marcha hacia la catástrofe. Por eso, este oráculo contempla el doble exilio y la invasión destructora de Asiria. De esta manera, se sitúa así probablemente en los años críticos que comienzan en 733.

De esta manera, como conclusión teológica, tomaremos en cuenta que Oseas reinterpreta la historia de la salvación y adapta las fórmulas tradicionales a las notas características de su mensaje. Su lectura del pasado es muy personal: El amor que explica las relaciones de Dios con Israel ocupa el primer lugar, Israel es el hijo que Yahveh ha mimado desde el principio. Esto ayudará a entender el presente y exponerlo con gratitud.

La actitud de Israel no sólo es ingrata, sino que además pecadora. Prefiere dirigirse a un dios impotente e ineficaz (canónico), en vez de recurrir a aquel Yaveh que lo llamó desde Egipto, tratándolo desde el principio como un hijo. El reproche y la amenaza tienen carácter de lamentación, pero todo mira a conseguir por dicha vía la conversión del hijo rebelde.

Una vez más, hacemos hincapié en la relevación central de Oseas:

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