Informe Conflicto De Los Siglos

En todo tiempo Dios ha contado con un pueblo fiel, y con santos hombres dispuesto a darlo todo por la causa de Dios. En la búsqueda de liberar a la iglesia de las tinieblas de la ignorancia escritural y las esclavizantes cadenas del papado ocupó un lugar preponderante Martín Lutero. Educado en los principios de Dios, poseedor de padres piadosos y de cuidado privilegiado, el camino de Lutero fue cimentado siempre por el Salvador. Al descubrir una Biblia latina en los pasillos de la biblioteca universitaria comenzó el recorrido por la Palabra de Dios, y el impacto de descubrir la ignorancia total de sus escritos, tanto por su parte como por el pueblo mayoritario. Siendo ordenado sacerdote posteriormente, comenzó su conocimiento del engranaje administrativo y burocrático propio de la iglesia oficial, y la percepción de errores doctrinales y estratégicos, que hacían separación cada vez mayor entre el pueblo y el cuerpo de Cristo (o lo que debía de serlo). El comercio efectuado con la gracia de Dios por parte de la Iglesia fue una de las más grandes aberraciones contempladas por Lutero. Su lucha contra la venta de indulgencias hablaba de alguien con un corazón transformado, y dispuesto a servir a su Creador. Sus 95 tesis no hicieron más que abrir los ojos de cientos sobre la realidad de una iglesia tergiversada y una verdad dañada por parte del curio papal. El camino de la oración, la fe práctica y la obediencia escritural marcaron su transitar por las avenidas de la travesía misionera. Con Lutero, las costumbres y tradiciones humanas fueron contrarrestadas con la verdad pura de la Biblia. Frente a tribunos fue incapaz de rehusar a la verdad, y decidió comenzar su transitar por esta aventura salvífica, denominada Reforma.

La lucha, indudablemente, no fue solo con la dirigencia eclesiástica, sino también – y en ocasiones primordialmente – con la dirigencia política. Carlos V fue sólo uno de los tantos que utilizados por el enemigo trataron de colocar vallas al avance de la obra reformista. Worms fue el escenario de un burocrático proceso a través del cual los defensores de la verdad fueron presentados ante magistrados y dirigentes como herejes, indoctos, fanáticos y extremistas. Poco a poco, príncipes y electores fueron conquistados por la verdad, y se abría el paso a una reforma dirigida por el Más Grande de Todos, a saber, Dios. Frente a los dignatarios, Lutero no hizo sino dejar sus carencias a los pies del Salvador, y confiar en que Su Defensor le acompañaría. Se ocultó detrás del Hombre del Calvario, y esa fue su victoria mayor. Incapaz de retractarse de la verdad, enfrentó la dureza de la sentencia humana, pero confiado en la justicia divina avanzó por Fe.

Tal cual había ocurrido en Alemania, en Suiza el Señor vio a los más humildes y con ellos comenzó su labor en tierras alpinas. Ulrico Zuinglio fue el convocado. Basilea fue el escenario de su encuentro con el evangelio, y junto con

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