JUECES 8

JUECES 8

(1-35)

Texto a memorizar: Jueces 8:22-23 “Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián. Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.”

TRASFONDO

Gedeón había completado la primera fase de la campaña para librar la tierra de los invasores madianitas y amalecitas que siempre llegaban en la época de la cosecha para saquear el suministro de alimentos de Israel. Estas langostas nómadas no vinieron porque necesariamente odiaran a Israel; vinieron porque querían lo que Israel tenía. Vinieron porque los nómadas no saben producir lo que quieren y necesitan, solo saben cómo robarlo.

La tribu de Efraín disfrutó de un estado de supremacía sobre todas las otras tribus de Israel, al menos las tribus más al norte (observemos nuevamente cómo no vemos ninguna mención de las tribus del sur, Judá o Simeón). Esto se debió al hecho de que Josué era un efraimita, y que a Efraín se le habían dado los privilegios especiales de primogenitura no solo sobre su hermano mayor Manases, sino incluso sobre su tío Rubén. Como fue la bendición del lecho de muerte de Jacob en Egipto más que una esperanza y el deseo de un moribundo, Efraín de hecho estaba cumpliendo la profecía de Génesis 49 de que José (su padre) llegaría a ser muy fructífero. Efraín controlaba campos fértiles, colinas exuberantes y se había vuelto grande y poderoso. Otras tribus les cedieron, y Gedeón (que era de la tribu de Manases) hizo lo mismo.

QUEJA DE EFRAIN Y RESPUESTA DE GEDEON (1-3)

(1) Pero los hombres de Efraín le dijeron: … Entonces, en el versículo 1, los líderes de Efraín vinieron a Gedeón con una queja: "¿Por qué no nos llamaste cuando fuiste a pelear contra Madián?" Los líderes tribales de Efraín, la más poderosa de las 12 tribus, acudieron a Gedeón quejándose de que no se les había dado deferencia en los planes y acciones de Gedeón. Fingen ignorancia e insulto porque no fueron incluidos en la estrategia de batalla; pero en realidad simplemente querían crédito y querían lo que consideraban su derecho a una parte de la gran cantidad del botín de guerra que se había recaudado. Ephraim sabía muy bien lo que estaba pasando, solo querían quedarse al margen y esperar a que el polvo se asentara para poder posicionarse mejor para cualquier resultado de acuerdo con quien pudiera ser el vencedor.

Aquí estaba Gedeón, el Shophet ungido de Dios, que acababa de arriesgar todo para librar a la tierra de estos invasores, y los líderes de Efraín están molestos porque Gedeón rompió el protocolo a sus ojos. Se sienten ofendidos porque no se les tuvo en cuenta, siendo quienes ellos eran. El líder guerrero Gedeón se vio obligado a ser diplomático y a inclinarse ante los arrogantes líderes efraimitas para evitar el peligro muy real de desencadenar inadvertidamente una guerra entre tribus y así dividir aún más a los israelitas en lugar de unificarlos (al menos hasta cierto punto).

No podemos perder de vista que estamos tratando con personas reales en situaciones reales, y ellas respondieron de formas completamente habituales para su cultura particular en su época. Efraín era el perro grande de Canaán en este momento; y los líderes de Efraín esperaban no solo ser consultados personalmente antes de cualquier gran empresa cerca de su territorio, sino también que se les permitiera ocupar su lugar a la cabeza de la línea cuando llegara el momento de las cosas que resultan automáticamente de la victoria.

Sin duda, Silo y Betel eran dos de los lugares más venerados y consagrados de todo Israel y ambos estaban en el territorio de Efraín. Así que incluso los centros religiosos de todo Israel llevaban la marca de Efraín. Pero había una razón aún más baja para la dura reprimenda de Ephraim a Gedeón: 135.000 soldados y sus familias dejan un montón de botín de guerra cuando huyen, y se adquiere más cuando son capturados. Comprenda: el robo, el secuestro, la victoria en la batalla y la proyección de poder eran generalmente los métodos utilizados en las sociedades tribales para ganar riqueza y autoridad. Siempre fue un juego de suma cero: una tribu ganaba porque se lo quitaban a otra. Ha ido y venido a lo largo de los siglos. A medida que algunas tribus se asentaron más y se convirtieron en naciones estables (como Israel estaba en proceso de hacerlo), se volvieron menos depredadores entre sí y más interesados en producir que en robar. Pero otras sociedades del

Medio y Lejano Oriente siguieron siendo nómadas y, por lo tanto, se comportaron como sugiere el término figurativo "langostas".

(2-3) A los cuales el respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? … Gedeón demuestra ser un hombre sabio y responde a las acusaciones de los líderes efraimitas con una respuesta suave y diplomática. Utiliza una metáfora típica de la granja para ganarse el favor y dice que las uvas sobrantes de las vides de Ephraim son mejores que las mejores cosechas de Avi'ezer (Avi'ezer es el clan de Gedeón). Él está diciendo que, aunque pueda parecer que la cosecha completa de la victoria de Gedeón sobre Madián, sin la ayuda de Efraín es mayor, de hecho, las operaciones de limpieza (las aparentes rebusques o las sobras de la cosecha) de Efraín fueron lo más importante y la victoria plena y completa era imposible sin él. El papel desempeñado por Ephraim (aunque no tan espectacular y ampliamente conocido como la batalla principal liderada por Gedeón) fue la verdadera razón del éxito final, dice Gedeón. Estamos siendo testigos de una gran absorción aquí en el típico estilo de Oriente Medio.

Gedeón le recuerda a Efraín que fueron ellos quienes tuvieron la gloria de capturar y ejecutar a esos dos líderes clave de los madianitas, Oreb y Zeeb. Funcionó. A Efraín se le dio el reconocimiento público que requería y sin duda muchas libras de oro y plata, para que no sintiera que se desafiaba su estatus y así se calmaron. Curiosamente, en unos pocos años (y capítulos) a partir de ahora, este mismo problema con Ephraim herido en sus sentimientos de arrogancia terminó en consecuencias mucho más trágicas.

TRAGICA ACTITUD DE SUCOT Y PENIEL (4-9)

(4) Y vino Gedeón al Jordán, y paso él y los trescientos hombres … Comenzando en el versículo 4 encontramos a Gedeón y su grupo de 300 hombres persiguiendo a los nómadas que huían. Gedeón estaba haciendo exactamente lo que debía; estaba haciendo lo que Josué y los sucesores de Josué no pudieron hacer: llevar la batalla hasta la puerta del frente del enemigo si es necesario y no renunciar hasta que el enemigo sea erradicado.

Analicemos algo de nosotros los cristianos: hablamos y hablamos con entusiasmo de cuándo regresará el Mesías y terminará el mal. Pero no pensamos en perseguir el mal hasta exterminarlo. Una de las razones por las que el Antiguo Testamento es a menudo detestado es que algunos lo ven como un Dios sediento de sangre que ordena a sus seguidores llevar a cabo un proceso de llevar el mal ante la justicia de una manera final y dura. El mal solo existe dentro de los seres que tienen voluntad. La creación en general y las cosas no son malas. En el lado terrenal solo los hombres son malos y en el lado espiritual solo Satanás y sus demonios son malvados. A lo que me refiero es a que la erradicación del mal, por definición, significa la erradicación de la gente malvada y, finalmente, del Maligno espiritual. Así, en el Armagedón, el Señor eliminará todo el mal.

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