LA MASONERÍA
Enviado por elrakin12 • 4 de Noviembre de 2013 • 3.657 Palabras (15 Páginas) • 242 Visitas
LA MASONERÍA
1. Orígenes.
La palabra masón proviene del inglés "mason" y del francés "maçon". Ambos
términos significan "albañil". Los orígenes de la masonería se pierden en el
tiempo y pueden ser tan lejanos como los orígenes del oficio de la
construcción. Entre los antecedentes legendarios, existe el mito de Hiram
Abif, arquitecto y constructor del templo del rey Salomón. Según la
masonería este arquitecto sería uno de los primeros masones de la historia
quien habría transmitido su arte hasta nuestros tiempos por tradición
simbólica.
En los antecedentes históricos podemos destacar la existencia de los
"collegia", antiguos gremios de constructores durante el imperio romano.
Estos gremios de constructores tomaron mucha fuerza durante la Edad Media y
se desarrollaron independientemente en varios países. Se dividían en
"logias". En su época de mayor influencia arquitectónica, trabajaron para la
Iglesia, construyendo todas las iglesias y catedrales de Europa,
desarrollando el hermoso estilo gótico que caracterizó la arquitectura desde
el siglo XI al XVI.
Como es natural a todo gremio, los masones defendían sus intereses
corporativos. Por ello no daban a conocer los "secretos" del "Arte" a nadie
que no fuera iniciado en alguna logia, para así mantener el monopolio de su
actividad. Sus reuniones eran secretas, utilizaban un ritual para realzar
dichas reuniones, usaban un lenguaje simbólico no asequible ni siquiera a
los más ilustrados de su época y junto con esto desarrollaron una hermosa
alegoría ética donde primaban conceptos como la rectitud, la fraternidad, la
tolerancia, la universalidad, etc. Cada concepto era simbolizado por una
herramienta de albañilería.
Internamente su organización consistía en grados. Estaban los aprendices,
quienes pasaban 6 años sólo desbastando piedras brutas, escuchando en
silencio en las reuniones donde se enseñaba el arte. Este "desbaste" de
piedras brutas con mazo y cincel dieron pie a la hermosa alegoría del
perfeccionamiento del espíritu profano lleno de aristas, con la ayuda de la
inteligencia (cincel) para identificar y apuntar el defecto, y con fuerza
(mazo) para eliminar ese defecto del carácter. El siguiente grado consistía
en el de Compañero que era el verdadero masón. Cada logia contaba con un
Maestro, que era un Compañero elegido por sus pares, y que dirigía los
trabajos. Los masones consideraban su oficio como sagrado pues contribuían a
la obra constructora de Dios. Las logias de diferentes países mantenían
relaciones diplomáticas. Cualquier compañero podía viajar a otro país con
alguna credencial de su logia y darse a conocer en otras logias por medio de
señas y palabras secretas. Un masón que tenía la libertad de viajar era
llamado masón "libre" o "francmasón". Este "hermano" era aceptado y podía
trabajar allí cuanto tiempo desease aprendiendo nuevas técnicas que podía
transmitir a su regreso a su logia de origen.
Toda esta etapa es conocida como de la "Masonería Operativa", no siendo más
que un gremio que perfeccionaba su oficio, protegía sus intereses como
cualquier gremio y sentía gran orgullo de su profesión.
Hacia mediados del siglo XVII la construcción de catedrales disminuyó
dramáticamente. Por ello su actividad decreció y sus reuniones fueron
tornándose cada vez más filosóficas. Esto fue de gran atractivo para algunos
intelectuales y nobles, quienes veían de buen gusto el pertenecer a las
logias a pesar de no haber trabajado jamás como albañiles. Las logias
aceptaban a estos nuevos miembros pues les daba un mayor prestigio y niveles
de contactos para obtener más trabajos. A estos nuevos miembros no
operativos se les denominó "Aceptados", y de allí la actual denominación de
"masones libres, antiguos y aceptados". Ya hacia fines del siglo XVII la
actividad operativa llegó a ser nula por lo que las logias se reunían
exclusivamente a la actividad "especulativa" o filosófica.
En 1717, cuatro logias de Inglaterra se reunieron en una taberna de Londres
con el simple fin de conformarse como Gran Logia de Inglaterra y volverse a
reunir en un año más. Para dirigir esa reunión se nombró como Gran Maestro
al Pastor presbiteriano James Anderson, quien redactó la Constitución
Masónica que, entre otras cosas, prohibía el ingreso de ateos. En dicha
constitución se fijaron las pautas del ritual a utilizar siendo aprobado el
Rito de York. Sus principios se basaban en la libertad, igualdad y
fraternidad, y su fin era el perfeccionamiento moral de cada miembro para
transmitir la fraternidad y la tolerancia a la humanidad. Este evento generó
un fuerte entusiasmo en una sociedad que tendía cada vez más al laicismo, y
no se hizo esperar la fusión de las logias en grandes logias en el resto de
Europa.
En Francia, la masonería tomó un cariz especial dada la influencia de
ciertos caballeros escoceses que introdujeron un tal Rito Escocés Antiguo y
Aceptado que, en todo caso, es desconocido en Escocia pues allí también se
usa hasta hoy el rito de York. Esto degeneró en una masonería de 33 grados,
cosa inexistente hasta entonces, con nombres rimbombantes, lo que resultó
muy atractivo para la intelectualidad y nobleza francesas. Esto llevó a
separar la masonería francesa en dos niveles: la masonería simbólica de 3
grados (aprendiz, compañero y maestro), y la filosófica de 30 grados que era
la que dirigía (y dirige hasta hoy) los destinos de la masonería de cada
país. La Masonería francesa encontró inmediatamente un rechazo doctrinal de
parte de la Iglesia Católica, la que en esa época se encontraba fuertemente
ligada al poder de la monarquía absoluta. Para los masones la monarquía
absoluta era contraria a su visión de libertad, igualdad y fraternidad. La
masonería francesa influyó en todas las masonerías latinas (España,
Portugal, Italia, Latinoamérica) las que se transformaron en fuertemente
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