LOS GRUPOS DE ORACION
Enviado por USGD • 2 de Septiembre de 2013 • 2.744 Palabras (11 Páginas) • 430 Visitas
OBJETIVO GENERAL: Conocer lo que son los grupos de oración.
OBJETIVO ESPECIFICO: Que el renovado viva la Vida en el Espíritu desde su participación en su Grupo de Oración y sirviendo en su comunidad.
2.1 ¿Qué son los Grupos de Oración?
Son una de las actividades fundamentales del Movimiento de Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo, son una reunión de oración privada donde participan aquellos que han recibido la Evangelización Fundamental. Su propósito es “la oración espontánea en común y la edificación mutua” (Estatutos Equipo Nacional de RCCES 1997)…
LOS GRUPOS DE ORACION SON: Grupos pequeños y homogéneos para orar y edificarse mutuamente, donde los integrantes ya recibieron su Evangelización fundamental -y por consiguiente su Efusión en el Espíritu Santo-, han sido convocados por el llamado del Señor Jesús y reunidos por la fuerza del Espíritu Santo a vivir su fe en una dimensión comunitaria.
2.1 ¿Cuál es su objetivo?
Que los renovados permanezcan en el encuentro con el Dios vivo viviendo la Vida en el Espíritu –iniciada en la Efusión- logrando relaciones de hermandad a través de la conversión permanente y la oración espontánea, formando una auténtica comunidad de vida que se comprometa con el desarrollo pastoral eclesial, donde amarse es ayudarse unos a otros tanto en las necesidades espirituales como en las temporales.
2.3 ¿Cuáles son sus elementos? Consideramos que los siguientes elementos no deben faltar en el desarrollo de los Grupos de Oración.
2.3.1 La alabanza, la adoración y la acción de gracias.
a) La alabanza.
Es el clima y ambiente en que normalmente se desenvuelve el Grupo de oración, desde que inicia hasta que termina. “la alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por El mismo, le da gloria no por lo que él hace sino por lo que El es. (C.I.C. 2649) (Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 2649)
b) La adoración.
“es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura frente a su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (Sal 96, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que nos libra del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el Rey de la gloria (Sal 24,9-10) y el silencio respetuoso en presencia de Dios siempre mayor (S. Agustín, Sal 62,16), la adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas”. (CIC 2628).
c) La acción de gracias.
Es necesario ser agradecidos y dar gracias por las cosas pequeñas y grandes. Recitad todos juntos salmos, himnos y cantos espirituales. “Cantad y entonad melodías al Señor con todo vuestro corazón, dando siempre gracias a Dios Padre por todas las cosas” Ef. 5,19-20; 1Tes. 5,18
Ya que por la fe, vemos que todas las cosas concurren para nuestro bien, es por el gozo y la esperanza, por los temores y la tristeza, por la enfermedad y la salud… todo es motivo para ser agradecidos, “Toda alegría y toda pena, todo acontecimiento y toda necesidad pueden ser motivo de oración de acción de gracias, la cual, participando de la de Cristo, debe llenar la vida entera: en todo dad gracias (1Tes. 5,18) CIC 2648.
2.3.2 LA INVOCACION AL ESPIRITU SANTO: Un bautismo en el Espíritu, una nueva Efusión.
En nuestro tiempo, sediento de esperanza, dad a conocer y haced amar al Espíritu Santo. Así ayudaréis a que tome forma la “cultura de Pentecostés”, la única que puede fecundar la civilización del amor y de la convivencia entre los pueblos. No os canséis de invocar con ferviente insistencia: ¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!”. (Juan Pablo II discurso a una delegación de la Renovación de Italia 14 de marzo 2002)
La iglesia nos invita a implorar todos los días al Espíritu Santo… La forma tradicional para pedir el Espíritu Santo es invocar al Padre por medio de Cristo nuestro Señor, para que nos dé al Espíritu Consolador. Jesús insiste en esta petición en su Nombre en el momento mismo en que promete el don del Espíritu de Verdad. Pero la oración más sencilla y la más directa es también la más tradicional: “Ven Espíritu Santo”. (CIC 2670-2671)
“Un Bautismo en el Espíritu Santo” es la invasión del Espíritu Santo en el corazón del hombre unida al don de la experiencia consciente que el hombre alcance de estar lleno del Espíritu… esa Efusión del Espíritu se realiza de diferentes maneras… a través de la oración de fe que hace un grupo de personas…” (Estatutos equipo nacional de RCCES, México 1997).
“Un bautismo en el Espíritu Santo no es un sacramento…renueva de alguna forma las gracias recibidas en la iniciación cristiana. La efectividad del bautismo en el Espíritu es reactivar el Bautismo (sacramento de iniciación)…que el Espíritu Santo sea enviado o venga de nuevo no quiere decir que se desplace, sino que surge en la criatura una relación nueva para con el Espíritu… Es una gracia que renueva y actualiza las gracias ya recibidas, es una gracia que libera de obstáculos y ataduras, es una nueva experiencia del Espíritu, es principio de vida nueva, fuente de frutos y carismas del Espíritu.
…Por ello es muy importante que en los Grupos de oración esta oración sea continuamente realizada. En cada reunión, orando unos por otros, o simplemente haciendo la invocación: “Ven Espíritu Santo”, con toda la fe y la apertura a la acción y presencia del Señor, conscientes de que cada vez que lo invoco El me responde con su gracia invitándome a la intimidad y orando en mí y por mí (Rom. 8,26), llevándome al encuentro con Cristo Señor (1Co 12,3) y con mi Padre Dios (Ga 4,6; Rom. 8,15).
2.3.3 EL SILENCIO QUE LLEVA A LA MEDITACION Y CONTEMPLACION.
Deberá haber momentos especiales de silencio, con el fin de escuchar a Dios, esa deberá ser la actitud de todo cristiano, es decir, ya no se trata de hablarle a Dios, ni de hablar de él, sino escucharlo: “Shema Israel” (Dt. 6,49).
“la contemplación es escucha de la Palabra de Dios. Lejos de ser pasiva, esta escucha es la obediencia de la fe, acogida incondicional del siervo y adhesión amorosa del hijo…La contemplación es silencio. Este silencio insoportable para el hombre exterior, el Padre nos da a conocer a su Verbo encarnado, sufriente, muerto y resucitado y el Espíritu filial nos hace partícipes de la oración de Jesús”. (CIC 2716-2717).
“la meditación es, sobre todo, una búsqueda. El espíritu trata de comprender el porqué y el cómo de la vida cristiana para adherirse y responder a lo que el Señor pide” (CIC 2705)
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