La Emancipada

En este ensayo se introduce a la Emancipada que fue escrita por Miguel Riofrío es la primera novela Ecuatoriana, la joven protagonista Rosaura era muy hermosa y parecía no tener defectos físicos parecía un ángel. Con la muerte de la madre de Rosaura don Pedro quiere reivindicar su educación porque pensó que su madre la había malcriado. Don pedro la obliga a contraer matrimonio con don Anselmo un señor muy elegante pero Rosaura se niega rotundamente ya que ella ama a Eduardo.

Obligada a casarse, ella se revela contra la sociedad, sus costumbres y principalmente contra las personas que le obligaron a casarse, pues Rosaura no sentía ningún cariño ni respeto hacia don Anselmo.

Rosaura decide irse de su pueblo ya que todos estaban contra ella, pero un día decidió regresar en un caballo blanco a su casa recordando momentos en los que paso su niñez, murió Rosaura repentinamente siendo la cual iba a sufrir las expiaciones de ultra-tumba.

Quedando don Anselmo viudo, don Pedro culpando la muerte de su hija a las modernas instituciones y Eduardo quedo recordando a su amada en su memoria.

Celebrando la festividad de la Circuncisión, era 1 de Enero de 1841. En el jardín de una casa hablaba una joven lugareña con un joven recién llegado de la capital de la República. La joven muy hermosa daba la apariencia que ningún fisónomo habría podido adivinar su carácter moral y fisiológico con bastante precisión.

La joven hablaba con menos reglas pero con más corazón, había escrito sus memorias para presentarlas algún día a la única persona que podía ser su consuelo sobre la tierra; pues se reducían a pintar al natural, lo que había producido su madre, por haber recibido lecciones de un religioso ilustrado, llamado padre Mora.

Después de haber sepultado a la madre de Rosaura, el padre de ella le dice: Rosaura ya tienes 12 años cumplidos es necesario que desde en hoy en adelante vivas con temor a Dios; es necesario enderezar tu educación, ya que tu madre era muy terca y con sus novelerías ha dañado todos los planes para hacerte una buena hija. Eduardo no volverá aquí. Lo que el padre le dijera tenía oír bajando los ojos y obedecerle sin responderle, sino cuando fuera preguntada.

Rosaura dijo a Eduardo en mí sentir cuando el amor no se enciende el alma está en tinieblas es decir, que ella ama a su madre en el cielo, porque no puede amarla de otra manera: éste es un amor que hace llorar: el tuyo es un amor vivo que hace esperar, soñar y estremecer.

Al día siguiente Eduardo recibe una carta de un íntimo amigo suyo quien le dijo que asista al baile del niño en el que escucho decir a don Pedro el cura me ha dado un buen novio para Rosaura y le admito a ojo cerrado, porque sé que un cierto mocito ha venido ya a amostazarme la sangre. Unos caballeros le reclamaron que porque ya decía cuando serían las amonestaciones sin antes preguntar lo que pensaba la novia, el padre dijo: como si mi hija pudiera dejar de consentir en lo que su padre lo mande.

A las 6 de la mañana Rosaura recibió una carta de Eduardo en la cual le daba las noticias del anterior, continuaba diciendo: “Tu sabes que tu padre no puede obligarte a que te cases sin tu voluntad. Yo aguardaré los 3 años que te faltan para ser libre, o pediremos las licencias en los términos que nos permite la ley”.

Don Pedro obligándole a Rosaura a enviarle una carta a Eduardo diciendo que se iba a casar con don Anselmo y que se alejara de ella. Aceptando casarse Rosaura con don Anselmo porque su padre maltrato a unos indios viendo le obligo a casarse.

Bien se comprenderá que era don Pedro uno de aquellos tipos se caracteriza a la vieja aristocracia de las aldeas, cuyos instintos tradicionales les hacían feroces para con sus inferiores, truhanescos con sus iguales y ridículamente humildes ante cualquier signo de superioridad.

Poco después hubo un movimiento uniforme de admiración, pues se presentó algo que parecía una visión beatífica: era Rosaura con las nupciales vestiduras. Podía decirse que ya su alma era de pólvora y que bien pronto iba a hacer una explosión. En la casa del cura estaba entre otros hombres, un campesino frescachón de facciones propio de los linfáticos expreso: creerán pues que estoy muerto de gusto ¡tontos! No saben que tengo un miedo tan fiero: me parece que me fueran a fusilar porque mi padre decía que las lindas suelen ser más ariscas y resabiadas que los potros de la serranía, por eso tengo un gran susto dijo.

Después de casarse Rosaura dijo a su padre la Ley me obliga a ello: me casé, quedé emancipada,

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