La Pontifice

La Pontífice

En el año 814 después de Cristo, las mujeres eran utilizadas únicamente como instrumentos para tener hijos y dedicarse a su hogar, por lo cual las oportunidades para que estas realizaran algo más allá de esto eran nulas. Según las tradiciones y pensamientos de aquella época la sabiduría de Dios, estaba manifestada por medio del hombre, y permitir que una mujer cambiara lo que había sido costumbre durante tanto tiempo era una total vergüenza.

Johanna nació en el seno de la familia de un sacerdote conservador, el cual cree que una de las peores maldiciones que le ha enviado Dios es tener una hija, y no un hijo que pueda avocarse a la diseminación de la fe cristiana. Al interior de su hogar, el padre domina con mano dura a su mujer y a sus hijos, cada palabra o pensamiento blasfemo, son castigados con severidad e intransigencia. Johanna una hermosa niña rubia de ojos azules, con el tiempo se muestra muy elocuente y deseosa de aprender, con gran persistencia convence a Matthias, su hermano mayor, de que le enseñe a leer, el cual no se pudo negar al ver el gran don y talento que emanaba de ella. Gracias a los conocimientos brindados por Matthias empieza a estudiar intensamente la Biblia, resulta ser una talentosa aprendiz de latín y griego con una estupenda capacidad para analizar y explicar las sagradas escrituras.

Tiempo después Matthias enfermó y como en aquel tiempo solo se podía ayudar al paciente a través de la oración, ya que se consideraba pecado proporcionar medicamentos o bebidas curativas este muere, tras su pérdida el padre quiere enviar a Johannes, su segundo hijo, a la escuela catedralicia de Dorstadt, pero en la visita del maestro, este no se muestra con suficiente preparación merecedora de tal privilegio, en cambio Johanna manifiesta tener considerablemente muchos más conocimientos sobre los textos sagrados, ella no solo era capaz de entender los textos en latín sino que ofrece una interpretación inmejorable de la parábola del grano de la mostaza, lo cual causo gran admiración y respeto del maestro hacia aquella inocente niña y se ofreció a viajar periódicamente a enseñarle pues le era imposible en el momento llevarla consigo debido a su género, prometiendo mover sus influencias para lograrla integrar en la comunidad. Ante tal humillación para aquel convencional padre, este dio como única opción en educar a ambos o no educar a ninguno, y frente a la gran inquietud despertada por johanna al maestro, este no tuvo otra opción que aceptar.

Un enviado del obispo llega para llevarse a Johanna a la escuela, pero el padre quien se rehúsa a aceptar la sabiduría de su hija afirma que debe tratarse de un error, y le hace llevarse a Johannes en su lugar. Por la noche Johanna se escapa de casa y alcanza a su hermano, cuyo acompañante había sido asesinado. Ambos Consiguen llegar a Dorstadt, donde el obispo se sorprende de las enérgicas

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