La Realidad Del Infierno
Enviado por Alecarsan21 • 27 de Mayo de 2014 • 12.013 Palabras (49 Páginas) • 319 Visitas
EXORDIO
Es difícil aceptar que estábamos equivocados, después de haber defendido y creído fuertemente algo como cierto durante años. A menudo, la perplejidad puede embargarnos y llegar a surgir pensamientos tales como: “perdí el tiempo”, “todo lo que hice y aprendí fue en vano”, llevándonos a la depresión. Sin embargo, todo hijo de Dios debe recordar que “la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto” Prov. 4:18.
Existen personas que tienen toda su vida asumiendo una posición ideológica, la cual defienden con argumentos que han oído. Con todo y a pesar de sus muchos años en el “cristianismo”, nunca han verificado las bases de esa creencia a la luz de toda la Biblia.
Cabe considerar, por otra parte, las personas que al invitarles a profundizar las Sagradas Escrituras bajo la dirección del Espíritu Santo, han expresado que les da “temor”. Existe en el ser humano una especie de miedo de comprobar por sí mismo, el hecho que estaba viviendo una vida equivocada o que defendía un error. Algunos alegan que “es mejor no hacerlo, para no tener mayor responsabilidad delante de Dios”. Los tales no comprenden que la Ignorancia Voluntaria es Pecado, y serán responsables delante de Dios, tan ciertamente como aquellos que sabían. “Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta” Deut. 18:19.
Muchas interrogantes pueden surgir en la mente de una persona que escudriña la Palabra de Dios o asiste a una congregación y ha leído o escuchado ciertos pasajes de la Palabra Santa. En esta oportunidad, se analizarán algunas inquietudes que pueden surgir en la mente del lector con relación al “INFIERNO” ¿Bajo Cristo a Predicarles a los Condenados en el Infierno? ¿Muestra el Relato del Rico y Lázaro la vida de ultratumba?
Por lo general, los pasajes de donde se extraen estás interrogantes son usados con frecuencia para referirse al infierno. ¿Qué muestran ellos en realidad? ¿Es realmente el relato del Rico y Lázaro literal? ¿Es una parábola?
El presente material no pretende dar una explicación a profundidad de todas las interrogantes con relación al tema, es solo un compendio que ayudará al lector, a comprender algunos pasajes.
Se debe considerar que hoy día existe mucha literatura y material audiovisual con relación al infierno, muchas de ellas sin base bíblica; otras, malinterpretando ciertos pasajes de la Escritura. Algunas provienen de una supuesta “revelación”, como lo es el caso siguiente:
TESTIMONIO: En el año 1976, durante 40 noches consecutivas; Jesús llevó a Mary K. Baxter al Infierno, donde había enormes culebras, ratas, gusanos, flamas, fosas, luz opaca amarilla, caminos secos, peste de muerte y carne podrida. Sonidos de quejas y gritos de MILLONES DE ALMAS en continuo Tormento día y noche que van llegando cada día. Jesús tiene las LLAVES DEL INFIERNO y ha pagado un PRECIO DE SANGRE para redimirnos del pecado. Le dijo “escribe un libro para enseñar la realidad del Infierno, para que muchos sean SALVOS y se ARREPIENTAN de sus MALOS CAMINOS antes de que sea muy tarde. (Libro: Una Revelación Divina del Infierno).
Cualquier lector puede constatar que de las 140 páginas que contiene el libro mencionado, en ninguna hallará citas bíblicas, y si en algún caso menciona algún pasaje no lo identifica y está fuera de contexto. Por otro lado y según la autora, el libro fue escrito para que muchos sean salvos al conocer sobre el infierno. Ahora bien, si era tan necesario el conocimiento del infierno para ser salvos, ¿por qué Jesús no habló de ese tópico cuando estuvo en la tierra?. La escritura no afirma que para ser salvo se debe conocer el infierno, pero si enfatiza: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16
Dios no puede dar una revelación que esté en contra de su palabra. Toda revelación debe ser probada a la luz de la Escritura “... si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” Is. 8:20.
Tomando en cuenta las Sagradas Escrituras el presente material pretende comprobar algunos sofismas y falacias que han sido empleados por diversos líderes religiosos, con el fin de controlar y persuadir a sus congregaciones. La mayoría de estos líderes ha tenido gran éxito debido a que muchos cristianos los colocan por encima de un “así a dicho Jehová”.
El Salmista expresó: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” Sal. 119: 105. En medio de la oscuridad de este mundo se nos ha dado una antorcha para no tropezar. Pablo escribió: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” 2 Tim. 3: 16, 17. Aparte de los beneficios anteriormente descritos, en la Palabra de Dios se puede apreciar, de principio a fin, el maravilloso Plan de Salvación; a través de ella podemos comprender las múltiples maneras como Dios llama a la humanidad, Su modo de actuar con el pecador, Sus justos juicios y, nos permite además contemplar… “La Realidad del Infierno”.
Ciertamente “Dios es Amor”, pero también “es fuego consumidor” (Deut. 4:24); Él ha prometido en su Palabra que vendrá “en llama de fuego, para dar la retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2Tes.1:8). Con todo, actuará con justicia… “dará a cada uno según sus obras” (Mat.16:27) y al final toda la humanidad reconocerá que Dios es Justo.
¿ES REALMENTE EL RELATO DEL RICO Y LÁZARO LITERAL?
¿ES UNA PARÁBOLA?
Un argumento que se esgrime en este sentido, es que el relato no es una Parábola porque la biblia no la denomina o subtitula “Parábola del rico y Lázaro”, como otras narraciones lo muestran (Parábola del Hijo Pródigo, Parábola de la Oveja Perdida, entre otras).
Sin embargo, debe tomarse en consideración que la biblia en su forma original no contiene capítulos, ni versículos, signos de puntuación, mucho menos subtítulos, siendo estos añadidos más tarde para una mejor comprensión y estudio de la misma. Por lo tanto, todos estos elementos no fueron inspirados o colocados por los autores originales. Transcurrieron más de 1200 años de la Era Cristiana, antes que apareciera la primera Biblia dividida en capítulos. Esto se le atribuye a Stephen Langton Arzobispo de Canterbury, Inglaterra, en el año 1220 d.C. Más tarde en el año 1551 d.C. el Francés Robert Estienne, realizó la división de los capítulos en versículos.
Algunos alegan que
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