La Verdadera Religión según Tolstói

Alejandra Becerra Campos

18 de febrero del 2013

ÁREA I

La Verdadera Religión según Tolstói.

Religión. Esta palabra siempre me hace pensar en el clásico dilema del huevo y la gallina. Este nunca será resuelto precisamente porque un dilema es un problema o pregunta que puede aclararse a través de dos soluciones pero que ninguna de las dos es completamente aceptable o, por el contrario, son igualmente aceptables. Es decir, la persona que quiere determinar cuál es la verdad no puede escoger una por encima de la otra y nunca quedará del todo conforme.  

¿Es la religión un invento del hombre? ¿O nos la dio un ser supremo y por lo tanto se considera como descubrimiento? ¿Por qué hay más de una religión, cuál es la correcta? ¿Son las distintas religiones adaptaciones de la verdad universal? Estas son unas pocas de las preguntas a las que no tengo una respuesta, lo que sí puedo decir es que la religión ha interferido en diversos aspectos de la historia de los hombres a lo largo de los siglos, ya sean políticos, económicos o sociales e indudablemente lo seguirá haciendo. Por esto es solo natural preguntarnos de donde vino algo de semejante magnitud, capaz de moldear el trayecto de la humanidad e interrogarnos.

Preguntas. Preguntas y más preguntas. Esto es a lo que la raza humana se ha dedicado desde que empezó a vagar por el planeta. Esto es lo que todos los hombres sin excepción alguna hacen entre los dos acontecimientos que por regla vivirán. El nacer y el morir. Cuestionarse desde el día de su nacimiento hasta la hora de su muerte. Esto es lo que ha llevado a inventos y descubrimientos maravillosos que han revolucionado al mundo. Claro, hay que admitir que algunas personas lo hacen más que otras y que la curiosidad, canalizada correctamente rinde frutos e ideas innovadoras. Pero es según la situación que se esté viviendo, algunas veces propicia y otras tantas adversa que un concepto puede tomar fuerza y marcar un cambio en la sociedad. Algunos creadores, autores y pensadores pasan a la historia, ensalzados como héroes, otros nunca son reconocidos y unos cuantos quedan en el olvido. Liev Nikoláievich Tolstói fue eclipsado por sus obras más famosas Guerra y Paz y Anna Karénina, consideradas la cúspide del movimiento realista. Sin embargo poco se sabe acerca del gran pensador que fue en temas de religión, teología y espiritualidad.

Es interesante cómo este hombre que en su juventud derrochaba más dinero del que tenía, frecuentaba salones de baile y jugaba a las cartas sin descanso, se reformara y más tarde generara un pensamiento espiritual e ideas sobre la no violencia activa. Estas tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther King y los movimientos que generaron. Tolstói no dejó, durante toda su vida, de preguntarse sobre la existencia de un poder supremo y nada lo detuvo en su búsqueda de Dios. Fue un hombre con inmensa capacidad de reflexión, honesto consigo mismo y sus convicciones. Concluyó acertadamente que en toda fe religiosa hay un salto en el vacío que la razón no puede respaldar. Esta duda, este salto de fe, no lo puede dar el escritor ruso al ver por un lado un pueblo ruso muriéndose de frío y hambre, y por el otro una opulenta iglesia ortodoxa poseedora de un sinfín de propiedades privadas. Esta injusticia y alarmante contraste en el que los miembros del clero estaban protegidos por los zares gozando de todo tipo de lujos sin preocuparse por el estado de su gente hizo que Tolstói criticara fuertemente a la institución religiosa. Por esto obtuvo el apoyo de unos cuantos seguidores y se ganó la fuerte oposición del Estado y la Iglesia y por ende fue excomulgado en 1901.

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