Las Formas Elementales De La Vida Religiosa

LAS FORMAS ELEMENTALES DE VIDA RELIGIOSA

E. DURKHEIM

OBJETO DE INVESTIGACIÓN; SOCIOLOGÍA RELIGIOSA Y TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Mediante el estudio del sistema religioso más primitivo, D. intenta explicar la realidad contemporánea, desvelando un aspecto esencial y permanente de la humanidad. Religión primitiva es la que se encuentra en la sociedad cuya simplicidad no sea superada por otra, y que se pueda explicar sin acudir a elementos de una religión anterior.

En base a su perdurabilidad podemos afirmar que se sustentan en una realidad y la expresan: los ritos aparentemente más bárbaros traducen alguna necesidad humana, algún aspecto de la vida, sea individual o social. Las razones que se da el fiel pueden ser erróneas, pero es tarea de la ciencia descubrir las verdaderas razones.

En el fondo, no hay religiones falsas: todas son verdaderas a su manera, ya que corresponden a condiciones dadas de la existencia humana. En base a su riqueza en ideas, sentimientos, conceptos o sistematización algunas pueden calificarse de más elevadas, pero todas son igualmente religiones, del mismo modo que un unicelular y un humano son dos formas de vida.

Las religiones objeto de estudio son las que se encuentran en su forma más primitiva, para después mostrar cómo se han ido desarrollando las demás.

Puesto que todas las religiones son comparables, debe haber elementos esenciales que son comunes; el descubrimiento de esas representaciones fundamentales con idéntica significación objetiva e idénticas funciones son los elementos permanentes, el contenido objetivo de las religiones en general.

En las religiones complejas es difícil llegar a observar esos elementos básicos, debido a la enorme variedad y cantidad de elementos superpuestos a través de la historia; en las sociedades inferiores es diferente: el grupo es homogéneo intelectual y moralmente; los movimientos están estereotipados; todo es común a todos. El tipo individual casi se confunde con el genérico. Lo accesorio, secundario, aún no ha aparecido para ocultar lo principal. Las razones en base a las cuales los hombres explican sus actos no han sido elaboradas ni desnaturalizadas por una sabia reflexión, y están más próximos los móviles que los han causado.

Esta investigación no interesa sólo a la ciencia de las religiones, sino que se propone ver cómo la religión dio origen a la filosofía y a la ciencia, no sólo en las materias de los conocimientos, sino en la forma de elaborarlos. En las raíces de nuestros juicios existe un cierto número de nociones elementales que dominan toda nuestra vida intelectual: son las categorías del entendimiento: las nociones de tiempo, espacio, género, cantidad, causa, sustancia, personalidad, etc. Son las propiedades más universales de las cosas; son los marcos sólidos que delimitan el pensamiento, son el esqueleto de la inteligencia. Las más importantes categorías han nacido en la religión y de la religión, son el producto del pensamiento religioso.

Las representaciones religiosas son representaciones colectivas destinadas a suscitar, mantener o rehacer ceirtas situaciones mentales del grupo. Expresan necesidades y realidades colectivas sociales.

Las categorías surgen socialmente; el individuo no tiene categorías propias para dividir tiempo o espacio: el tiempo queda dividido por sucesos de la vida social, la periodicidad de ritos, fiestas o ceremonias públicas que aseguran la regularidad. El espacio en sí no tiene derecha ni izquierda, ni arriba ni abajo, norte ni sur; los hombres de una sociedad atribuyen valores a diferentes partes del espacio, según sea la civilización. La organización social ha sido el modelo de la organización espacial.

Las categorías se diferencian del resto del conocimiento por su universalidad y necesidad: son los conceptos más generales que existen; son independientes de cualquier sujeto individual: son el espacio común de encuentro de todos los espíritus. El origen de las categorías se explicaba tradicionalmente según dos doctrinas:

1—se consideraban propiedades simples, inmanentes al espíritu humano en base a su constitución originaria, no derivadas de la experiencia: son las teorías a priori. Los aprioristas son racionalistas: creen que el mundo está dotado de un aspecto lógico que la razón expresa de forma eminente. Problema: no es comprobable; la razón divina es inmutable, por lo que se contradice con la constante renovación de los conceptos.

2—las categorías son una elaboración del individuo, en base a piezas sueltas y fragmentos. Problema: si es un simple cúmulo de experiencias individuales la razón como tal desaparece.

Como alternativa a los dos dogmas clásicos D. propone que las categorías tienen origen social, con lo cual se escapa a las dificultades anteriores. Las representaciones colectivas son el producto de una inmensa cooperación extendida no solo en el tiempo, sino también en el espacio; amplias series de generaciones han acumulado en ellas su experiencia y su saber; así la razón tiene el poder de superar el alcance de los conocimientos empíricos.

El hombre es de naturaleza dual: hay un ser individual, que tiene sus raíces en el organismo y cuyo círculo de acción es limitado, y un ser social, que representa la más elevada realidad que permite códigos comunes morales y lógicos sin los cuales es imposible la convivencia. Hay una autoridad inherente a la razón, que hace que aceptemos sus dictados con confianza: es la propia autoridad de la sociedad la que se comunica a ciertas maneras de pensar que son condición indispensable a toda acción común. Las categorías son artificios sociales, pero que se esfuerzan en representar lo más fielmente al mundo físico y natural; son herramientas forjadas durante siglos para interpretar la realidad. Se conjugan así empirismo (las categorías se construyen en base a experiencia) y apriorismo (la sociedad proporciona una base de conceptos y conocimientos innata en el individuo).

DEFINICIÓN DEL FENÓMENO RELIGIOSO Y DE RELIGIÓN

Examinamos diferentes definiciones de religión. Generalmente la noción de lo sobrenatural se toma como característica de lo que es religioso, el esfuerzo por concebir lo inconcebible, el sentimiento del misterio. Sin embargo, en las religiones primitivas no existe como tal: no hay nada extraño en que con la voz o con el gesto se pueda hacer llover o alterar el curso de los astros; los ritos que se emplean para asegurar la fertilidad no tienen nada de irracionales. En el cristianismo, fe y ciencia se conciliaban hasta el XVII sin problemas. Los milagros se aceptaban como hechos reales, admirables pero naturales. Para que se pudiese decir que un fenómeno es sobrenatural, era preciso tener la percepción de un orden natural de las cosas,

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