Los desafios de Dios
Enviado por Paulo Cesar Almeida • 14 de Enero de 2016 • Informe • 1.433 Palabras (6 Páginas) • 997 Visitas
COMUNIDAD CRISTIANA MARANATHA
SEGUNDA UNIDAD
TEMA 2: LOS DESAFIOS DE DIOS
APOCALIPSIS 21:1-14
INTRODUCCIÓN
La vida sin propósito, es una vida fútil y frívola. La vida para que tenga valor y trascienda, debe establecer metas claras para vivir en esta tierra y para la eternidad. La vida no se detiene en un punto, siempre está en movimiento, llena de imponderables, de tristezas y alegrías, de fracasos y triunfos. La persona que descubre la meta a la que Dios le desafía, esa es una persona extraordinaria y que hace historia, es ejemplo.
La vida en el Reino de Dios es dinámica y no estática, porque al caminar avanzamos, al avanzar crecemos, y al crecer maduramos. Cada uno de nosotros debiéramos ser personas que avanzamos; porque quien no avanza se para, retrocede y baja de nivel. Todos nosotros debemos tener la actitud de proseguir siempre en pos de la meta, no importan los obstáculos que tengamos que enfrentar, vencer obstáculos debe ser nuestro estilo de vida.
Con esa actitud, estaríamos viviendo con una continua expectación como la vivieron los cristianos de la Iglesia Primitiva, quienes cuando amanecía un nuevo día no sabían qué sucedería con ellos, si acabarían en la cárcel por proclamar el Evangelio del Reino, si terminarían en la presencia de Dios porque morirían como mártires, ó estarían disfrutando de otro momento de Gloria con la manifestación del Poder de Dios.
Esta cita de Apocalipsis describe que hay cosas maravillosas en el cielo que los hijos de Dios disfrutaremos. Sin embargo, mientras llega ese día, debemos considerar que Dios ha preparado cosas gloriosas aquí en la tierra para nosotros. La venida de Cristo es un hecho, los acontecimientos que rodean a nuestro planeta nos están diciendo que ese momento está más próximo de lo que nos imaginamos. No podemos vivir mientras tanto con irresponsabilidad ó tomar la venida del Señor con una actitud de escapismo ó esperar ese futuro venidero y no hacer nada aquí en la tierra. Tomemos el desafío de Dios.
I. LOS GRANDES DESAFÍOS DE DIOS.
Mientras estemos con vida en esta tierra, el Señor tiene grandes desafíos para nosotros. Debemos llevar a cabo la visión que Dios tiene para este mundo. Recordemos que la Biblia nos enseña que de acuerdo a nuestra obra, así será la recompensa. El Apóstol Pablo realizó varias obras, sus nombres son: Timoteo, Tito, Onésimo, Filemón, Tercio, Lucas y otros. Esas obras que realizamos tienen nombre (María, Luis, Jorge, Jessica, Pablo, Miriam y otros muchos), y corresponden a la vida de aquellos que han sido salvos y estamos discipulando. ¿Puedes decir el nombre de algunas de tus obras?
El Señor está buscando en nosotros obras para darnos recompensa. El nos ve bien cuando estamos haciendo Su obra. Nosotros necesitamos hacer lo que Él quiere que hagamos, es decir, predicar Su palabra, porque el fin llegará cuando este evangelio sea predicado a todo el mundo.
En 2 Timoteo 4:7-8, apóstol Pablo declara: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.” Nos espera la corona de justicia a todos los que hacemos la tarea de ganar, consolidar, discipular y enviar a la siguiente generación al campo de Dios.
II. PERSONAS QUE ENFRENTARON DESAFÍOS.
En la Biblia encontramos un sin número de personajes a quienes Dios desafió y aceptaron el reto llevándolo a cabo, disfrutando al final, la recompensa que Dios les tenía preparada.
Abraham está disfrutando de la presencia de Dios, probablemente contando las estrellas y viendo a su descendencia; sin embargo, ya no tiene el desafío de luchar en esperanza contra esperanza, siendo su cuerpo casi muerto y Sara estéril para llegar a ser padre de mucha gente, aceptó el reto y por la fe venció.
Moisés ya está descansando de estar atendiendo las murmuraciones de un pueblo de duro corazón e inconforme con todo; hoy ya no tiene el desafío de cruzar el mar con medio millón de personas, o de ser guiado por la nube o el fuego de Dios, ni de esperar el maná que cada día caía del cielo, lo cual fue muy maravilloso, aceptó el desafío y goza de todas las cosas de su SEÑOR.
Josué sin duda que se encuentra adorando a Dios y descansando de sus obras; pero ya no tiene el desafío de dar siete vueltas para conquistar una ciudad amurallada, siguiendo exactamente las indicaciones que Dios le dictaba y así, llevar a Israel a poseer la tierra prometida; ahora disfruta del Cielo prometido.
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