MARIOLOGIA
Enviado por DEIDARA11 • 15 de Julio de 2021 • Documentos de Investigación • 6.325 Palabras (26 Páginas) • 238 Visitas
UNIVERIDAD CATOLICA SANTO DOMINGO
ESCUELA DE TEOLOGIA PARA SEGLARES
MARIOLOGIA
UNIDAD IV – MARIA EN LA IGLESIA CONTEMPORANEA
- DONY FABIAN
- WILLIAM DE LA ROSA
- Pro. JUAN MIGUEL CARMONA
- SANTO WILLY HIDALGO OZUNA
1. IMPORTANCIA DE LA DEVOCIÓN Y VENERACIÓN A LA VIRGEN MARÍA 2. CONCEPTO DE HIPERDULÍA, DEVOCIÓN, VENERACIÓN Y ADORACIÓN. 3. FUNDAMENTACIÓN DEL CULTO A LA VIRGEN MARÍA 4. SANTOS PADRES DE LA IGLESIA Y LA VENERACIÓN A LA VIRGEN MARÍA.
Hay quienes piensan que María es una mujer como cualquier otra; que si bien fue elegida para ser la que dio a luz a Jesucristo, ahí acabó toda su gracia. Por tanto, que darle veneración (honra) es caer en idolatría, algo que Dios detesta porque Él es un Dios celoso (cfr. Ex 20, 3-Los protestantes han querido tergiversar nuestro amor hacia María Santísima, acusándonos de querer ponerla al mismo nivel que Jesús, cosa que no es así, pero al mismo tiempo nos damos cuenta en Juan 2, 1-11, (Bodas de Cana), todo el respeto y amor que Jesús siente por ella, al hacer un milagro porque ella intercede, toda la vida de María está referenciada a Jesús y a la Iglesia a través de los dogmas de la Inmaculada Concepción, Maternidad divina (Theotókos), Virginidad perpetua y Asunción al cielo siguen afirmando el misterio de Dios obrado en María.
En el vientre de María se inaugura una nueva alianza con la humanidad, porque gracias a su desinteresado amor por el plan de Dios, el Hijo puede hacerse hombre y decir al Padre: Me has formado un cuerpo. He aquí que vengo, Padre, para hacer tu voluntad (cfr. Heb 10, 5-7). La virginidad y la maternidad coexisten en ella, al igual que su ser esposa e hija, por eso su figura es cercana a todo ser humano. María es de nuestra estirpe, una verdadera hija de Eva, y verdadera hermana nuestra, que ha compartido en todo, como mujer humilde y pobre nuestra condición.
Para nosotros los católicos, la Virgen María es Madre de Dios en cuanto es verdadera madre de Jesús que es Dios. Así María es llamada Madre de Dios ya que engendró el cuerpo de Cristo que está unido substancialmente a la segunda persona de la Trinidad, María acompañó a Jesús de Nazaret durante su ministerio de un lugar a otro, junto con las mujeres que le acompañaron desde Galilea y Santiago, José, Simón y Judas, hijos de María y Cleofás. María estuvo al pie de la cruz y fue testigo de la resurrección.
La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel y, en este sentido, es el modelo de la fe de la Iglesia, que tiene como centro a Cristo, encarnación del amor infinito de Dios. María, madre. María fue elegida por Dios para ser la madre de su hijo, Jesús. Ella siempre estuvo a su lado confiando en Él y ayudándolo en su misión. Los cristianos la veneramos como madre, ella nunca nos deja solos cuando estamos tristes, ella nos cuida y está a nuestro lado al igual que lo hizo con Jesús.
La Virgen María nos enseña muchos valores pero sobre saltan la Sencillez, porque siempre estaba dispuesta a la labor sagrada de Jesús, Honradez, Humildad, acepto el plan magnifico del Padre sin poner trabas, Generosidad, Piadosa se compadece de nosotros e intercede para que nos salvemos, Castidad, mujer pura,
La devoción, en general, es un acto de la virtud de la religión. Se trata, junto con la oración, de uno de los actos interiores de esta virtud [1]. La devoción es un acto de la voluntad por el que el hombre se ofrece a Dios, se entrega prontamente a su servicio.
Entre los actos exteriores de la virtud de la religión se encuentra, por ejemplo, todo lo relativo al culto, En principio la devoción sólo es debida a Dios y sin embargo se habla a veces de devoción mariana, de personas que tienen mucha devoción a tal o cual santo, etc.
Santo Tomás de Aquino explica que la devoción que se tiene a los santos no termina en ellos, sino que en última instancia se dirige a Dios, en cuanto que en sus santos veneramos en realidad a Dios que los ha llenado de gracia y santidad . La devoción a Dios, a la Virgen, a los santos se manifiesta a través de actos devocionales; por eso suele distinguirse entre devoción y devociones
Por lo que se refiere al culto, hay que tener en cuenta que se dirige a Dios, pues es un modo de manifestar nuestra dependencia de Él, de adorarle. Por este motivo el culto que tributamos a Dios se distingue del culto a los mártires y a los santos, que comenzó desde muy temprano en la Iglesia, o del culto a la Santísima Virgen.
3. El culto y la devoción a la Virgen es muy antiguo en la Iglesia. Surge de la realidad de su maternidad divina y del papel que Cristo le reservó en la economía salvífica. La Virgen es Madre de Dios, Theotokos, y Madre nuestra. En este sentido el culto mariano, ha tenido siempre una clara connotación cristológica.
El Concilio Vaticano II, en el capítulo VIII de la Constitución dogmática Lumen gentium (nn. 66-67) [4], habla del culto a la Santísima Virgen en la Iglesia. Explica que “María, ensalzada, por gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles y de todos los hombres, por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial" (n. 66).
El culto de hiperdulía se diferencia del de dulía, que en el catolicismo refiere a la veneración a los santos en general por lo que tienen de Dios, es decir, por la gracia de Dios presente en ellos.1 En efecto, el culto a los santos y por extensión, la veneración que se profesa hacia objetos o bienes materiales que pertenecieron a ellos (restos óseos, cabellos, vestimenta, utensilio de uso personal, etc.) no termina en ellos, sino en Dios mismo.
En el catolicismo, María, madre de Jesús recibe culto de hiperdulía —que significa «más que de simple dulía»— en razón de su excelencia sobre los demás santos.
MARÍA EN LA CULTURA Y RELIGIOSIDAD POPULAR
Nuestro pueblo tiene derecho a mantener todas sus tradiciones religiosas compatibles con el evangelio. La Revelación divina no solamente se inserta legítimamente en todas las expresiones de religiosidad compatibles con el evangelio sino que a su vez cuando es recibida por un pueblo con sinceridad comienza a ser vivida y expresada acorde con el genio de ese pueblo. Y entonces las expresiones de religiosidad popular no solamente lo son de sentimientos naturales sino que también lo son de aquellos sentimientos específicamente cristianos que el anuncio del evangelio ha suscitado en el alma del pueblo. Por ello, para explicar el origen de muchas de las expresiones de nuestra actual y concreta religiosidad popular no hay que acudir a los sentimientos de la religión natural sino a nuestros propios dogmas de fe que, creídos por el pueblo, son ahora celebrados y vividos a tono con las expresiones de su propia idiosincrasia.
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