Metodo Analitico A 1° De Juan
Enviado por jocardez • 9 de Diciembre de 2012 • 5.076 Palabras (21 Páginas) • 983 Visitas
MATODO ANALITICO A LA 1ª DE JUAN
1.- NOMBRE DE LA CARTA: 1ª EPISTOLA UNIVERSAL DE JUAN.-
En los manuscritos griegos más antiguos el título de esta epístola es sencillamente ΙΩΑΝΝΟΥ Α΄ [Iôannou A], literalmente: "De Juan, I"; es decir, la primera (epístola) de Juan. No se sabe si ésta fue la primera epístola pastoral que Juan escribió, pero sí es la primera de las que han sido conservadas por la iglesia cristiana.
2.- FECHA: 85 A 90 APOX. D.C.
3.- AUTOR: La opinión tradicional es que la obra es producto del apóstol Juan. En la antigüedad nadie sugirió la posibilidad de otro autor. Concuerda con esta opinión el marcado tono de autoridad que se observa a lo largo de la epístola. Se ha sugerido, más bien, que solamente una persona de la talla del Apóstol podría haber enviado una carta de ese calibre sin dar su nombre. Es evidente que el autor fue testigo ocular de algunas de las cosas que hizo Jesús (1:1–3; la opinión de que la primera persona plural significa la generalidad de los creyentes, o que es un simple recurso epistolar, no tiene mayor asidero). El estilo y la estructura del pensamiento se parecen a los del cuarto Evangelio, y todos concuerdan en que debe haber alguna conexión. Lo lógico es pensar en el mismo autor para ambos escritos, en cuyo caso todo gira alrededor de la autoría de ese Evangelio.
4.- DESTINATARIOS: La carta no tiene título y no se le escribió a ninguna iglesia en particular. Fue enviada probablemente a las iglesias de las cercanías de Éfeso, donde Juan pasó sus últimos años. No se designan destinatarios de esta carta, no hay saludos ni mención de personas o lugares ni acontecimientos en el texto. La explicación más probable de esta forma poco común es que Juan escribió desde su residencia en Éfeso a unas iglesias de las provincias de Asia, sobre las que tenía responsabilidad apostólica. Otra versión comenta que esta primera epístola de Juan acompañaba como introducción al Evangelio de Juan, cuando era entregado a las iglesias de Asia. También se les escribió a los creyentes de todas partes.
5.- INTRODUCCIÓN: Esta epístola es un discurso sobre los principios doctrinales y prácticos del cristianismo. La intención evidente es refutar las bases, los principios y las prácticas impías y erróneas y advertir contra ellas, especialmente contra las que rebajan la Deidad de Cristo, y la realidad y el poder de sus padecimientos y muerte como sacrificio expiatorio; también, contra lo que se afirma, que los creyentes no tienen que obedecer los mandamientos una vez salvados por gracia. Esta epístola también estimula a todos los que profesan conocer a Dios a que tengan comunión con Él, crean en Él, y que anden en santidad, no en pecado, demostrando que una profesión puramente externa es nada sin la evidencia de una vida y conducta santa. También ayuda estimular y animar a los cristianos de verdad a tener comunión con Dios y el Señor Jesucristo, a la constancia en la fe verdadera y a la pureza de vida.
6.- TRASFONDO HISTORICO: Juan era ya anciano y posiblemente el único apóstol sobreviviente en aquella época. Todavía no había sido deportado a la isla de Patmos, donde viviría exiliado. Como un testigo de Cristo, escribió con autoridad para dar seguridad y confianza en Dios y en su fe a esta nueva generación de creyentes.
En el segundo siglo vio la luz una doctrina filosófica y religiosa llamada gnosticismo, que se alimentó de ideas cristianas y paganas. Pusieron su énfasis en el conocimiento (gr. gnosis), e imaginaron una forma de salvación conocida únicamente por los iniciados. Consistió, esencialmente, en la liberación del hombre de la prisión material de su cuerpo y su elevación hacia Dios. Se discute aun cuán temprano apareció el gnosticismo. Es probable que se instalara mucho tiempo después de haberse escrito esta epístola, pero no nació por generación espontánea. Muchas de las enseñanzas que luego tomaron cuerpo en un sistema gnóstico plenamente desarrollado estaban en circulación en el primer siglo.
Juan se opone a esa doctrina, un sistema que incluye la idea de que la materia es inherentemente maligna. Puesto que Dios es bueno, decían, nada tiene que ver con la materia maligna. De ahí que no podría haberse encarnado en Jesucristo. Algunos sostenían que Cristo solamente vivía en la carne en apariencia (se los llama “docetistas”, del gr. dokein, “parece ser”). Pero es ir demasiado lejos sostener que Juan enfrentaba a los docetistas, pues nada dice su epístola sobre un cuerpo fantasma o algo por el estilo. A lo que él se oponía pareciera ser a las primeras etapas de una herejía que con el tiempo daría lugar al docetismo. La gente comenzaba a negar la encarnación y eso, para Juan, era extremadamente serio. Su efecto sería arrancarle el corazón al cristianismo, porque si Cristo en realidad no se hizo hombre y realmente no murió por nosotros, entonces no habría expiación por nuestros pecados. Así pues, Juan puso el mayor de los énfasis en la encarnación. También hizo hincapié en la importancia de vivir rectamente, porque en su énfasis sobre el conocimiento algunos de los herejes consideraban que la conducta no interesaba mayormente. Juan no deja lugar a dudas de que la con ducta reviste enorme importancia.
7.- CARACTERISTICAS DE LA CARTA: Su peculiaridad es su amor al aforismo y a la repetición. Su tendencia de repetir sus propias frases se debe en parte al afectuoso carácter exhortatorio de la epístola; en parte, también, a su forma hebraica, que abunda en proposiciones paralelas, distinta del estilo griego y más lógico de Pablo; también a su extrema simplicidad de espíritu, que emocionado por su solo gran tema, lo repite, lo explaya, con deleite y con entusiasmo. Invoca repetidas veces ciertas verdades fundamentales, ya dilatándolas y aplicándolas, ya repitiéndolas de nuevo en su simplicidad condensada. El desarrollo de los pensamientos no sigue a pasos sucesivos, como en el estilo lógico de Pablo, sino más bien giran en un círculo trazado en derredor de un penamiento céntrico que reitera, para volver sobre él siempre, contemplándolo, ya en su aspecto positivo, o ya en su negativo. Muchos términos que en el evangelio se ponen en boca del Señor, en la epístola aparecen como expresiones favoritas de Juan, naturalmente adoptadas del Señor. Por ejemplo, los términos contrastados, "carne" y "espíritu," "luz" y "tinieblas," "vida," y "muerte," "permaneced con él:" la "comunión con el Padre y con el Hijo, y de los unos con los otros," es una frase favorita también, no hallada en los Evangelios, pero sí en Los Hechos
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