Ministerios Liturgicos.
Enviado por AgusRios11 • 23 de Febrero de 2017 • Trabajo • 606 Palabras (3 Páginas) • 141 Visitas
fieles forman la nación santa, el pueblo adquirido por Dios y el sacerdocio real, para dar gracias a Dios y ofrecer no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, la víctima inmaculada, y aprender a ofrecerse a sí mismos. Procuren, por tanto, manifestar eso por medio de un profundo sentido religioso y por la caridad hacia los hermanos que participan en la misma celebración.
Eviten, pues, toda apariencia de singularidad o división, teniendo presente que tienen un único Padre en el cielo, y por tanto, son todos hermanos entre sí.
Formen un solo cuerpo, escuchando la Palabra de Dios, tomando parte en las oraciones y en el canto, y principalmente en la común ofrenda del sacrificio y en la común participación en la mesa del Señor. Esta unidad se manifiesta perfectamente cuando los fieles observan comunitariamente los mismo gestos y posturas.
No rehusen los fieles servir con alegría al pueblo de Dios, cada vez que se les pida que desempeñen en la celebración algún determinado ministerio o función.
El acólito es instituido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. En ausencia de un acólito instituido, pueden servir en el altar y asistir al sacerdote y al diácono ministros laicos que pueden llevar la cruz, las velas, el incensario, el pan, el vino, el agua, y también distribuir la sagrada Comunión como ministros extraordinarios.
El lector es instituido para proclamar las lecturas de la Sagrada Escritura, excepto el Evangelio. Puede también decir las intenciones de la oración universal y, en ausencia de un salmista, proclamar el salmo responsorial. En ausencia de un lector instituido, se puede encomendar la proclamación de las lecturas de la Sagrada Escritura a algunos laicos que realmente sean aptos y estén diligentemente preparados para desempeñar este ministerio, de manera que los fieles al escuchar las lecturas divinas conciban en su corazón un amor suave y vivo por la Sagrada Escritura.
Corresponde al salmista proferir el salmo u otro cántico bíblico interleccional. Para cumplir correctamente su función, es necesario que el salmista posea el arte de salmodiar y tenga dotes para emitir bien y pronunciar con claridad.
Entre los fieles ejercen su función litúrgica los cantores o el coro, a quienes pertenece asegurar la justa interpretación de las partes que les corresponden según los distintos géneros de canto, y promover la participación activa de los fieles en el canto. Lo que se dice de los cantores vale, observando lo que se debe observar, también para los demás músicos (guitarristas , por ej.), especialmente para el organista. Es conveniente que haya un cantor o maestro de coro para que dirija y sostenga el canto del pueblo.
Ejercen también una función litúrgica:
a) El sacristán, que prepara diligentemente los libros litúrgicos, los ornamentos y las demás cosas necesarias
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