Quebrantamiento y Abatimiento

Pro 18:12 “Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre,

Y antes de la honra es el abatimiento”.

Es mi hora devocional en la mañana y me tropiezo con este versículo que resalta de entre todos los demás. Hay una verdad hermosa y una enseñanza de humildad detrás de este proverbio de Salomón. No que lo demás carezcan de peso, pero sí que es cierto que cuando Dios ha tratado ciertas áreas de tu vida, los versículos en su Palabra que avalan este trato siempre terminarán resaltando sobre los demás.

La Palabra define el corazón del hombre como engañoso y perverso (Jer. 17:9), cuando Salomón se refiere a lo elevado de la posición del corazón de hombre, lo hace para mostrar un espíritu altivo: el YO por sobre todo, independencia, orgullo e incluso estima. Entonces, ¿cómo trabaja Dios el corazón del hombre para llevarlo desde su estado de piedra hasta convertirlo en un corazón de carne (Ez. 36:26)? Por medio del quebrantamiento y el abatimiento. Las verdades transformadoras escondidas en la palabra de Dios son para ser aprendidas por medio de la experimentación y la práctica; una practica que debe ser dirigida y supervisada por la obra del Espíritu Santo en nosotros, por lo que si no lo poseemos, solo estaremos viviendo consecuencias graves de nuestro pecado sin ningún tipo de superación, aprendizaje ni transformación a una nueva creación (2 Cor. 5:17) semejante a Aquel que es sobre todas las cosas.

Lo que me gusta de este versículo es el final o propósito del quebrantamiento y el abatimiento. Dios quiere colocarnos en un lugar de honra, pero con un corazón acorde a esto; la recompensa de un corazón abatido y quebrantado es honra delante de Aquel que nos creó. No imagino un mejor fin que el de saber que estoy siendo procesado mediante tribulaciones y pruebas a imagen de Cristo.

Ec. 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.”

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