Resumen Encíclica Laudato Si'
Enviado por MariaAvalos • 11 de Octubre de 2015 • Síntesis • 1.823 Palabras (8 Páginas) • 401 Visitas
Universidad Católica de Salta
Escuela de Educación y Perfeccionamiento Docente
Licenciatura en Gestión Educativa
Humanismo y Doctrina Social
Ecología Humanista Cristiana
CARTA ENCÍCLICA
LAUDATO SI’
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
Avalos, María
U.G. N° 111, Buenos Aires
Octubre de 2015
Docente: Sonia Beatriz Romero
El Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ nos invita a alabar a Dios por la belleza de la creación y al cuidado de la Tierra, nuestra casa común. La carta versa sobre asuntos relacionados con la ecología y el desarrollo pleno del género humano.
En el centro de Laudato Si’ se encuentra el interrogante de qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo, implicando no sólo al ambiente y su cuidado sino también como invitación a cuestionarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: “¿Para qué pasamos por este mundo? ¿Para qué vinimos a esta vida? ¿Para qué trabajamos y luchamos? ¿Para qué nos necesita esta tierra?” El Pontífice dice que “Si no nos planteamos estas preguntas de fondo, no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan obtener resultados importantes”.
El primer capítulo hace una descripción de la situación ambiental en general, donde se incluye el tema de la contaminación y la basura, que se acumula en toneladas y que produce efectos nocivos en la salud causando hasta la muerte. Se hace una vinculación de estos problemas con la cultura del descarte,” que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura” comparándolo con el buen funcionamiento de los ecosistemas naturales que absorbe y reutiliza desechos. (LS 22). También se menciona al calentamiento global y las causas humanas que acentúan y producen dicho calentamiento. “El calentamiento es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad” (LS 25). Remarca el gran impacto de la alteración del clima, agregando que si la tendencia continúa se producirían cambios climáticos nunca vistos y de gran destrucción de ecosistemas. Destaca la situación de desventaja en que se encuentran los de menores recursos, ya que muchos de ellos viven en zonas afectadas por estos fenómenos climáticos y sus principales medios son las reservas naturales. Conectado a esto se presenta la cuestión del agua. El Papa afirma que “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”, sostiene que privar a los pobres del acceso al agua significa negarles «el derecho a la vida, enraizado en su inalienable dignidad» (30).
El Santo Padre hace la comparación de los gemidos de la Tierra saqueada y maltratada con el clamor de todos los abandonados del mundo y nos invita a escucharlos. Es un llamado a todos – individuos, familias, colectivos locales, nacionales y comunidad internacional- a una “conversión ecológica” (término utilizado por Juan Pablo II), a asumir la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta ante el cuidado de “la casa común”.
El Papa Francisco propone una ecología integral que incorpore las dimensiones humanas y sociales, inseparablemente vinculadas con la cuestión del medio ambiente. En esta perspectiva, El Santo Padre invita a emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión y transparencia. Incluye dentro de los problemas ecológicos el “deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social» (LS 43-47). Considerando que el hombre forma parte de la creación, el empeño por el ambiente ha de considerar «que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima” (LS 43).
En la encíclica se resalta la idea de que el cuidado del regalo de la creación es una tarea que compartimos todos los hombres, pero los cristianos estamos “llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que El soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud” (LS 53).
Es necesario cambiar la mirada para que el hombre pueda servirse de la tecnología, la ciencia, la investigación, la política, el trabajo, para el cuidado de la casa común. Se destaca que el buen uso de la tecnología y de las ciencias requiere un cambio en las personas, reconocer que «el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado” (LS 115). El punto central se puede resumir en la frase: “no hay ecología sin una adecuada antropología” (LS 118).
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