Santo Y Profano

Lo santo y lo profano

Lectura bíblica: Ezequiel 22:26

Introducción: El principio de la mayordomía cristiana lo encontramos desde la fundación del mundo en Génesis 2:15-17. Dios puso al hombre en un lugar que el hombre no merecía, lo puso en un lugar que Dios había hecho y que le pertenecía totalmente, sin embargo, le permitió la dicha y el disfrute de la creación entera, pero es aquí donde Dios establece el principio que debía regir a sus mayordomos cuando se reservó para si mismo una pequeñísima porción de todo lo que era suyo, es decir, el hombre podía decidir como administrar todo lo que Dios le había dejado, pero estaba esa pequeña porción que Dios reservó para si que nadie tenía ni tiene derecho de decidir como administrarla y ese es el principio de la mayordomía cristiana.

El tiempo

Debemos primero que nada establecer que las cosas no pueden ser santas por si mismas, lo que hace santo algo es la presencia de Dios, notemos este principio en Éxodo 3:4 y 5 y en Josué 5:14 y 15. Ahora, apliquemos este principio:

En Éxodo 20:8-11 Dios nos da 6 días sobre los cuales tenemos la facultad de elegir que hacer y como utilizar el tiempo, pero nos aclara que el 7º Día es de Él, totalmente de Él.

Génesis 2:3 nos revela porque el Sábado es un tiempo santo y apartado porque tuvo el reposo de Dios y ese día es de Dios y no de los judíos como dicen muchos que no leen Isaías 58:13.

Dios enseña claramente que es lo que se debe hacer en Sábado. El Sábado sigue siendo para nosotros, solo que Dios es el que decide lo que se va a hacer, es Él quien pone la agenda.

El dinero

“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en el habitan”, es definitivamente una frase que nos deja claro que nada es nuestro, Dios solo nos dio la facultad de administrar las cosas, pero incluso hay pequeñas porciones de cada cosa que no podemos ni debemos ni siquiera pretender administrar.

Levítico 27:30 deja claro 2 cosas: que es el 10% de los ingresos BRUTOS y que eso es dedicado a Jehová.

El versículo 32 confirma el hecho de que no debe importarnos a a donde para ese dinero, eso nunca debe ser un pretexto para retener el diezmo. Veamos el ejemplo de Marcos 12:41.

Es verdad que ya no hay levitas ni sacerdotes, pero eso no elimina el mandato del diezmo ni lo modifica y Jesús lo dejó claro en Mateo 23:23.

El templo

Tiene el hombre su casa, sus parques, sus edificios, etc. donde puede elegir que hacer, como comportarse, como vestir, pero Dios ha apartado algo especial para Él también en este aspecto. Hay un lugar, un espacio donde Dios nos pide como a Josué que “Quitemos nuestro calzado”.

Leamos Ezequiel 5:11 y notemos la

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