Santo Tomas
Enviado por superverluk • 16 de Mayo de 2012 • 2.066 Palabras (9 Páginas) • 478 Visitas
En toda comunidad de seres libres que tienen dominio sobre sus actos, es necesaria la existencia de una norma que indique en que sentido debe orientarse esa actividad libre, de modo tal de indicar el sentido que se necesita para alcanzar la finalidad para la cual esos individuos han decidido vivir en comunidad. Ahora bien, este primer argumento viene a comprobar una vez más la existencia patente y potencia del alma racional como lo es la libertad humana y la capacidad del hombre de elegir libremente entre las posibilidades que conoce y desea, sin estar determinado por ninguna. Justamente porque el hombre es libre y puede incluso elegir una alternativa que no se oriente al bien personal o al bien común de la sociedad política, es que debe existir este marco regulatorio que emane de la razón y se oriente al bien común al que llamamos ley.
Características fundamentales de la ley
La ley debe ser obra de la razón
La ley es una especie de regla o medida de los actos, para lo cual alguien es inducido a actuar o impedido de actuar. La razón es regla y medida de los actos humanos puesto que es el primer principio de los mismos, puesto que la razón: ordena los actos hacia el fin debido, así queda establecido que la ley es algo que pertenece a la razón.
La ley debe ordenarse siempre al bien común
Así como la razón es principio de los actos humanos, así también en la razón hay algo que es principio respecto de todos los demás actos, por lo cual es necesario que la ley pertenezca a aquello que es lo más principal. El primer principio es el Fin Último, que es en el hombre según el patrono de todas las Escuelas y Universidad del mundo, la felicidad o bienaventuranza. Por la tanto es necesario que la ley se orienta al orden de hacer y conservar la felicidad personal y de la comunidad política. Solo así son legalmente justas las normas, en su orientación al bien común que es una finalidad común, no por comunicación genérica, ni específica, sino por comunicación de finalidad, en tanto que es la natural orientación humana al bien.
¿Es capaz la razón de cualquier particular de hacer la ley?
Ordenar la ley hacia el bien común es tarea de la comunidad o bien de quien hace la representación de esta, por lo tanto legislar pertenece a la comunidad o a la persona pública que tiene al cuidado la comunidad. Ahora bien, la ley se halla en un sujeto no solo activamente (regulando) sino que también pasivamente (por participación, como en sujeto regulado) y de este modo cada hombre sería para sí mismo su propia ley, en cuanto participa del orden establecido por aquel que le incumbe regular.
Ahora bien, Santo Tomás de Aquino se pregunta en “Del Reino” ¿Que conviene más a la ciudad: ser regida por muchos o por un único dirigente? Desde esta pregunta extraemos de la citada obra de nuestro Santo Patrono las siguientes consideraciones que pueden responder:
a) La intención de cualquier dirigente debe encaminarse a procurar la salvación de lo que ha aceptado dirigir.
b) Debe conservar la unidad de la comunidad social que se llama Paz. En cuanto más eficaz sea un régimen para conservar la unidad de la paz, tanto más será útil, pues entenderemos como útil en esta reflexión a lo que mejor lleva hacia el fin. Es más útil para llevar al fin uno que muchos, puesto que en este caso es más posible que uno procure de mejor manera la unidad de la paz de la comunidad, así es más útil el régimen de uno que de muchos.
c) De ningún modo podrían dirigir una multitud muchos si entre ellos disintieran totalmente; nos dice el aquinate que aquí se requiere unidad en la pluralidad para poder regir de algún modo, pues mucho no podrían llevar un barco a puerto si es que no estuviesen unidos de alguna manera. Así se dice que muchas cosas están unidas por aproximación a lo uno, por lo que es más conveniente que rija uno a muchos en cercanía de lo uno.
d) En todo régimen natural es propio que quien dirija sea uno. En el sistema circulatorio: el corazón; en el alma humana: la recta razón; entre las abejas hay una sola reina; en el Universo un solo Dios que es creador y rector de todas las cosas, explica el angélico. Este planteamiento responde a la lógica más pura pues toda multitud proviene de lo uno y toda virtud es mejor si es más una (no ambigua), y es mejor el efecto si es que se asemeja a su causa, tal como el hombre debe esforzarse por seguir el ejemplo de Cristo, el verdadero hombre; y como una obra de arte debe asemejarse a la naturaleza en tanto representación de ella, será más bella en cuanto más se acerque a lo uno. De todo esto se desprende que es mejor lo uno que lo múltiple, y que la comunidad llega de manera más óptima a su fin si es dirigido a él por uno que por muchos.
Definición de Ley
“(…) Un prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad”
La ley en tanto es impuesta como regla y medida es menester que sea conocida por la comunidad. Así es propio que para que la ley tenga fuerza de obligar, que es lo propio de la ley, debe ser aplicada a los hombres. La aplicación se produce en la promulgación de la ley. Por lo que la promulgación es necesaria para que la ley adquiera su vigor.
Las tres leyes
La ley eterna
El orden político de la ley está inserto en el orden eterno y universal de la creación y la ley humana no es más que una participación de la ley eterna.
a) Es necesario entonces que el mundo esté regido por una divina providencia, pues todo el conjunto del universo está regido por la razón divina que tiene carácter de ley.
b) Esta ley no entiende nada en el tiempo sino que es eterna.
c) El fin del gobierno divino es Dios mismo, y su ley no es otra cosa distinta de ÉL. Por consiguiente la ley eterna no se dirige a otro fin
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