TEMA: ORAR EN EL ESPIRITU
Enviado por DANTVillaverde • 15 de Octubre de 2015 • Documentos de Investigación • 1.242 Palabras (5 Páginas) • 97 Visitas
TEMA: ORAR EN EL ESPIRITU
Texto: Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu”
El capítulo seis de la carta a los Efesios es muy conocido por todos, ya que en él se presenta la armadura de Dios, necesaria para la vida del cristiano para poder combatir, resistir y triunfar y ser condecorado por Cristo después de la batalla contra la guerra iniciada y permanente en este mundo por Satanás y sus aliados contra Cristo y su iglesia (Apo.13:6-7). Esta guerra es de vida o muerte y se requiere decisión, firmeza, valor, templanza, conocimiento del enemigo, y por sobre todo esto, obediencia a las instrucciones de nuestro General, Cristo Jesús. Nuestro deber es vestirnos y saber usar cada parte de la armadura de Dios.
Normalmente cuando se estudia Efesios 6 y el tema de la armadura de Dios, se enfatiza en las piezas externas de esta armadura, se citan los versículos del 11 al 17, las cuales son: "Coraza, yelmo o casco, espada, calzado o sandalias, escudo, cinto o cinturón, todas estas piezas externas que el apóstol usa al ver la figura del soldado que lo tiene en custodia en la cárcel de Filipo, pero debemos continuar con el escrito inspirado del apóstol en el v.18, el cual hace énfasis en otra pieza fundamental que forma parte de la protección interna del buen soldado y es "orando en el Espíritu", sin esta, todas las demás piezas externas no tienen valor alguno. Es como un soldado bien vestido por fuera pero acobardado y sin amor a la patria por dentro.
El Evangelio del Señor presenta a un reino espiritual militante, un reino que no es de este mundo, una iglesia gloriosa, descrita como el lugar del reinado del Señor, el lugar donde están los salvos, el lugar donde cada soldado de Jesucristo se prepara intelectualmente con conocimiento bíblico (Mat. 4:4) y ejercita su cuerpo físicamente para la batalla. (Rom. 12:1) Una de las piezas en la armadura de Dios dadas al soldado de Jesucristo es la Oración. El texto bíblico que el apóstol Pablo escribe tiene que ver con la oración en el Espíritu:
”ORANDO EN EL ESPÍRITU SANTO” Una de las funciones del espíritu es ser el otro consolador prometido por Cristo en nuestra vida (Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7).
No estamos huérfanos, no estamos solos, el Espíritu Santo es el “otro”, otro de la misma esencia, naturaleza y personalidad. El Espíritu Santo es un ser tan personal, amoroso, eficiente, poderoso y ayudador como Jesús mismo. Recuerde que en la raíz de la palabra “parákletos” están involucradas las verdades de animar, fortalecer, aconsejar, confortar, ayudar e interceder. De manera que esta es otra prueba indiscutible contra aquellos que niegan la persona divina del Espíritu Santo y que contrario a esto enseñan que es una fuerza activa o una energía, deberían leer una y otra vez 2 Corintios 12:4-11.
¡ORAR EN EL ESPÍRITU ES ENTENDER SU ACCIÓN!. La intención y las palabras del Espíritu Santo serán tranquilas, calmantes y de consolación. Aún cuando la convicción y la corrección sean necesarias, éstas nos llegarán con amabilidad, Poder, esperanza. (2 Tim. 1:7) El Espíritu como abogado intercede a favor nuestro en nuestras oraciones a Dios. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.” (Rom. 8:26- 27) El Espíritu Santo suplementa y perfecciona nuestras oraciones. ¡Cómo necesitamos entender esta acción!, porque muchas veces los cristianos no sabemos orar como conviene a nuestra vida, o conforme a la voluntad de Dios, más de una vez nos hemos enredado en peticiones malas, animados de apetitos demasiado caprichosos y egoístas, ya de por si esto es pecado, pero a esas oraciones debemos entender que en primer lugar Dios no puede responder positivamente (Sant. 4:3). Y en segundo lugar el Espíritu Santo como consolador logra intervenir a favor de nosotros y en muchos casos mejora nuestras oraciones, pues El si sabe cual es su intención.
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