Una buena Autonomia y Autarquia

Rachel E. Dávila Colón                                                        27 de enero de 2018

Reacción Escrita: Dignidad, Autarquía y Autonomía en el Catecismo Católico.

Cuando analizamos las definiciones de las palabras dignidad, autarquía y autonomía, podemos constatar que cada una es el complemento de la otra.  Cuando decimos que una persona puede ser catalogada como una persona digna decimos que ésta es un ser valioso, que tiene la capacidad de valerse por sí mismo; por tanto se considera auto suficiente y posee la capacidad para tomar decisiones y hacer buen uso del ejercicio de su libertad. Básicamente los tres conceptos están estrechamente ligados y conforman lo que significa ser una persona digna.

Si pasamos a los escritos del Catecismo Católico es posible ver cómo estas están presentes en sus postulados. El catecismo católico nos habla de que a través de la vida social el hombre desarrolla sus capacidades. Es decir; a través que gracias a la convivencia con los que le rodean el hombre se vuelve autónomo. Por otra parte cuando nos hablan de que el hombre es constituido “heredero”, y recibe “talentos” que enriquecen su identidad y a los que debe hacer fructificar. Nos habla de las cualidades de una persona digna lo cual radica en sentirse un ser valioso. El catecismo católico nos alienta a crear asociaciones e instituciones ya sean sociales, recreativas, deportivas, entre otros con el fin de que cada persona pueda desarrollar sus cualidades y le brinde un sentido de iniciativa y responsabilidad. Este tipo de iniciativa permitirá a la persona desarrollar la autarquía. Esto es así ya que una persona que aspire a tener responsabilidades para con su prójimo debe asegurarse que es capaz de cubrir sus propias necesidades, es decir que tiene la capacidad para valerse por si mismo y ser independiente.

Una persona digna es una persona llena de virtudes las cuales le han sido conferidas por el Creador. De la misma forma en que Dios respeta la libertad humana como vemos plasmado en los escritos, debemos de igual forma respetar a  nuestros semejantes. La dignidad no es una característica exclusiva de una persona u otra. Cualquier ser humano puede aspirar a ésta ya que como ser racional tiene la capacidad para tomar decisiones. Así como Dios respeta la libertad nosotros debemos respetar y tolerar la diversidad. Como seres dignos tenemos una responsabilidad social que no podemos evadir. El catecismo católico en la sección 1886 nos habla que los hombres están impulsados a defender sus derechos, cumplir con los deberes, compartir con los demás lo mejor de sí mismo, entre otros. Estas normas son aplicables a todos los aspectos de la vida y el cumplimiento de estas aporta a nuestra búsqueda de la dignidad.

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