Villegas
Enviado por sdfgnrafds • 1 de Julio de 2014 • Informe • 521 Palabras (3 Páginas) • 216 Visitas
(circuito largo) que aportarán, más a largo plazo, información utilizable para la confirmación, o
desestimación, de los diagnósticos considerados como probables.
PROBABILIDAD PREVIA
El médico, tras las primeras preguntas y constataciones, hecha la exploración del enfermo,
piensa frecuentemente en una enfermedad concreta como posible causa de los trastornos que
aquejan al paciente. Obviamente, considera también la posibilidad de que éste no sufra
enfermedad alguna y se encuentre sano, siendo esta última situación incluso el punto de partida
cuando se trata de personas sometidas a reconocimientos generales periódicos, consultas de
medicina preventiva, etc. Al pensar en una determinada enfermedad A, normalmente no
adelanta una probabilidad concreta de que, en efecto, el paciente tenga la enfermedad A, ni la
hace constar en ninguna parte de la documentación clínica y, aún más, si alguien le pidiera que
estableciera explícitamente tal probabilidad, en principio confesaría su incapacidad para
hacerlo. Ya hemos visto que, por una serie de razones, el ser humano quizás no está
excepcionalmente dotado para la asignación subjetiva de probabilidades y son muchos los
errores que comete cuando se empeña en esta labor. Conviene hacer notar, sin embargo, que:
a) si se nos exige, somos capaces, en general, de aventurar una probabilidad para un acontecer
determinado; b) de manera espontánea, sin que nadie nos lo pida, en la vida corriente a veces
expresamos nuestras convicciones de manera más o menos probabilística: estoy
completamente seguro, apostaría diez contra uno, esto lo he visto en el 95% de los casos, etc.
También el médico, antes de solicitar pruebas para confirmar su diagnóstico, seguramente
accedería, si fuera preguntado, a expresar numéricamente la probabilidad que asigna al hecho
de que la enfermedad A sea efectivamente la causa de los trastornos del paciente. Esta
probabilidad —que denotaremos p(D)— es llamada previa, porque es la que se maneja antes
de conocer los resultados de los exámenes complementarios y sólo por esta razón puede recibir
tal calificativo, ya que, en realidad, el médico ha llegado a ella tras una larga manipulación de
datos del paciente. Esta p(D) expresa su creencia, en virtud de toda su experiencia anterior, de
que en una cohorte imaginaria de pacientes, todos idénticos al que es objeto de su atención, un
porcentaje —igual a 100*p(D) %— de los mismos padezca la enfermedad, mientras que el
porcentaje restante esté sano.
Naturalmente que el médico asigna implícitamente distintas probabilidades a los sujetos, según
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