GESTOS DE MISERICORDIA EN EL ROSTRO DE LOS JÓVENES
Enviado por Jennifer Alondra Alcántara López • 18 de Mayo de 2018 • Tarea • 2.085 Palabras (9 Páginas) • 91 Visitas
GESTOS DE MISERICORDIA EN EL ROSTRO DE LOS JÓVENES
El rostro joven de la misericordia de Dios cambiará los corazones de todo aquel que ha perdido la esperanza, según el Papa Francisco.
Un joven haya sido tocado por Cristo es “capaz de cosas verdaderamente grandes”, afirmó el papa hacia los miles de muchachos y muchachas encontrados en la ceremonia de bienvenida a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.
“Hoy la iglesia, y yo añadiría el mundo, los mira a ustedes y quiere aprender de ustedes, ser reconfortados de que la misericordia del Padre tiene un rostro siempre juvenil y constantemente nos invita a ser parte de su reino”, dijo el papa.
Es importante que como jóvenes seamos misericordiosos los unos con los otros y nos unamos al reino de Dios haciendo caso a su palabra siempre. Porque la esperanza del futuro está en los jóvenes, aquellos que tienen muchas cosas por vivir, mucha energía para servir y un corazón inexperto.
La misericordia es una actitud bondadosa en la que ayudamos a los más necesitados sin esperar nada a cambio. Siendo misericordiosos estamos siguiendo el ejemplo de Dios, quien siempre tiene piedad con nosotros perdonando nuestros pecados y ayudándonos y bendiciéndonos todos los días.
Sin embargo, la misericordia es un acto de corazón, puro. Un acto no se puede considerar de misericordia si lo hacemos por obligación, o por ego. Tal como se mencionó en Mateo 9:13: "Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios".
Y no sólo eres misericordioso ayudando a los demás; el perdón también es un acto de misericordia, el perdonar a alguien es un acto que requiere mucho amor y paciencia, y no es algo que todo el mundo sabe hacer. Pero una vez que perdonamos, nos libramos de toda esa carga negativa que llevamos dentro, ya que el rencor no sólo hace daño hacia quién lo dirigimos, sino que también nos hace daño a nosotros mismos. Además, no podemos pedir el perdón y la aceptación si no estamos dispuestos a darlo, nadie es perfecto y Dios nos ama y perdona a pesar de nuestros errores, así que debemos seguir su ejemplo. “Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón y así infundes temor. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa y el redimirá a Israel de todos sus delitos” (Sal 129,3-4.7-8).
Algunos ejemplos del perdón de Cristo que se han visto en la Biblia tienen como protagonistas a el leproso tocado por Jesús (Mc 1,40-45), la mujer sorprendida en adulterio (Jn 8, 3-10), el publicano cobrador de impuestos (Mt 9,9), la mujer que padecía flujos de sangre (Lc 8,43-48) o el paralítico al que le fueron perdonados sus pecados (Lc 5,24). Pero, ¿qué decir de Pedro, el que se oponía a la entrega en cruz de Jesús? ¿Y de Pablo, el que perseguía a Cristo en los hermanos? El primero dejándose lavar los pies comprendió que su amor por Cristo no provenía de sí mismo (Jn 13,9); el segundo, presumiendo ser buscador del Señor se dejó alcanzar por Él (Flp. 3,12-14).
Jesús nos enseña como amar a los demás con sus obras y palabras, con su forma de ser dedicada enteramente a Dios y a todos los demás, poniendo al servicio del prójimo nuestras virtudes y también fragilidades. Este, en la Parábola del Buen Samaritano y durante toda su vida, con sus palabras, sus gestos y su testimonio nos muestra que la misericordia es el amor de Dios por el hombre. Un amor que se desborda y se da por entero, un amor que perdona y que es capaz de entregarse por los demás. Al experimentar la misericordia de Dios en su vida, el Buen Samaritano fue misericordioso con su prójimo, pudo dar su mano a los demás.
La misericordia no es un valor que se muestre mucho actualmente, ya que la sociedad actual está tan enfrascada en su propio mundo, que se olvida de ser generoso con los demás, de ayudar al mundo a ser mejor, de perdonar y de aplicar lo que Jesús nos enseñó.
Incluso muchas veces decimos ser cristianos de corazón, cuando no actuamos con uno de los elementos más importantes de nuestra fe, que es la misericordia. Sin embargo, eso no significa que no exista este valor, o que nadie lo practica, porque incluso un acto tan simple como el darle una moneda a una persona de la calle o ayudar a un niño perdido a encontrar a sus padres puede considerarse un acto de bondad, ya que aunque se piense que es un acto simple, no sabemos el gran impacto positivo que puede tener en las vidas de otras personas.
Muchas experiencias de misericordia cada joven la experimenta aunque sea una vez en su vida. Por eso, el papa Francisco en cada encuentro con los jóvenes los anima a que sean misericordiosos porque el corazón de Dios es misericordioso y su perdón y su amor no tienen límites si se acercan a él con humildad y pidiéndole perdón por todo aquello que los aleja de Él. Dios es nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Como ama Dios Padre, así aman sus hijos (Mv, 9). Si Dios es misericordioso con la humanidad, también nos llama a que prolonguemos su misericordia con los demás.
Como jóvenes debemos seguir el ejemplo que nos dio Jesús en toda su vida y dedicarnos a servir a todo el que necesite nuestra ayuda con humildad y amor, y no solo eso, sino que sirvamos de influencia para otros jóvenes y así contribuyamos a crear una sociedad mejor.
Hay muchas comunidades y grupos cristianos para jóvenes que fomentan el amor a Dios y a que estos aprendan el valor de la misericordia y lo apliquen en su vida diaria.
Onda Juvenil Católica (O.J.C) es un movimiento eclesial de espiritualidad católica, cuyo objetivo principal es evangelizar al joven a través del joven y la presentación al joven a un Jesucristo vivo, atrayente, actual, que verdaderamente está interesado en amar al ser humano evangelizar a los jóvenes. Ademas, en este grupo se dispone a ayudar a que cada uno de estos jóvenes sea una persona mejor, de una manera dinámica y en un ambiente sano. Este movimiento está dirigido por adultos, sacerdotes y algunos miembros antiguos de este movimiento. Fue fundado en el Estado de México, extendiéndose hacia República Dominicana, donde tiene sedes en distintos lugares del país con una gran cantidad de miembros.
Específicamente en la sede ubicada en la parroquia San Juan Bautista, todos los sábados estos jóvenes se reúnen y reciben charlas de los mismos jóvenes del grupo, cada una con una enseñanza bíblica que fortalece su fe y los ayuda a ser más amorosos, misericordiosos y a aplicar demás valores en su entorno.
Entrevista a los miembros de Onda Juvenil Católica
Se ha entrevistado a algunos miembros de este grupo con la intención de mostrar su perspectiva acerca de la misericordia y sus experiencias con siendo misericordiosos con los demás.
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