Arquitectura Silo Xx
Enviado por tomnazar • 10 de Septiembre de 2014 • 502 Palabras (3 Páginas) • 162 Visitas
La arquitectura del siglo XX.
Biblioteca Menéndez Pelayo
(Santander) A lo largo del siglo XX Cantabria conoce un fuerte desarrollo de la arquitectura y las artes plásticas, destacando numerosos artistas regionales que alcanzan fama nacional e internacional.
Cantabria no permanece ajena a la confrontación que la arquitectura contemporánea vive entre ideales artísticos y realidad social. La necesidad de dar respuesta a las preocupaciones higiénicas, la búsqueda del confort o el crecimiento demográfico marca la evolución de la arquitectura, que tratará de presentar soluciones cada vez más válidas. Por otro lado la internacionalización de la cultura arquitectónica, a través de ferias, publicaciones y exposiciones, hace que Cantabria deje de ser un núcleo secundario en el panorama nacional, manteniéndose en contacto con las últimas tendencias.
Comenzando el siglo XX algunos arquitectos, como Valentín Casalís (palacio de los Pinares, en Santander), o Javier González Riancho (casa de Don Adolfo Pardo, en Santander) se adhieren a la búsqueda de una arquitectura nacional española. A principios del siglo XX Leonardo Rucabado populariza la arquitectura regionalista montañesa, determinada por la evocación historicista de la arquitectura montañesa de los siglos XVI, XVII y XVIII. Rucabado realiza en Santander destacadas obras, como la Biblioteca y Museo Menéndez Pelayo, la Casuca y el Solaruco. Esta tendencia es seguida posteriormente por diferentes arquitectos nacionales y regionales (oficina central de Correos de Santander, Secundino Zuazo y Eugenio Fernández Quintanilla).
A partir de 1925 comienza a rechazarse la tradición clásica y regionalista, aceptando toda un amalgama de influencias internacionales derivadas, tanto de una concepción arquitectónica basada en la razón (racionalismo, constructivismo y neopositivismo), como de corrientes más utópicas (futurismo y expresionismo). La mejor arquitectura realizada en Cantabria en este período surge de la conjunción de ambas tendencias, como puede comprobarse en las obras que construyen en Santander José Enrique Marrero (edificio Siboney), Gónzalo Bringas (Club Marítimo) y Eugenio Fernández Quintanilla (teatro María Lisarda, actual cine Coliseum).
Finalizada la Guerra Civil la arquitectura se impregna de un cierto tradicionalismo, fomentando la preferencia por los materiales, técnicas y temas nacionales. Ejemplo de esta tendencia lo constituye el urbanismo grandilocuente (calle Isabel II, Lealtad) y los intentos de monumentalización (Estaciones Centralizadas, Plaza Porticada) utilizados en la reconstrucción de Santander tras el incendio de 1941. Sin embargo algunos arquitectos como Luis Moya, desde la tradición, buscan soluciones más modernas para sus obras (iglesia de la Virgen Grande, en Torrelavega). Paulatinamente va produciéndose una renovación arquitectónica que llega,
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