Bases Tecnologicas
Enviado por erikamontalvo91 • 14 de Noviembre de 2012 • 2.486 Palabras (10 Páginas) • 478 Visitas
Pero el proyecto público requiere la cooperación del sector privado, que sin un
proyecto público acabará careciendo de consumidores, toda vez que no es
concebible en ninguna parte del mundo mayor producción sin mayor educación, ni
mejores niveles de compra sin ambos. Pero requiere también el apoyo del tercer
sector, que incluye a buena parte del capital humano de un país, que puede ser tan
importante como la educación que reciba y la cultura que haga valer. A veces,
donde la burocracia es ciega la sociedad civil identifica los problemas de la aldea
olvidada, de la mujer que es madre y trabajadora, del barrio urbano donde habitan
“los olvidados” de Luis Buñuel: la favela, el rancho, la villa miseria, la ciudad
perdida ..... Y otras veces, donde la empresa privada sólo advierte la ausencia de
entidades, el sector social descubre o inventa maneras de emplear los recursos
locales, inclusive los recursos para apoyar a la escuela y, donde no hay escuela,
para enseñar de puerta en puerta si es necesario.
La educación latinoamericana debe ser un proyecto público apoyado por el sector
privado y dinamizado por el sector social.
Su base es la educación primaria y secundaria; que ningún latinoamericano de
dieciséis años o menos * se encuentre con un pupitre vacío.
Su meta es la educación vitalicia; que ningún latinoamericano deje jamás de
aprender. La enseñanza moderna es un proceso inacabable; mientras más educado
sea un latinoamericano, más educación seguirá necesitando a lo largo de su vida.
Su prueba es ofrecer una educación inseparable del destino del trabajo, en un
mundo donde el avance tecnológico puede crear desempleo a pesar de la
educación. Este problema debe resolverse mediante políticas de re-distribución y
re-adiestramiento del empleo. Ello requerirá técnicas de educación novedosas.
Pero la América Latina, continente de carencias y de frágiles fundamentos, aún
puede dar un ejemplo de educación para el trabajo a partir de las necesidades de la
“segunda nación” de la pobreza y la marginación. Educación artesanal, para los
reclamos de la aldea, del barrio, de la zona aislada. Educación para la
infraestructura. Educación para el crédito. Educación para el ahorro. Todo esto nos
exige la base social de la América Latina.
Y educación, en fin, para la democracia y en la democracia. Tenemos que activar
las iniciativas ciudadanas, la vida municipal, las soluciones locales a problemas
locales, todo ello dentro de un marco formal de división de poderes, elecciones
transparentes y fiscalización de las autoridades. Eduquemos a los latinoamericanos
para ejercer el poder. No el poder sobre los demás, sino el poder con los demás.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, su Comisión para la
Educación en América Latina y el Caribe, y la Fundación Arias para la Paz y el
Progreso Humano, significan un enorme paso adelante para que nosotros y
nuestros hijos, los latinoamericanos del siglo XXI, podamos al fin, mediante la
educación, identificar nuestra cultura con nuestra política y nuestra economía.
México D.F., noviembre 1997
RESUMEN EJECUTIVO: UNA META, UN BALANCE, UN CAMINO
El XX fue el más corto de los siglos. Comenzó, como sabemos, en 1914. Y acabó,
como también sabemos, en 1989. Hay otra cosa que sabemos: el siglo que se nos
vino encima, el XXI, será el de la racionalidad científico-tecnológica, el de la
sociedad del conocimiento. O, para decirlo desde un principio, será el siglo de la
educación.
Por eso este primer Informe Regional de Desarrollo Humano para América Latina
y el Caribe está dedicado a la educación. Tres preguntas sirven de guía al Informe:
(a) Qué le ha dejado el esfuerzo educacional a nuestras sociedades?; (b) Cuáles son
los quehaceres inconclusos y las tareas emergentes a la luz de las nuevas
realidades? y, sobre todo, (c) Cuáles cambios en la concepción y en la gestión del
sistema educacional son necesarios para satisfacer aquellas exigencias?
LA META
Si bien la situación varía de país a país, el esfuerzo educativo típicamente nos ha
dejado una población familiarizada con los códigos de la modernidad, un amplio
contingente de mano de obra calificada o semicalificada y unas élites entrenadas en
la “alta inteligencia” esto es, en la creación de saber científico-tecnológico y en su
aplicación al progreso de nuestras sociedades. Tales insumos han sido cruciales
para el avance de los países del área en sus procesos de integración nacional,
democratización política, crecimiento económico y superación de la pobreza.
Pero América Latina y el Caribe entran al s. XXI con problemas del s. XIX; así
que nuestros sistemas educativos tienen ahora que responder a una doble
exigencia. Por un lado, acabar de cumplir la vieja promesa de la modernidad: una
escuela efectivamente universal y efectivamente educadora. Y, por otro lado,
preparar nuestras sociedades para el desafío pluralista de la postmodernidad y para
su integración exitosa a la “aldea global”, caracterizada por industrias y procesos
productivos cuyos insumos críticos son la información y el talento creador.
Se trata, en pocas palabras, de educar a todos para el s. XXI. El hecho de que
ambas exigencias sean simultáneas - y aún, en cierto modo, excluyentes -, explica
la disyuntiva que suele inspirar tantas controversias acerca de las políticas
educacionales en América Latina y el Caribe: formación “de punta” para unos
pocos o formación masiva pero mediocre? Este Informe reivindica - y cree
demostrar cómo es posible - la única respuesta válida en términos de desarrollo
humano: educación universal de calidad, formación buena y para todos.
Esa es, en todo caso, la obligación indiscutida del Estado: asegurar que todos se
eduquen, y que se eduquen bien. La universalidad y la calidad son la razón misma
de ser de los subsidios y de la intervención estatal en materia educativa. Más aún,
esta es la nueva “inversión social” por antonomasia, la función que todos los
países desarrollados exceptúan del llamado “desmonte del Estado”: y es porque la
carrera económica y geopolítica del s. XXI es una carrera entre los sistemas
educativos de las distintas
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