CIENCIA E INGENIERIA
Enviado por jean4ever • 4 de Junio de 2012 • 2.131 Palabras (9 Páginas) • 644 Visitas
CIENCIA E INGENIERÍA
Reflexión
Es el ser humano el único dotado con la capacidad de preguntarse, de asombrarse, de
reflexionar sobre el mundo que lo rodea y de ir ordenando metódicamente sus respuestas
debe cotidianamente enfrentar ciertos problemas, debe solucionar ciertas “necesidades”
existentes en el “mundo real”, por ello tiene que hacer uso de ciertas tecnologías para
solucionar dichos problemas. La ciencia, y su aplicación de este (ordenamiento teórico) se
ha ido construyendo muy lentamente, desde tiempos antiguos y en el mundo en el que
vivimos, pues la ciencia, desde sus inicios, ha sido un conocimiento actuante, que se
proyecta sobre el mundo y los hombres para comprenderlos y transformarlos.
Y, sin embargo, la ciencia no responde únicamente a los intereses de la pura
contemplación o del dominio. Ella es el resultado de ese impulso humano, a veces
irrefrenable, de buscar el conocimiento que nos conduce a una visión que quiere ser
totalizante y explicativa de las maravillas de la naturaleza, tanto en la inmensidad del
universo como en lo microscópico de la célula, mundos ambos igualmente asombrosos y
dignos de nuestra admiración.
En este conocimiento se sustenta el gobierno de la naturaleza por el hombre y a partir de
este saber se nos ofrece un extenso campo de acción preñado de infinitas posibilidades
que demandan continuas decisiones. Empero, llega un punto en que para atender esa
necesidad de decidir, el hombre no encuentra ya la respuesta en el entorno que ha
dominado, ni el puro conocimiento que posee de él.
De allí se desprende que si bien la ciencia se propone un modelo del mundo desde la
perspectiva escrupulosa de sus leyes, ella no puede justificarse únicamente bajo este
principio sino gracias a las intenciones primeras que mueven la conciencia humana y que
brindan sentido al propio quehacer científico. Debemos reconocer el estrecho vínculo
entre el desarrollo de la ciencia y la comprensión de la conciencia humana, que no se
somete sin más a las leyes del mundo natural y cuya más íntima esencia sólo es
verificable en las relaciones interpersonales.
Vivimos en tiempos de una crisis metafísica que acarrea inevitablemente una crisis moral.
Son, éstos, tiempos en que lo real ha cedido su lugar a lo virtual. La comunicación
instantánea a distancia, la llamada, paradójicamente, realidad virtual y tantos otros
aportes que nos ha deparado una tecnología fascinante.
Introducción a la Ingeniería Facultad de Ingeniería
UPLA Especialidad de Sistemas y Computación
Ing. Walter Estares Ventocilla
La tecnología, en muchas ocasiones, desplaza de su lugar primordial a la ciencia y las
subyuga. Y ésta es tan sólo una de las facetas de una tendencia a trastocar las
consideraciones acerca de medios y fines (de cada uno de ellos), privilegiando a los
primeros y relegando u olvidando la preocupación por los segundos.
La razón fundamental de la actividad científica es el reconocimiento del hombre como
persona en una realidad concreta y viva, comprometida con valores éticos en su
convivencia social. No existe ciencia neutra. Toda actividad científica es capaz de acercar
o alejar a los hombres, unirlos o separarlos hasta impedirles que se reconozcan como
tales.
¿Dónde estamos?
La velocidad con que se produce el cambio no nos permite dimensionar las
transformaciones que se generan en todos los ámbitos de nuestras vidas. Recién
comienzan a hacerse visibles los efectos de la biotecnología, la robótica, la instantaneidad
y flexibilidad de la telecomunicaciones, la microelectrónica y toda !a amplia gama de
herramientas con que la tecnología modifica todo lo que hacemos.
Transcurrieron muchos milenios durante los cuales el ser humano dependió de la
mecánica. Hubo en ese largo tiempo grandes inventos (producto de la ingeniería) e
innovaciones, pero todos los avances los circunscribían a lo local y se asociaban
especialmente con la agricultura. La máquina a vapor vino a romper ese casi inmovilismo
laboral y su incorporación al trabajo y a la vida amplió el espacio cotidiano de los
individuos. Esa revolución constituyó el germen de la industrialización.
Bastó sólo un siglo para que la ingeniería utilizara la electricidad (creando cierta
tecnología). Con ella se hizo presente la velocidad del acontecer. Del tren a vapor se pasó
al tren eléctrico, se expandieron las comunicaciones a través del teléfono, del telégrafo y
del cable submarino, aumentó la productividad de las máquinas. Nació así una segunda
revolución industrial.
A un siglo de ese acontecimiento, hoy la instantaneidad de las comunicaciones y el
abatimiento de toda frontera, es la obsesión de la humanidad. Se habla de globalización o
de mundialización, para significar sintéticamente que las direcciones y alcances de las
comunicaciones son prácticamente instantáneas entre puntos cualesquiera del planeta.
Sin embargo, esta terminología ya resulta obsoleta.
La actual tecnología permite realizar operaciones comunicacionales en todo el espacio del
sistema solar; se fotografían y se recogen las imágenes de sistemas solares distintos del
Introducción a la Ingeniería Facultad de Ingeniería
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Ing. Walter Estares Ventocilla
nuestro; se ha multiplicado la fuerza disponible para efectuar las tareas más pesadas
imaginables; la medicina cuenta con herramientas para practicar las más delicadas
cirugías dentro del cuerpo humano, en ocasiones desde el exterior de él; se graban
sonidos e imágenes en minúsculos aparatos que pueden reproducirse con toda nitidez en
distintos tipos de equipos; se registran complejas operaciones financieras en simples
tarjetas portátiles; se celebran reuniones entre participantes ubicados físicamente a
grandes distancias; se tiene la certeza que el ser humano llegará pronto a otros planetas.
La nueva revolución es un caleidoscopio de múltiples dimensiones: En medio de ella
caminamos en el siglo XXI.
Hay una paradoja sorprendente a la que se debe otorgar especial atención. Cada día la
tecnología proporciona posibilidades de almacenar más y más información, en dimensión
inconmensurable y en depósitos minúsculos; paralelamente, la misma
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