Calderas De Gas

Calderas de gas

Una caldera de gas es un sistema de calefacción que utiliza este elemento como combustible, ya sea gas natural, propano o butano. Atendiendo a su instalación pueden ser de suelo, con una potencia de calor más elevada, o murales, de uso más común.

Funcionamiento básico de las calderas de gas

Es un producto destinado a las instalaciones domésticas y combina calefacción y agua caliente sanitaria (ACS). El sistema quema el gas y aporta el calor generado al agua que circula en su interior, distribuyéndola a los radiadores para calefacción o bien para su utilización como agua de uso sanitario.

Este sistema se clasifica en:

1. Calderas mixtas, de calefacción y producción instantánea de agua. Son las más utilizadas. La generación de agua caliente (ACS) tiene prioridad sobre la climatización, por lo que dedican toda su potencia a la primera función. El agua caliente se empieza a producir al abrir el grifo, con un caudal limitado.

2. Calderas mixtas, de calefacción y producción de ACS por acumulación. Disponen de un depósito de agua caliente que se va acumulando a una temperatura determinada, esto permite disponer de más caudal de agua caliente y sin variaciones de temperatura, pero a cambio de un mayor coste y pérdida de calor. La simultaneidad con el servicio de calefacción es mejor que en las primeras.

3. También existen modelos que solo ofrecen calefacción, sin contar con sistema ACS

Tipos de calderas de gas según el circuito de combustión

Se distinguen tres tipos:

1. Calderas de gas atmosféricas o abiertas de tiro natural: toman el aire necesario para la combustión del propio local donde están instaladas y expulsan los gases al exterior por un tubo de evacuación. Por motivos de seguridad, hay que garantizar el tiro de la chimenea para evitar que los gases retrocedan hacia la caldera y el interior de la vivienda.

2. Calderas abiertas de tiro forzado: igual que la anterior solo que los gases se expulsan por medio de un ventilador y se conducen al exterior por un conducto.

3. Calderas estancas de tiro forzado: son las más seguras ya que el circuito de combustión no tiene ninguna comunicación con la atmósfera del local donde se instala. También permite controlar mejor la combustión al no existir fluctuaciones en la entrada de aire, lo que redunda en un mayor rendimiento.

Calderas de gas con o sin llama piloto

Las primeras tienen la llama continuamente encendida para que, en el momento en el que se requiera el funcionamiento de la caldera, se inicie la combustión. Se recomiendan sin llama piloto, ya que consumen menos y son más seguras.

Funcionamiento de las calderas de gas

Se dividen en tres tipos:

1. De condensación: son capaces de condensar una parte importante del vapor de agua contenido en sus gases de combustión y aprovechados por la propia caldera. Gracias a este sistema el rendimiento es más alto que las calderas estándar o de baja temperatura. Tienen un precio de compra alto aunque se recupera con el uso y en climas más fríos.

2. De baja temperatura: funcionan de forma continua, con una temperatura del agua de alimentación entre 35 y 40 grados. Pueden producir condensación. Tienen un rendimiento superior al de las calderas estándar pero inferior al del tipo condensación, también consumen más electricidad que las estándar.

3. Estándar: tienen un rendimiento inferior que las anteriores, ya que necesitan calentar mucho más el agua para funcionar.

Instalación de las calderas de gas

Puede comprar la caldera por su cuenta y después llamar a un técnico para su instalación, o bien consultar antes para saber cuál es el modelo que más le conviene.

• La instalación debe hacerla siempre un técnico autorizado.

• Al término de su trabajo, tiene obligación de entregarle un certificado de instalación.

• Comprobar si en su vivienda hay un conducto de salida de gases, y si es individual o colectivo. Si no existe, habrá que practicar un agujero en la fachada, por el que sacarán el tubo que comunique la caldera con el exterior.

• Algunas comunidades de propietarios

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