Cambiar el rostro es cambiar la propia existencia.

Título: Cambiar el rostro es cambiar la propia existencia.

Mi nombre Roberta Ham

Soy estudiante de artes plásticas

Mi interés se ha ido inclinando por la fragilidad de la identidad a través del rostro. Nuestro rostro es el emblema de nuestra identidad y es más frágil de lo que creemos. El rostro es esa parte del cuerpo humano donde se aloja la mayor parte de nuestra comunicación, es la que crea el vínculo relacional entre yo y el otro, el mismo que nos conduce a la reflexión última de la negación del propio rostro y la reconstrucción del rostro en el otro. Un aspecto muy importante de nuestra identidad es la forma en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea y como este a su vez nos devuelve la mirada. Estamos constantemente experimentando una metamorfosis que finalmente se evidencia en el rostro, recordándonos así, la vulnerabilidad de la identidad. Esa misma cuestión de la identidad ha sido abordada por un sinnúmero de pensadores y artistas a lo largo de toda la historia.

En este primer acercamiento fue necesario hacer un recuento de la trayectoria dentro del ejercicio plástico para identificar en él cuál ha sido el tema más recurrente en la producción artística para empezar a desarrollar mi propuesta. Comencé a pensar en qué cosas me dan cuenta del cambio evidente que un rostro puede tener y empecé a experimentar.

FOTOS DE REFLEJOS: En esta primera etapa de experimentación recopile de todas las fotografías que había hecho previamente sin ninguna intención estética ni artística para identificar un interés específico en cuanto al autorretrato y la percepción del yo. Decidí elaborar y utilizar una serie de fotografías que daban cuenta del hallazgo de reflejos durante algún recorrido aludiendo a la constante evolución del ser, y la pluralidad del yo y las mutaciones que sufre dependiendo del entorno.

CALEIDOSCOPIO: En la búsqueda del “Yo” he tomado como medio mi imagen representada a partir de reflejos, entrando así en una autorreflexión de la identificación de un YO pluralizado. Me aferré al concepto de reflejo en el espejo y lo que este presupone para el ego. Utilizar el caleidoscopio como una herramienta básica de la distorsión por reflejos era un ejercicio casi que inevitable dentro de mi experimentación gráfica. El ejercicio planteado para esta entrega fue un video caleidoscópico donde mi rostro se transformaba siempre en diversas miradas de un mismo rostro, configurando nuevas apreciaciones del mismo.

FOTOGRAFÍAS EN MOVIMIENTO: Estuve experimentando con las cualidades básicas de la fotografía y la multiplicación de la imagen, conjugando tiempo, diafragma y movimiento para así evidenciar esos “Yoes” que abandonan el cuerpo y empieza a tomar una forma evidente y se convierten en otras realidades visibles.

FOTOS DISTORCIONADAS: Después

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