Confesiones De Un Chef
Enviado por ivonneortiz • 26 de Agosto de 2014 • 281 Palabras (2 Páginas) • 265 Visitas
LA COMIDA ES COSA BUENA
Tuve el primer indicio de que la comida era algo más que una
sustancia para meterse en la boca cuando uno tiene hambre como si
cargara gasolina, al terminar el cuarto grado de la escuela primaria.
Viajaba con toda la familia de vacaciones a Europa en el Queen Mary.
Estábamos en el comedor de primera clase. Por ahí tengo una foto:
mi madre con gafas de sol Jackie O, mi hermano menor y yo con
nuestros lamentables y monísimos trajes de crucero, a bordo del gran
transatlántico de la Cunard. Todos entusiasmados con el primer cruce
del océano, el primer viaje a Francia, la tierra ancestral de mi padre.
Sirvieron la sopa. ¡Una sopa fría!
Menudo descubrimiento para un niño curioso de cuarto grado
que, hasta ese momento, no tenía más experiencia en sopas que la
crema de tomate Campbell con menudos de pollo. Desde luego no
era la primera vez que comía en un restaurante, pero sí el primer
plato que de verdad me llamó la atención. Fue el primer plato del que
disfruté y, lo que es más importante, del que todavía disfruto cuando
lo recuerdo. Le pregunté a nuestro paciente camarero inglés qué era
ese delicioso y sabroso líquido frío.
«Vichyssoise», fue la respuesta, una palabra que hasta el día de
hoy —aunque ahora sea un viejo caballo de batalla en cualquier menú
y lo haya preparado miles de veces— tiene resonancias mágicas para
mí. Recuerdo todos los detalles de aquella experiencia: cómo la
sacaba el camarero de la sopera de plata para echarla en mi cuenco;
los minúsculos cebollinos picados que ponía a cucharadas a guisa de
tropezones; el rico y cremoso sabor de los puerros y las patatas; la
agradable impresión y la sorpresa de que estuviera fría.
No recuerdo mucho más de la travesía del Atlántico. En
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