Crisis de identidad
Enviado por ponistian • 29 de Abril de 2014 • Informe • 461 Palabras (2 Páginas) • 323 Visitas
to es que no se conoce mucho acerca de este personaje, según el autor, uno de los principales idealistas en la revolución francesa pero que por culpa de su personalidad siempre estaba atrás de alguien quien era el que tenía que dar la cara por él, aunque él era el de las ideas.
Fouché tenía una personalidad muy fría y que siempre quería estar del lado de los ganadores, así pues, a Fouché no le importaba traicionar a las personas, aunque fueran muy cercanas a él, con tal de conseguir su objetivo primordial que era el de estar de lado de los vencedores.
Aún después de haber formado parte de la Iglesia, Fouché al querer estar siempre del lado de los vencedores, se vuelve en contra de ésta, diciendo que ni la inmortalidad ni Dios existen.
Era un líder, sin embargo, a falta de personalidad siempre tenía que estar atrás de alguien para que ese alguien diera la cara por él, aunque éste (Fouché) era el cerebro de las operaciones, como lo fue el alzamiento contra el Cristianismo.
La falta de abanderamiento es lo que produce en Fouché una crisis de identidad que en el ocaso de su existencia se vuelve tenebrosa mente evidente. No tiene a dónde ir, para él no existen los amigos… y toda su obra, cada martillazo certero sobre el duro mármol de la estrepitosa Francia, desaparece en un velo justificado.to es que no se conoce mucho acerca de este personaje, según el autor, uno de los principales idealistas en la revolución francesa pero que por culpa de su personalidad siempre estaba atrás de alguien quien era el que tenía que dar la cara por él, aunque él era el de las ideas.
Fouché tenía una personalidad muy fría y que siempre quería estar del lado de los ganadores, así pues, a Fouché no le importaba traicionar a las personas, aunque fueran muy cercanas a él, con tal de conseguir su objetivo primordial que era el de estar de lado de los vencedores.
Aún después de haber formado parte de la Iglesia, Fouché al querer estar siempre del lado de los vencedores, se vuelve en contra de ésta, diciendo que ni la inmortalidad ni Dios existen.
Era un líder, sin embargo, a falta de personalidad siempre tenía que estar atrás de alguien para que ese alguien diera la cara por él, aunque éste (Fouché) era el cerebro de las operaciones, como lo fue el alzamiento contra el Cristianismo.
La falta de abanderamiento es lo que produce en Fouché una crisis de identidad que en el ocaso de su existencia se vuelve tenebrosa mente evidente. No tiene a dónde ir, para él no existen los amigos… y toda su obra, cada martillazo certero sobre el duro mármol de la estrepitosa Francia, desaparece en un velo justificado.
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